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La ciudad de La Paz

lombina (Fig. 18). El atrio, con capillas posas, tiene entrada por dos arcos de piedra ya dieciochescos. Jesús de Machaca es un conjunto tan completo como el de Copacabana, aunque mucho más sencillo. La iglesia se concluyó en 1706 y fue levantada gracias a la contribución de los caciques Guarachi10. En la terminación intervino como mecenas José Fernández Guarachi junto con el cura Juan Antonio de las Infantas Mogrovejo. Los retratos de ambos fi guran en los dos cuadros que Juan Ramos pintó para el presbiterio, representando el «Triunfo del Nombre de Jesús» y el «Triunfo de María».

Entre los maestros que intervinieron en la construcción están Alonso Calli, maestro albañil, natural de Machaca y Juan Quispe Guamán, natural de Cusco, quien había intervenido en la edifi cación de varios templos cusqueños, por lo tanto era hombre de experiencia.

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A fi nes del siglo XVIII, las por tadas de las iglesias se hacen más sobrias conservando la decoración solo en fustes, jambas y cornisas. Asimismo, se empiezan a construir iglesias monumentales todas de bóveda y sillar; tal es el caso de la iglesia de Guaqui (Figs. 19, 20), a orillas del lago Titicaca, que fue edifi cada entre los años 1784 y 1788, gracias a los donativos del cacique Limachi. Es de una sola nave con dos torres a los pies, la nave y el presbiterio se cubren con cañón corrido. Todo el edifi cio es de piedra labrada, conservándose sobre las cornisas y pilastras la policromía que imita follajería. La por tada principal conserva mucho del estilo mestizo pues tiene la clásica composición de retablo. Un gran arco protege el conjunto. La iglesia de Guaqui tiene en el presbiterio cuatro lienzos que muestran escenas de la vida de Santiago apóstol, patrón de la iglesia.

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Dentro de nuestro estudio hay dos ciudades que participan de la arquitectura de la zona, Puno en el Perú y La Paz en Bolivia; esta última en el transcurso de su historia se convirtió en sede del gobierno y los edifi cios de la época virreinal son pocos y están inmersos en la urbe moderna. Son dos los edifi cios religiosos más signifi cativos: Santo Domingo y San Francisco; existen, además, varias residencias importantes hoy convertidas en museos.

La iglesia de Santo Domingo (véase la Figura 1 de la pág. 160) fue reedifi cada en el siglo XVIII. La portada se puede datar hacia 1760. Esta iglesia tiene tres naves,

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Fig. 19. Iglesia de Guaqui.

Fig. 20. Portada de la iglesia de Guaqui.

Fig. 21. Portada de la iglesia de San Francisco, La Paz.

Fig. 22. Tallado de la columna de San Francisco.

Fig. 23. Detalle de la portada lateral que decora las columnas con el rostro de un indígena en la iglesia de San Francisco.

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cúpula en el crucero y el presbiterio se cubre con crucería gótica. Su portada está compuesta como un gran retablo; en el cuerpo inferior la puerta de ingreso tiene arco trebolado, más dos hornacinas laterales con columnas salomónicas. En el segundo piso se abre una ventana fl anqueada por relieves que muestran grandes loros (Fig. 24) y algunas papayas, típica decoración en base a la fl ora y fauna tropical que recuerda el contacto del altiplano con las zonas bajas.

Los franciscanos fueron primeros en llegar a Charcas. Estuvieron en el altiplano antes de la fundación de la ciudad de La Paz; entre ellos venía fray Francisco Morales que fundó el Convento de San Francisco en 1548. La relación del cronista fray Diego de Mendoza dice: «El sitio es de los mas sano de la ciudad, a la ribera del río, con un hermoso puente de cal y canto, que hizo el convento para el pasaje y comunicación del pueblo…. La fábrica es llana sin arte….y alta….por caer en un barranco, como los demás edifi cios del pueblo»11.

El templo y convento que se ven hoy, se levantaron en el siglo XVIII. La obra se comenzó en 1743 y el minero Diego de Baena fue quien donó la suma de seis mil pesos para ella. Por las fechas inscritas en las bóvedas podemos datar la construcción en 1772. El templo fue consagrado por el obispo Campos en 1784, aunque la fachada no se había concluido todavía (Fig. 21). No se conoce el nombre de los arquitectos o maestros de obras que inter vinieron en la edificación, sin embargo los historiadores de ar te como Buschiazzo, Marco Dor ta y Wethey coinciden en afirmar que tiene relación estilística con la iglesia de Santiago de Pomata (depar tamento de Puno-Perú). La iglesia de San Francisco es de tres naves con cúpula en el crucero. La nave central se cubre con bóveda de cañón y las naves laterales con cúpulas elípticas. Toda la construcción es de piedra labrada. El claustro, que fue derruido, tenía arcos de medio punto sobre pilares. Lo mejor del templo es la por tada principal en cuyo vano de ingreso tiene arco trilobulado y mascarones en las enjutas. Flanquean la puer ta dos hornacinas y cuatro columnas salomónicas que descansan sobre bases decoradas con monstruos antropomor fos. Podemos ver en Sica-Sica y en Pomata una solución similar. A las naves laterales se accede por dos por tadas cuyas columnas están decoradas con rostros de indígenas (Figs. 22, 23).

En la ciudad de La Paz donde las por tadas interiores de las casas señoriales tienen tanta o más relevancia que la por tada exterior existe un edificio fechado que se conoce como la «Casa de 1768». Exteriormente ha sido reformada quedando y solamente una logia de piedra labrada que da a la calle. Los arcos del patio son de medio punto sobre pilares decorados con rosetas y argollas.

El Palacio Diez de Medina data de 1775 y hoy alberga al Museo Nacional de Arte; tiene dos patios y consta de tres plantas (véase la fi gura de las págs. 158-159), a la inferior se accede por la calle lateral atravesando previamente un zaguán. A la izquierda quedan las bodegas y dependencias destinadas a depósitos y habitaciones de servicio. A la planta de honor se llega por la escalera del patio de piedra berenguela (nombre local para el alabastro). La casa tiene ex-

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Fig. 24. Detalle de la portada de la iglesia de Santo Domingo con uno de los loros que flanquean la ventana central.

Fig. 25. Portada interior del Palacio de Villaverde, hoy Museo de Etnografía y Folklore. La Paz.

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teriormente una gran por tada barroca de tres cuerpos, y en la esquina sobre la Plaza Mayor (hoy Plaza Murillo) hay una logia, o galería abier ta. El patio, con sus arcadas de piedra en los tres pisos, es la par te más impor tante del edifi cio que muestra un concepto renacentista del espacio; la por tada interior es el punto focal de este espacio.

El Palacio de los Marqueses de Villaverde (hoy Museo de Etnografía y Folklore) se puede fechar entre 1776-1790. La portada interior tiene un arco de medio punto con las enjutas y jambas decoradas, frontón mixtilíneo remata el todo y dentro de él hay un escudo nobiliario con el mote: «Mi espada se quebrará más mi fe no faltará» (Fig.25). La parte de la arquería existente muestra el estilo característico de la ciudad con amplios arcos sobre pilastras. El conjunto se decora con motivos vegetales. A esta casona se ha traído el balcón de madera existente en una casa, hoy derruida, siendo el único balcón colonial de la ciudad que se conservaba; de la misma casa se trajo la pequeña portada que da ingreso a la parte moderna del museo.

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