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Agricultura y pastoreo en el Altiplano / Jorge Flores Ochoa
Agricultura y pastoreo en el Altiplano
Debido a la altura de la cuenca del lago Titicaca, el clima es frío y agresivo, con años de sequía y otros de lluvias intensas. No es el escenario natural propicio para el surgimiento y desarrollo de un proceso civilizatorio original, que según la perspectiva teórica, la agricultura efi caz, extens i va y d e r i e g o e s e l f u n d a m e n to básico de la civilización, que puede complementarse con ganadería. Sin embargo así fue, sus características la confi guran como modelo del proceso singular y dinámico de adaptación a la gran altura, como respuesta al reto del espacio andino1. En par te se debe a su ubicación entre la línea ecuatorial y el trópico de Capricornio, que le exime de estaciones extremas como en el hemisferio nor te, además la altura le otorga un clima uniforme a lo largo del año. En este espacio, se lograron cultivos que forman la base alimentaria de las poblaciones modernas del Altiplano, en especial la papa (Solanum sp.) que continúa siendo su alimento básico y de las que ocupan las tierras altas de los Andes Centrales. Hoy es uno de los tres principales cultivos, con el trigo y el arroz, que alimentan a la humanidad2. El prolongado proceso de domesticación de la papa se habría realizado al norte del lago Titicaca, que también fue escenario del origen y desarrollo de la cultura Qaluyo, que continuó con la civilización Pukara3.
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Agricultura tradicional
El cultivo de plantas alimenticias en el Altiplano constituye un permanente desafío por las condiciones ambientales. Su producción revela el ingenio empleado para domesticar plantas silvestres y transformarlas en alimenticias, por la creación de técnicas agrícolas propias que permitieron el desarrollo de sociedades complejas, con centros urbanos, formaciones estatales y exquisito arte. Estos son logros del proceso adaptativo a las condiciones naturales de gran altura, sin comparación en otros lugares del mundo. En el siglo XVI la ocupación española introdujo el trigo y cebada que se adaptaron a las alturas andinas, aunque sin la productividad de sus lugares de origen.
La continuidad de las prácticas agrícolas a lo largo de siglos evidencia su efi ciencia, algunas desaparecieron por la introducción de nuevos cultivos desde el siglo XVI. La agricultura practicada en qocha y camellones, también conocidos como waru waru, son muestra de
Fig. 1. Qocha «en descanso», parcialmente con cultivo de quinua.
Fig. 2. Papas cultivadas en el sistema de qocha, provincia de Azángaro.
la efi ciencia y las posibilidades de las prácticas tradicionales.
Las qocha
La primera noticia sobre las qocha es el testimonio del alemán Karl Kalger, en 1891. Al viajar a Puno, le llamó la atención el paisaje de los suelos, comentando que:
En la meseta se encuentra a menudo pequeñas depresiones del terreno en las que se acumula, […] el agua de las lluvias de verano […] se siembra en las orillas impregnadas de agua, que por ello son más fértiles que el resto de la meseta […] los bancales de papa […] están dispuestos concéntricamente […], tienen aberturas llanas o no, permitiendo que el agua se deslice por más tiempo fuera de ella, tendrán la forma de medio o ¾ de círculo […] la disposición estrellada permite que el agua de lluvia llegue hasta las depresiones sin arrastrar la tierra de los bancales.
En invierno las depresiones están secas […] la tierra aún no cultivada, tiene un aire fantasmagórico, casi misterioso4. En quechua, se denomina qocha a lagos, lagunas, estanques y en general a todo depósito natural o artifi cial que contenga agua, cualquiera sea su forma, tamaño y profundidad, con aguas permanentes o temporales de época de lluvias. El océano es marqocha, así como un depósito pequeño con agua permanente. La agricultura en qocha es de origen precolombino. Forma parte del conjunto de técnicas que permiten el cultivo intensivo en costa, puna y amazonía, en áreas aparentemente poco propicias. Son muestra de la capacidad adaptativa y creadora del pasado y de su continuidad en el presente. Las qocha de la puna son singulares, diferentes a técnicas como las chacras hundidas de la costa y/o la Amazonía5. Se caracterizan por utilizar aguas pluviales, estar en tierras de puna, por encima de 3.850 metros sobre el nivel del mar y formar parte de un sistema en pleno funcionamiento y producción, gracias a ellas los campesinos contemporáneos obtienen productos agrícolas y ganaderos básicos para su consumo. La mayor concentración de qocha conocidas, se
encuentran en el área delimitada por los ríos Ayaviri y/o Pucara al oeste y el Azángaro al este, ambos de curso norte a sur y se extienden por los distritos de Santiago de Pupuja, Achaya, José Domingo Choquehuanca de la provincia de Azángaro, Nicasio y Calapuja de la provincia de Lampa, entre otras zonas del altiplano puneño.
Formas y partes Son tres las formas básicas: a) las muyuqocha o qocha circulares, b) las suyt′u qocha de forma rectangular, con extremos semicirculares y c) las chunta qocha rectangulares, con bordes de extremos irregulares. Todas tienen cuatro partes: (a) Pampaqocha es la base plana u horizontal, con bordes de pendientes suaves, de inclinación y profundidad variables de acuerdo a su forma y tamaño. (b) Yani es el surco longitudinal que atraviesa la base y funciona como canal principal. Sirve para introducir o evacuar el agua según la escasez o abundancia de lluvias, (c) Royra o rueda es un surco que rodea la base circular de la qocha. Su ancho es mayor al de los otros y sirve de colector del agua que desciende de los surcos pequeños tangenciales a la royra del bordo y (d) Pollera es la superfi cie que está encima de la royra y rodea la qocha. Es la mayor superfi cie dedicada al cultivo. Las muyuqocha pueden tener dos o más royra y permiten evacuar el agua excedente cuando llueve demasiado, o la retiene en años de poca lluvia.
