Fig. 10. Los pastores se dirigen a conseguir productos agrícolas. Paratia, Lampa.
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Alanoca, quien poseía 50.000 cabezas de ganado23. La merma de grandes rebaños que pastaban en territorio andino antes de la invasión española, se debió a varias razones, como que los dueños los vendían para pagar tributo a la corona. Sin embargo, la mayor demanda provenía de la necesidad de proveer alimentos para las minas de Potosí. Los españoles se apoderaron de este comercio y enviaron miles de animales a esta ciudad que en el siglo XVI tuvo más habitantes que Londres o Madrid. Así desaparecieron los rebaños que pastaban en zonas de menor altura. Los de tierras altas comenzaron a ser aislados, pasando a manos de pastores quechuas y aimaras. En 1812, el cura de Andahua (Condesuyos, Arequipa) daba cuenta de la continuidad de la cultura de pastores de alpacas y llamas, al responder un cuestionario de la Regencia del Reino de España24. La persistencia de la cultura de pastores hasta la actualidad, tiene bases ecológicas. Es un proceso exitoso de adaptación a la gran altura, tal vez la única que asegura la subsistencia de poblaciones humanas gracias a los recursos que ofrece la ganadería de llamas y alpacas.
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Comercio de la fibra El comercio de fibra de camélidos fue una importante actividad económica en el virreinato. En 1790 se exportaron a Chile y Buenos Aires, 320 frazadas de alpaca, 1.280 frazadas reales de ovino y 1.200 arrobas de lana de color, como se llamaba a la fibra de alpaca. En 1830, a inicios de la república, se exportaron tres toneladas de esta fibra a Liverpool mediante la casa inglesa Mohnes y Cía. de Arequipa: […] fue la que inició embarques de lana [de alpaca] a Liverpool. Años más tarde Titus Salt, fabricante inglés, presentó a la Reina Victoria los primeros tejidos con lana de alpaca, que llamaron la atención por sus preciosos colores naturales. La reina de Inglaterra premió a Salt por su labor a favor de la industria25. El principal y casi único comprador era Inglaterra, al punto que la lana de alpaca se identificó con ese país, pues en Europa creían que procedía de un animal inglés. Con el tiempo esta actividad comercial pasó de exportar fibra a su industrialización. La relación llama-alpaca se ha invertido. En la actualidad las alpacas son
un importante cash crop del mercado mundial de fibras finas. Entre 1983 y 1984 se comercializaron 5.000,000 de kilos de fibra, el 80% de la producción mundial. Durante el último decenio se ha reconocido y valorado la carne de alpaca en el ámbito urbano del país, especialmente en la costa, por sus cualidades como terneza, color, sabor, olor y menos grasa. Cuando se deshidrata por la acción combinada del frío nocturno y la intensa radiación solar del día, durante la estación de secas de la puna, se transforma en chark’i, comida apropiada para caminantes y montañistas. Además es una forma sencilla de crear valor agregado puesto que la libra de chark’i cuesta 150% más que la carne fresca de ovino. Se calcula que la producción de carne de alpacas y llamas puede cubrir el 10% del requerimiento cárnico nacional, aunque ello propiciaría el sacrificio de ejemplares jóvenes, interrumpiendo el ciclo productivo de la fibra.
Los pastores Los pastores contemporáneos ocupan las zonas altas del altiplano puneño. Su cultura y organización social son valiosos ejemplos del proceso de adaptación a la gran altura, sin agricultura. De acuerdo a las características singulares de su cultura y organización social, se propone un modelo operacional del ecosistema del pastoreo andino26, válido por tratarse de un proceso sin
Agricultura y pastoreo en el Altiplano