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El Formativo en la cuenca norte del Titicaca

conforman un poblado no muy grande11. Todas las viviendas tenían fogones de cocina, de donde proceden fechados C14 que han permitido determinar que tuvo una larga ocupación, del Arcaico Tardío al Formativo Temprano12. En varios de los fogones se encontró restos de ocre y huesos de camélidos y de animales menores. Los pigmentos de ocre aparecen también en los entierros, y pintando huesos de camélidos. Por tanto, se deduce que en estos ambientes domésticos se hacían preparativos para rituales.

El hallazgo en Jiskairumoko de un collar de oro asociado a un entierro sugiere alguna forma de diferenciación de estatus por medio del uso de artefactos de oro mucho antes de la aparición de sociedades más complejas, capaces de generar algún tipo de excedentes. Igualmente, es una muestra del uso de oro en sociedades relativamente simples. El entierro tiene un fechado C14 de 3776 a 3690 a.p. (2155 a 1936 a.C), lo que hace que este sea la evidencia de oro trabajado más temprana de las Américas13.

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Fig. 4. La representación de cabezas decapitadas predomina en el arte lítico del Formativo, así como en la cerámica e incluso en los textiles. La ilustración muestra una cabeza decapitada de tamaño natural, que sobresale por haber sido encontrada in situ y ser la primera escultura completamente pintada en los registros arqueológicos. Pertenece al final del Formativo Medio. Museo Lítico de Pukara.

Fig. 5. El Degollador de Pucará es la escultura lítica más emblemática de la cultura Pukara. Muestra un personaje antropomorfo (cuerpo humano, cara de felino), portando en una mano una cabeza decapitada y en la otra, pegada al cuerpo, un tumi o cuchillo degollador. Pertenece al Formativo Superior. Museo Lítico de Pukara.

El periodo Formativo es la época comprendida aproximadamente entre los años 2000 a.C. y 400 d.C. Como su nombre lo indica, corresponde a la formación de la civilización, a sus orígenes. Se caracteriza por la aparición de las primeras sociedades aldeanas, con asentamientos permanentes, dedicadas a la ganadería y agricultura de altura como actividad fundamental, quedando la caza y recolecta como una actividad secundaria. Progresivamente se inicia la construcción de arquitectura monumental de uso público y el desarrollo de la metalurgia, aunque el indicador más característico es la aparición de la cerámica. La agricultura se intensifi ca gracias a la introducción de tecnologías apropiadas para el manejo de suelo y del agua y se da inicio a la forma de vida urbana, con formas de organización social y política complejas, incluyendo el inicio de los primeros Estados14. Una característica del Formativo en la cuenca norte del Titicaca, que fue documentada en el periodo Arcaico y que luego persistirá en los periodos posteriores, es la gran movilidad de las poblaciones. Durante el Arcaico se pudo defi nir por los estilos de puntas de proyectil; en adelante se haría por los estilos cerámicos, de los textiles, e incluso por la escultura lítica y técnicas constructivas (Fig. 4). Así, a diferencia de lo que ocurre en los Andes Centrales, aquí sobresale la permanente interacción de las poblaciones altiplánicas con aquellas que poblaban los valles de la vertiente occidental del los Andes, e incluso la costa desértica, así como con los valles mesotérmicos de la región del Cusco y también de la vertiente oriental, sea de forma directa ocupando fragmentos de ecosistemas o de forma indirecta a través del intercambio u otros mecanismos de complementariedad económica15. En la cuenca norte del Titicaca el Formativo ha sido dividido en tres fases: Inicial, Medio y Superior. El Formativo Inicial es la fase más antigua (ca. 2000 a 1300 a.C.), y corresponde a la aparición de la cerámica y a la consolidación del modelo de vida aldeana. El Formativo Medio (ca. 1300 a 250 a.C.) sobresale porque comienzan las construcciones monumentales, de carácter público, y la consolidación de territorios alrededor del lago Titicaca, a manera de pequeñas unidades políticas independientes. Así, el Formativo Superior (ca. 250 a.C. - 400 d.C.) corresponde a la consolidación de la cultura Pukara y la conformación de un estado vigoroso que

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controlaba un espacio importante del altiplano del Titicaca. Durante este periodo aparecen las sociedades complejas en la cuenca norte del Titicaca.

