
7 minute read
Cuáles son los límites de nuestro conocimiento?
(que representan la demanda y la oferta del mercado laboral de PCC, respectivamente) se concentran en las zonas más pobladas de cada país, la oferta se concentra más que la demanda. Esto indica un posible desajuste entre el lugar en el que se encuentran los puestos de trabajo y el lugar en el que residen los candidatos. En concreto, es posible que muchos graduados de PCC de zonas menos pobladas no puedan encontrar un puesto de trabajo local adecuado a sus calificaciones; al mismo tiempo, puede que las empresas que pretenden contratar a graduados de PCC en zonas más pobladas no encuentren candidatos locales adecuados.
¿Cuáles son los límites de nuestro conocimiento?
Varios estudios han intentado cuantificar los efectos de los PCC en diversos países. Sin embargo, la naturaleza de estos programas varía significativamente entre países, una característica que se ve reforzada por la dinámica específica de cada país en materia de desarrollo demográfico y económico. Esta circunstancia podría explicar la escasa disponibilidad de datos fiables y comparables.
Un ejemplo de este tipo de datos procede de Europa. En varios países europeos, la formación profesional, que dura entre tres y cuatro años, representa un paso importante en la transición de la educación al trabajo.1 Esta configuración particular se conoce como sistema dual. Suele organizarse en el marco de la estructura educativa formal e implica una relación laboral además de la educación secundaria y terciaria formal. A menudo incluye programas de educación y formación técnica y profesional (EFTP), que a veces solo duran unos meses y, por lo tanto, no se consideran PCC. La literatura ha documentado que los países con sistemas duales, como Austria, Dinamarca, Alemania y Suiza, experimentan un menor desempleo juvenil y un mayor empleo en ocupaciones calificadas y sectores de altos salarios.2 Este efecto puede deberse a una mejor adecuación de la formación a la demanda del mercado laboral, ya que el proceso de acumulación de capital humano depende de que los empleadores ofrezcan puestos de trabajo.3
Los investigadores también han hecho comparaciones más directas entre la educación «profesional» del segundo ciclo de secundaria o de educación superior (esta última incluye los PCC), y la educación «general», como un programa universitario o un título de educación secundaria no técnico.4 Han analizado los perfiles de empleo de los graduados de estas distintas opciones educativas a lo largo del tiempo. A partir de datos de 18 países de la Encuesta Internacional sobre Alfabetización de Adultos (IALS, por su sigla en inglés), los estudios han descubierto que, tras tener en cuenta el total de años de educación, los graduados de programas generales obtienen peores resultados de empleo que los graduados de programas de formación profesional al principio de sus trayectorias profesionales, pero mejores posteriormente. Este patrón es especialmente pronunciado en países que se caracterizan por amplios sistemas duales. Las habilidades desarrolladas por los programas de formación profesional pueden facilitar la transición al mercado laboral, pero pueden quedar obsoletas más rápidamente que las que
promueven los programas de educación general. Otros estudios han observado patrones similares para la formación profesional con respecto a la educación general5, incluidos los estudios de países de Europa y Asia central, y África.6
En el caso de los países de ALC, los datos de la Encuesta de Trayectorias y Habilidades (ETH) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para Argentina y Chile sugieren que la educación secundaria y técnica postsecundaria ofrece altos retornos y, por lo tanto, debería recibir más atención dado su potencial para mejorar los resultados del mercado laboral.7 Sin embargo, los estudios que utilizan datos administrativos para Chile y Colombia estiman los retornos de los programas universitarios y de los PCC y observan que, para una proporción considerable de personas jóvenes, los PCC conllevan pérdidas económicas.8
Se han realizado algunos esfuerzos para estimar los retornos laborales de los certificados y los títulos técnicos en los colegios comunitarios estadounidenses.9 En general, los estudios concluyen que dichas credenciales proporcionan un empleo y/o unos ingresos formales más elevados que la alternativa de no matricularse en un colegio comunitario. También concluyen que los títulos técnicos proporcionan mayores ingresos que los certificados de larga duración, mientras que los datos sobre los certificados de corta duración son menos concluyentes.10 Aunque estos estudios cuantifican los beneficios de asistir a un colegio comunitario con respecto a no hacerlo, por razones relacionadas con los datos, este capítulo se centra en una comparación de las ganancias relativas de asistir a diferentes PCC, tal como se analiza en la sección Contribución (valor agregado) de los PCC.
