Resumen
Naturalmente, las prácticas y los insumos varían significativamente entre los programas (tabla O.4, columna «D.E.»). Estos resultados sugieren que algunos programas podrían mejorar los resultados de los estudiantes mediante la adopción de prácticas e insumos que se asocian con buenos resultados. Al hacerlo, podrían ayudar a reducir la gran y preocupante variación de calidad entre programas —la brecha existente entre los «buenos» y los «malos» programas—. Hay que hacer una observación importante. Para medir los resultados, el análisis se basa en los resultados promedio de los programas que los directores de los PCC facilitaron por medio de la EPCCBM. Lo ideal sería que el análisis se basara en datos administrativos a nivel de estudiante: características personales, PCC completado y resultados en el mercado laboral. En la mayoría de los países de ALC, este tipo de datos no existe o no se pone a disposición de los equipos de investigación. Por lo tanto, aunque la EPCCBM contribuyó a indagar en lo que hace que un programa sea «bueno», la falta de datos impide lograr un mayor progreso. Facilitar estos datos sería de ayuda no solo para los equipos de investigación sino para todas las partes interesadas, como se señala a continuación.6
Políticas para concretar el potencial de los PCC En conjunto, los resultados de este estudio indican que, aunque los PCC parecen prometedores, también adolecen de ciertas deficiencias. En cierta medida, las deficiencias de las políticas podrían ser responsables de estas. Por ejemplo, puede que a las autoridades reguladoras les parezca que algunos programas se aprovechan de los estudiantes, pero es posible que no dispongan de la información necesaria para identificar tales programas o de la voluntad para tomar medidas. Puede que las autoridades reguladoras crean que los estudiantes no deben elegir programas de bajo retorno, pero es posible que no recopilen ni difundan la información que los estudiantes necesitan para tomar buenas decisiones. Asimismo, puede que las autoridades reguladoras sean conscientes de las dificultades económicas de los estudiantes, pero no estén dispuestas a reasignar financiación pública para quienes más la necesitan. Puede que estén a favor del reconocimiento de créditos de los PCC para la obtención de títulos universitarios, pero no hacer un seguimiento de su actividad en la práctica. Quizá respalden la noción de itinerarios académicos flexibles entre varios títulos, pero los regulen mediante normativas demasiado rígidas. En lugar de desechar o relegar los PCC —como ha sido la tendencia en el pasado—, las autoridades responsables del diseño de las políticas pueden abordar las deficiencias políticas que explican las flaquezas de los PCC y crear un entorno en el que las instituciones ofrezcan buenos programas, los estudiantes elijan con conocimiento de causa y se satisfagan las necesidades de las personas, las empresas y la economía. En este momento crítico, dada la urgente necesidad de habilidades que manifiesta la región, desarrollar el potencial de los PCC surge como una cuestión política fundamental. El estudio se centra en cuatro categorías de políticas: información, financiación, supervisión y regulación, e itinerarios académicos para el desarrollo de
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