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Conclusión

E s p o s i b l e qu e P a r i t i t u v i e s e u n a población estable a lo largo del año. Tal vez gente destinada a ofi ciar el culto, pero también agricultores. Ello explicaría la abundancia de terrazas de cultivo, sobretodo en la ladera oeste. En todo caso, estoy convencido de que las ofrendas excavadas por nosotros se refi eren a rogativas a sus dioses. Es posible que los tiwanakotas hubiesen presentado el fi n de su m o d e l o s o c i o e c o n ó m i c o d e b i d o a causas que ellos entendieron como sobrenaturales. Ante su pequeñez e impotencia de rever tir ese suceso por ellos mismos, hicieron el intento de reconciliarse con sus dioses ofreciéndoles estupendas ofrendas, consistentes precisamente en estos conjuntos de extraordinarias y bien elaboradas cerámicas que hoy consideramos obras de ar te. La combinación de ocho fechados obtenidos en ambos rasgos señalan que los eventos se produjeron entre el 980 y el 1025 d.C. Aparentemente los dioses no escucharon sus súplicas y Tiwanaku sucumbió hacia el año 115010.

Fig. 7. Vaso-pie. Hasta ahora no se había encontrado esta morfología en sitios tiwanaku. En cambio, eran conocidos en otras culturas americanas, y en especial en la contemporánea Huari. En la colección de Pariti hay cuatro especímenes distintos.

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Fig. 8. Palmípeda. Una de las tantas representaciones modeladas de fauna local o exótica que se observa en la colección de Pariti.

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