Parte de la literatura citada anteriormente también sugiere que, si bien los PCC tienen mejores impactos a corto plazo que los programas universitarios, a largo plazo podría ocurrir lo contrario. Para comprender adecuadamente el impacto a corto y largo plazo de los PCC, hay que remitirse a la creciente literatura que documenta el papel fundamental de las habilidades y su desarrollo.11 Naturalmente, la educación es un canal fundamental para el desarrollo de habilidades. Sin embargo, no está claro si la educación desarrolla habilidades generales o específicas, especialmente en el caso de la educación superior. Que sea lo uno o lo otro depende de las características específicas de los programas y los títulos, que varían entre los países y dentro de ellos. Los PCC se caracterizan por formar capital humano específico a cada profesión y ocupación. En ALC, sin embargo, ocurre lo mismo con los programas universitarios, dado que se centran en el área de conocimiento específica desde el primer año (véase el capítulo 5). Además, tanto los PCC como los programas universitarios permiten adquirir habilidades generales ya que, al ofrecer una educación superior de al menos dos años de duración, en lugar de una mera formación de corta duración, ambos tipos de programas estimulan el desarrollo de múltiples habilidades, como el pensamiento crítico y la resolución de problemas, y de trabajo en equipo y comunicación. En consecuencia, resulta extremadamente difícil —si no imposible— diferenciar entre la combinación de habilidades que incentivan los PCC y los programas universitarios en ALC.
La combinación de habilidades es un factor condicionante fundamental de los efectos a corto y largo plazo de los PCC y los programas universitarios.
Aunque el análisis detallado de la combinación de habilidades de los programas específicos trasciende el alcance de este libro, cabe destacar dos datos. En primer lugar, los directores de PCC entrevistados para la Encuesta de Programas de Ciclo Corto del Banco Mundial (EPCCBM) señalan que sus programas pretenden desarrollar no solo habilidades específicas, sino también generales, incluidas las cognitivas e interpersonales (capítulo 3). En segundo lugar, otros estudios han constatado que los graduados de programas postsecundarios con una fuerte orientación laboral muestran mayores habilidades socioemocionales e interpersonales que otros.12
Además, las afirmaciones generales sobre las habilidades y los retornos relativos de los programas universitarios y los PCC deberían estar sujetas a las calificaciones. Por otra parte, como se muestra en la siguiente sección, existe una enorme variación entre los programas universitarios y los PCC en cuanto a sus retornos netos a lo largo de la vida, y algunos PCC superan a algunos programas universitarios. De cara al futuro, los países de ALC deberían considerar la educación superior como una herramienta para promover el aprendizaje a lo largo de toda la vida, en la que una persona continúa adquiriendo habilidades de por vida (capítulo 5). La opción de volver a estudiar cuando sea necesario disminuye el énfasis en las habilidades adquiridas en un programa concreto, ya que permite a las personas adquirir con flexibilidad la combinación de habilidades deseada a lo largo del tiempo.
Por otra parte, es posible que el análisis empírico no refleje adecuadamente la autoselección. En otras palabras, no resulta evidente que el mismo estudiante que se autoselecciona en un PCC obtenga el mismo perfil de empleo promedio que una estudiante que se autoselecciona en un programa universitario. Como se muestra en la sección Ampliación de la oferta de PCC: ¿a quién beneficiaría y por qué?, cuando se tiene en cuenta la autoselección (una tarea que resulta difícil en los análisis entre países), la conclusión es que los PCC son más adecuados para estudiantes poco preparados para un programa universitario, al menos en el corto plazo. El motivo es que dichos estudiantes probablemente asistirían a un programa universitario no selectivo. La probabilidad de que se graduaran sería menor que la de estudiantes bien preparados (Ferreyra et al. 2017) y, en el caso de graduarse, sus resultados en el mercado laboral serían inferiores a los del promedio. Por tanto, la comparación de la trayectoria promedio de los graduados de PCC y programas universitarios en el mercado laboral alberga una enorme heterogeneidad entre estudiantes y programas.
Ciertamente, no se puede esperar que la educación superior compense completamente una carencia en las competencias básicas que los estudiantes deberían haber adquirido en la educación primaria y secundaria.13 Casi todos los directores de PCC entrevistados en la EPCCBM afirman que ofrecen clases de nivelación, dadas las graves carencias de los estudiantes que comienzan sus estudios (capítulo 1). Los países de ALC deben seguir mejorando la calidad de sus sistemas de educación básica al mismo tiempo que diseñan un sistema de educación superior para el futuro.