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Los incas: conquista, ocupación y nuevo orden

Los incas conquistaron la región del lago Titicaca durante el siglo XV estableciendo un nuevo orden social y una reestructuración del territorio. La conquista estuvo antecedida por negociaciones y relaciones diplomáticas. Se sabe que la región fue sometida por Pachacútec y que su sucesor Topa Inca tuvo que enfrentar numerosas rebeliones. Los lupaca fueron aliados de los incas en esta empresa, negociando una posición ventajosa en relación a los otros grupos vecinos. La región del lago Titicaca, conocida como el Collao, fue una de las más importantes del imperio por su gran población y la diversidad de recursos.

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Durante la ocupación inca se establecieron nuevos centros administrativos a lo largo de las redes viales principales. Su población estuvo relacionada con aspectos administrativos: aprovisionamiento de tambos, apoyo a los ejércitos, movimiento de bienes y producción artesanal. En la parte oeste del lago los sitios principales en el área Lupaca fueron Chucuito, Acora y Juli mientras que en la cuenca sur estuvieron Yunguyo, Copacabana, Pucarani, Desaguadero, Guaqui y Tiwanaku. En Omasuyos: Escoma, Ancoraimes y Huarina fueron centros administrativos importantes. Las islas del Sol y de la Luna fueron densamente ocupadas y se constituyeron, junto con Copacabana, en uno de los tres más importantes centros de peregrinación del imperio (Fig. 22).

Los patrones de asentamiento en la parte sur de la cuenca muestran grandes centros administrativos y la dispersión de poblados y estancias, relacionados con

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Fig. 22. La Chinkana, centro ceremonial de primer orden en la parte norte de la isla del Sol.

Fig. 23. La llamada Horca del Inca en las afueras de Copacabana, formó parte del paisaje ritual de la península.

Fig. 24. Palacio de Pilkokaina, isla del Sol.

23 áreas agrícolas y su explotación. La península de Copacabana y las islas del Sol y la Luna sufrieron grandes cambios durante la ocupación inca. Copacabana fue poblada por mitmaqkuna de grupos de inca con privilegios, y otros llegados de distintas regiones. Se encargaron de la administración y cuidado de los templos mayores en las islas y en Copacabana. En la Isla del Sol existieron concentraciones de población asociadas a terrazas agrícolas, aunque en otros sectores solo existieron terrazas muy bien trabajadas, sin población, conformando los jardines del inca, donde se cultivaban plantas sagradas (Fig. 23).

Uno de los elementos más importantes de la ocupación inca en la cuenca fue el control ideológico de la región. Conocedores de la importancia del lago como un lugar sagrado para toda el área los inca trataron de asociarse ideológicamente con los lugares sagrados para construir un nexo genealógico con Tiwanaku, la entidad política predecesora. Crearon mitos de origen enfatizando la sacralidad del lago como lugar de origen del primer inca, así como de Tiwanaku cuna de algunos inca, legitimando a los linajes incaicos.

En la región existió una ruta imperial de peregrinación que se iniciaba en Cusco, llegaba hasta la cuenca sur por el camino de Urqusuyu y terminaba en la isla del Sol. Para llegar a las islas los peregrinos pasaban por varios lugares sagrados empezando en Yunguyo y continuando por Copacabana donde existieron templos y otra infraestructura religiosa (Fig. 24). De allí se dirigían por un camino hacia Yampupata desde donde pasaban en embarcaciones hacia la isla del Sol, siguiendo un camino ritual hasta llegar a la roca sagrada, para retornar hacia Yumani. Algunos pasaban a la isla de la Luna y su templo, para luego cruzar a tierra fi rme y fi nalizar la peregrinación (véase la Figura 1).

Cuando los españoles llegaron a la región la cuenca del Titicaca era una de las provincias más productivas del imperio, gracias al empleo de estrategias como el establecimiento de guarniciones militares, movimientos y reasentamientos poblacionales en áreas estratégicas y económicamente efi cientes, la coerción de las élites locales y la apropiación de la autoridad ideológica.