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5.8 ¿Qué se debe enseñar y cómo?
Cuadro 5.8 ¿Qué se debe enseñar y cómo?
A medida que el foco de atención de la educación superior se desplaza de los títulos a las habilidades, surge un nuevo interrogante: ¿cómo pueden identificar los programas las habilidades específicas que deben enseñar?, ¿cómo pueden enseñar las habilidades de manera eficiente y eficaz, de modo que los graduados se desempeñen al más alto nivel en sus puestos de trabajo? Una de las respuestas a esta pregunta procede de la Encuesta de Programas de Ciclo Corto del Banco Mundial (EPCCBM). Los directores de programas manifestaron que colaboran con las empresas para evaluar sus necesidades y, en ocasiones, cooperan con ellas en el diseño del plan de estudios y la evaluación de los estudiantes. Otra respuesta proviene de Estados Unidos, donde algunos colegios comunitarios emplean un esquema de «itinerarios académicos guiados» en sus planes de estudio.a Esto implica un «mapeo de programas»; es decir, la identificación de las competencias que necesitan los graduados para tener éxito en el mercado laboral o en sus estudios futuros, la relación entre dichas competencias y las habilidades y, por último, el diseño de las áreas de estudio, los métodos de enseñanza y las actividades para desarrollar las habilidades. En este enfoque, las clases individuales no son elementos aislados, sino etapas en un itinerario coherente. El plantel docente dedica menos tiempo a impartir contenidos y más a guiar las actividades (por ejemplo, el aprendizaje basado en proyectos y la enseñanza basada en casos) que fomentan la motivación de los estudiantes y se centran en las competencias. El aprendizaje basado en proyectos es un ejemplo concreto del «aprendizaje experimental» en el que ha sido pionera la Universidad del Nordeste a través de su modelo «co-op». En este modelo, los estudiantes dividen su tiempo entre el aula y el trabajo, con gran fluidez entre ambos componentes, logrando deliberadamente que cada uno repercuta en el otro.b
De forma similar, McKinsey Generation adopta un enfoque específico, basado en tareas, para sus programas de desarrollo de la mano de obra.c El enfoque identifica las actividades más importantes que requiere el puesto de trabajo en cuestión y diseña un plan de estudios que enseña las habilidades necesarias para desempeñarlas al más alto nivel. Lo más importante es que se trata de actividades que distinguen a los trabajadores de alto rendimiento de los de bajo rendimiento; es decir, los que tienen éxito en el mercado laboral frente a los que fracasan. Por ejemplo, la tarea fundamental de un desarrollador web es diseñar interfaces fáciles de usar. Esto requiere conocimientos técnicos, como la codificación en Java y la gestión de bases de datos, así como habilidades conductuales, como la evaluación de las necesidades de los usuarios, la gestión de comentarios de los mismos y la entrega de versiones iterativas en los plazos previstos. Por eso, la formación basada en tareas pone en práctica estas habilidades de manera repetida hasta que los estudiantes las adquieren al máximo nivel posible.
a. Bailey, Jaggars y Jenkins (2015). b. Véase https://www.northeastern.edu/experiential-learning/. c. Véase https://www.mckinsey.com/about-us/new-at-mckinsey-blog/15000-lives-transformed-and-counting. Estos programas son cortos y no se consideran PCC.
Habida cuenta de los datos presentados en este libro, ¿se trata de un estigma justificado? En otras palabras, ¿refleja dicho estigma una realidad? En este capítulo se han destacado algunos motivos de peso para valorar favorablemente los PCC, lo que implica que el estigma es inmerecido. Al mismo tiempo, los PCC tienen deficiencias que podrían justificar el estigma. Además, los estudiantes podrían percibir los PCC como limitados, dado que se centran en ocupaciones específicas, a diferencia de la formación presuntamente más amplia y teórica que ofrecen los programas universitarios. Esta preocupación se acentúa cuando los estudiantes creen que solo disponen de una oportunidad para acceder a la educación superior y al aprendizaje avanzado.
Si los estudiantes evalúan los programas de educación superior en función de quién se matricula en ellos, el estigma de los PCC podría estar relacionado con el hecho de que los estudiantes relativamente desfavorecidos eligen los PCC. Los estudiantes más aventajados podrían interpretar este hecho como una prueba de que estos programas son menos exigentes y satisfactorios que los programas universitarios; es decir, que son la opción menos valorada. Además, es posible que las políticas hayan contribuido inadvertidamente al estigma. Cabe la posibilidad de que, sobre todo en los países con fácil acceso a programas universitarios con «matrícula cero» en las IES públicas, los estudiantes se inclinen naturalmente por ellos. En otras palabras, las políticas de admisión y financiación de los programas universitarios frente a los PCC en las IES públicas pueden incentivar a los estudiantes a elegir los programas universitarios en lugar de los PCC. Al dedicar más recursos y atención a los programas universitarios, las autoridades responsables del diseño de las políticas pueden haber contribuido a la percepción de que los PCC son una opción menos valiosa.
Las políticas descritas en este capítulo deberían ayudar a mitigar el estigma de los PCC. Facilitar información sobre los PCC y los programas universitarios y ayudar a los estudiantes a procesarla, restablecer la equidad en la financiación de la educación superior, agilizar los itinerarios académicos y el aprendizaje permanente, y regular los PCC para garantizar la oferta de programas de calidad debería ayudar. Sin embargo, tal vez también sea necesaria una nueva mentalidad para la educación superior; una mentalidad que valore la variedad de la oferta para que cada estudiante pueda encontrar su opción idónea, como subrayan Ferreyra et al. (2017). El objetivo de las autoridades responsables del diseño de las políticas no debería ser maximizar el número de graduados de programas universitarios, sino maximizar el número de personas altamente calificadas, a través de programas universitarios o de PCC. Del mismo modo, el objetivo de los estudiantes no debería ser obtener un título universitario a cualquier precio, sino graduarse en el programa que mejor se adapte a sus necesidades, preparación académica, intereses y objetivos.