Los surcos de la pollera y la base tienen ancho y altura variables, de acuerdo a las características físicas de cada lugar y los pronósticos del clima que se «leen» en las señales de su ambiente, así como su altura y ancho.
Los surcos se trazan entrecruzados y evitan que el agua descienda con rapidez, causando erosión, especialmente en años de lluvias intensas. En años secos estos espacios se cierran para detener el agua y aprovecharla al máximo. Los surcos que amortiguan su discurrir también son cerrados con pequeños atajos o kunkaña y los abren cuando llueve mucho. Las kunkaña son de tres tipos: las que unen surco con surco, las trazadas en zigzag y las que dejan pequeños espacios sin arar en los extremos de los surcos.
La base de la qocha muestra un corte en la pollera, es la prolongación del canal central de la pampa. Evacúa el excedente de agua y la dirige al exterior, hacia otra qocha, o a recibir la que procede de otra. Es parte del ingenioso manejo de las aguas pluviales de hasta diez o más qocha interconectadas por un canal. La tecnología y función de los surcos, de la base y los canales es similar en todos los tipos de muyuqocha.
Tipos de qocha y su funcionamiento
– Mamaqocha. Son las de mayor tamaño, hasta 4 ha. Su dimensión y provisión de agua les otorga valor religioso y las
Fig. 3. Qocha «en descanso», almacenando aguas pluviales, con canal de drenaje.
Fig. 4. Las qocha almacenan el agua de las lluvias para cultivar tubérculos.
convierten en espacios sagrados para las ceremonias propiciatorias de importancia, como la de agosto que señala el inicio del año andino. Su sacralidad no es incompatible con los otros usos: fuente de aprovisionamiento de agua o de abrevadero del ganado.

– Purunqocha. Son de menor profundidad, solo mantienen cierta humedad en la pampa; producen papas que se siembran en las polleras.
– Phuruqocha. Son las más numerosas aunque tienen menor superfi cie, de 300 a 500 m2. Producen la mayor parte de cultivos de consumo diario.
– Puqrucha. Son las de menor dimensión y profundidad. Pasan inadvertidas al observador pero destacan en la estación de lluvias por el agua depositada en su base.
El sistema se basa en la utilización de aguas pluviales, que se inician en diciembre hasta marzo, aunque el régimen es impredecible. Ya un cronista del siglo XVI decía que en el altiplano se pierden tres de cada cinco años por las sequías o inundaciones. Al cerrar el canal yani, las qocha se convierten en estanques artifi ciales y conservan el agua durante meses, incluso hasta setiembre y octubre que son los más secos del año. Más aún, los canales trasvasan el agua de una a otra qocha.
Uso agr cola
Se cultivan todas las variedades de papas de la región, tanto las llamadas dulces, como las luki y/o juki, o papas amargas. Las primeras se consumen directamente, las luki se convierten en chuño por un proceso que combina el frío nocturno por debajo de cero grados, con la fuerte radiación solar de los meses de mayo a julio. La ventaja del chuño es que se puede almacenar y conservar sin deteriorarse ni perder su valor alimenticio, por veinte o más años. Basta hidratarlas en agua para que recobren sus cualidades.
En una misma qocha se pueden cultivar diferentes variedades de papas y simultáneamente en varios sectores, las papas dulces en la base y las luki en la pollera. Las destinadas a semillas se eligen con cuidado y para evitar las heladas tardías o la ausencia de lluvias, se siembran en fechas y sitios diferentes, así se logra cosechar una parte de los cultivos. Este sistema es valorado y considerado propio de la racionalidad andina, de sus conocimientos tecnológicos, de las características del medioambiente y del cálculo de riesgos.
La siembra se realiza entre dos a cinco fechas. La primera va de Santa Rosa (30 de agosto) a San Miguel (29 de setiembre), la segunda es en San Lucas (18 de octubre) y la tercera en San Calixto (alrededor del 14 de noviembre), no siendo fechas excluyentes. La intención es asegurar que al menos una pueda cosecharse.
La cosecha de papa comienza en abril y la máxima actividad es en mayo. En junio se las selecciona, primero las que se usarán para semilla, luego las de mayor tamaño y calidad para consumo familiar y las que se destinarán a elaborar chuño y moraya.
Rotacion de cultivos
La rotación es práctica propia de los andes sobre los 3.500 a 3.800 m. El sistema es conocido como muyuy, manda, laymi, aynoqa, manay y suyu. Sirve para que el suelo recupere materia orgánica, proceso que toma tiempo, porque los suelos de puna son de limitada materia orgánica. Así después de las papas se cultivan otros productos, como qañiwa y kinuwa, avena y/o cebada y a veces trigo. En el cuarto y quinto años, la tierra descansa. Este modelo es referencial, existen variaciones según decisiones personales y presiones económicas o del medioambiente.
Las qocha también proporcionan agua para uso doméstico, para el ganado, la fauna silvestre y la fabricación de adobes. La cantidad y su amplia dis-