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Los waru waru o camellones

tribución, evidencian que no fue una técnica local. Asimismo, su asociación con el desarrollo de la cultura Pukara, prueba su antigüedad y el valor que tuvo en el desarrollo civilizatorio de la cuenca del lago Titicaca.

A diferencia de las qocha, el cultivo en camellones o waru waru en quechua, se perdió con el tiempo y al no usarse pasaron desapercibidos, convirtiéndose en pastizales que reverdecían con las lluvias.

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La principal diferencia de los waru waru respecto a las qocha es su elevación por encima del nivel del suelo, las qocha están hundidas. Su dispersión geográfi ca es amplia, se encuentran vestigios en América del Norte, Mesoamérica y América del Sur, tanto en la región altoandina como en la planicie amazónica.

Los camellones se construyen con bloques de tierra (tepe)6, en quechua se denominan ch′ampa. Estos se colocan unos sobre otros, hasta una altura que varía de acuerdo a las características del suelo, alcanzando hasta medio metro. Encima de esta plataforma y con los mismos tepes, se construyen los surcos de cultivo, siendo el trabajo sencillo aunque demanda tiempo y trabajo colectivo.

Erickson dice que: «Los campos elevados conocidos como camellones o waru waru, son superfi cies cultivables cuya altura se aumentó artifi cialmente». Según Denevan y Turner, fueron construidos para mejorar el drenaje y lograr modifi caciones climáticas y micro-ambientales tendentes a mejorar el suelo, las tasas de crecimiento y el control de humedad7. Es característico de los camellones el papel que cumplen los sectores inundados. Durante el día, el agua depositada en los canales que rodean al camellón, recibe el calor solar que eleva su temperatura, en la noche el agua irradia el calor acumulado. Este proceso puede mitigar los efectos de las noches muy frías, cuando la temperatura desciende por debajo del punto de congelación, situación frecuente en cualquier noche del año. Así mismo, los camellones conservan agua o humedad cuando las lluvias son escasas.

En años muy secos, los waru waru disminuyen su efi cacia, incluso la pierden por completo. En el pasado lejano, es posible que una sequía de larga duración los hiciera colapsar, obligando a que sus constructores dejaran de cultivarlos.

Alan Kolata analizó los estratos de nieve acumulados en el glaciar Quelccaya, ubicado en Canchis, Cusco. Ellos muestran las fl uctuaciones climáticas en periodos de gran humedad entre 610 a 650 a.p., seguidos de un proceso gradual de disminución de lluvias que comenzó alrededor de 950 a.p., agravándose hacia 1050 a.p. Esta sequía se prolongó hasta inicios del siglo XV, lo que puede explicar que los camellones dejaron de funcionar por estas razones, produciéndose una grave crisis en las altas civilizaciones del Titicaca8. En la década de 1980, los investigadores se interesan por su estudio debido a trabajos arqueológicos sobre restos similares en otros lugares de América del Sur y Mesoamérica9. Las primeras noticias sobre los camellones las dio Max Uhle en 1954. Clifford T. Smith, William M. Denevan y Patrick Hamilton propusieron la única tipología de camellones:10 a) damero abierto, b) patrón irregular represado, c) patrón fl uvial, d) patrones lineares, e) patrón «escalera» y f) campos peinados en Aygachi. Esta última deno-

Fig. 5. Camellones con cultivos de papas que se hallan en maduración. Provincia de Azángaro.

Fig. 6. Las qocha están unidas por canales para pasar agua de una a otra.

minación se debe al sitio boliviano donde fue registrado.

Experimentando con camellones

Su distribución y extensión, especialmente en las inmediaciones del lago Titicaca, interesaron a los agrónomos para su recuperación y reutilización. Conocidas sus bondades, se pasó del estudio a la experimentación y al desarrollo de proyectos para rehabilitarlos.11 En 1981 construyeron camellones utilizando herramientas de los campesinos de la zona, sembrando la variedad de papa ruki o luki, que se utiliza para elaborar el chuño. Así se inició la recuperación de camellones como parte de proyectos de reutilización de técnicas agrícolas antiguas y para contribuir a la solución de problemas actuales como la escasez de alimentos e incrementar áreas de cultivo12. La primera cosecha de papas fue óptima, se obtuvieron 15 toneladas por hectárea, frente a las 4 que es el promedio regional. Su rehabilitación en Puno es uno de los pocos proyectos de arqueología aplicada que usó conocimientos del pasado en benefi cio de los descendientes de los remotos creadores de tecnologías de producción de alimentos, que produjeron el excedente requerido para desarrollar la alta civilización del Altiplano.

En el 2005, el Perú presentó el proyecto auspiciado por la FAO, sobre Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial SIPAM-Perú, desarrollado en la provincia quechua de Azángaro y el distrito aimara de Acora en Puno, con el objeto de rehabilitar camellones o sukacollos (aimara), en 17 comunidades de Caritamaya. Estas comunidades cuentan con fuertes rasgos agrarios heredados de dos culturas prehispánicas: quechua y aimara, culturas que han logrado domesticar y mejorar durante siglos diversidad de plantas y animales para la alimentación humana13.

Fig. 7. Camellón o waru waru. En época de lluvias sirven de pastizales.