El Formativo Inicial

Sea por falta de investigaciones sistemáticas, o porque muchos de los asentamientos de esta fase se encuentran debajo de las construcciones más complejas de las fases posteriores, no es mucho lo que se sabe sobre el Formativo Inicial. Las evidencias indican que aquí comienza el desarrollo exitoso de la agricultura, del manejo de animales (camélidos y cuy) y la explotación consistente de los recursos lacustres, actividades productivas que coinciden con el establecimiento de aldeas permanentes en un proceso que tomó mucho tiempo16. Los asentamientos son villorrios indiferenciados, sin jerarquía alguna en sus componentes, ubicados cerca de zonas de recursos óptimos. En la Isla del Sol se han identifi cado asentamientos asociados a manantiales17; en la orilla occidental del lago Titicaca, en la zona comprendida entre Juli y Pomata, los asentamientos se ubican en las zonas inundables a la orilla del lago18; mientras que en el valle de HuancanéPutina, al norte del lago, los asentamientos se ubican al lado de los ríos19.

El Formativo Medio

El Formativo Medio es una de las fases más complejas y fascinantes del proceso histórico de la cuenca norte del Titicaca. Es la época cuando las poblaciones altoandinas comienzan a poner en práctica sus conocimientos del medio circundante y a sintetizar las experiencias de los siglos anteriores en mecanismos sociales y económicos innovadores que les asegurase un desarrollo exitoso en un medioambiente tan restrictivo.

Las investigaciones en la cuenca norte, sobre todo las excavaciones estratigráfi cas en el sitio arqueológico de Pucará, permiten subdividir esta fase en tres momentos. El primero caracterizado por el desarrollo de la sociedad Qaluyu y la aparición de la arquitectura pública; el segundo marcado por una fuerte interacción con distintas regiones del altiplano, la cuenca del Vilcanota en el Cusco e incluso los valles orientales, cuyo marcador cultural más importante es la cerámica de estilo Cusipata; y el tercero, como resultado de lo anterior, cuando se inicia la cultura Pukara, durante una fase que hemos denominado Pukara Inicial20. Es un proceso que duró casi mil años, cuando las sociedades del altiplano se hicieron más y más complejas, y que culminó con la consolidación de la sociedad Pukara en el Formativo Superior.

Las excavaciones en el sitio de Pucará han permitido documentar lo ocurrido durante el Formativo Medio con cierto detalle21. En los niveles inferiores se encontraron fragmentos de cerámica de poblaciones locales tempranas, correspondientes al Formativo Inicial. Sobre ellas aparecen evidencias de poblaciones Qaluyu, cuyo sitio tipo se encuentra a pocos kilómetros de distancia. Inmediatamente después los estilos cerámicos Qaluyu aparecen asociados a estilos cerámicos provenientes del valle de Vilcanota (Cusipata), estilos Chiripa prove-

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nientes de la cuenca sur del lago, e incluso algunos parecen provenir de la selva. Es un momento de fuerte interacción de poblaciones con tradiciones económicas distintas pero complementarias. Esta combinación generó un cambio cualitativo en el proceso histórico, que se manifi esta en la construcción de la primera pirámide en Pucará, debajo de la que hoy conocemos como Qalasaya, asociada a un estilo cerámico que contiene rasgos de la cerámica de Cusipata combinados con elementos que luego serán desarrollados ampliamente por los pukara durante el Formativo Superior (Fig. 6).

Las investigaciones realizadas durante la última década han incrementado sustancialmente nuestro conocimiento sobre Qaluyu. Por un lado, se ha identifi cado una importante concentración de sitios en el valle del Azángaro, en las zonas de Arapa, Huancané, Taraco y Putina. Por el otro, se ha determinado que existen sitios qaluyu en otras partes de la cuenca norte que serían más importantes que el sitio epónimo, como Cachichupa en el valle de Huancané-Putina22, lo que indica la necesidad de estudios más profundos para un mejor entendimiento de esta sociedad inicial, al parecer más compleja y desarrollada de lo que se proponía.

El Formativo Superior

Comprende el desarrollo de la cultura Pukara entre ca. 250 a.C. y 400 d.C. Ella se caracterizó por: a) la construcción de monumentales centros urbano-ceremoniales que requerían de un poder centralizado capaz de aglutinar y manejar una considerable cantidad de energía humana y mantenerla con un excedente productivo; b) la capacidad de implementar una adecuada tecnología para la producción y transformación de recursos agrícolas y ganaderos en un medioambiente tan frágil; c) el logro de una sofi sticada manufactura de cerámica, metalurgia, textilería

Fig. 6. La pirámide de Qalasaya, en Pucará, tiene en la parte superior tres edificios en forma de U, cuyas bases fueron grandes piedras perfectamente canteadas y pulidas. El templo central, conocido como Blanco y Rojo por el color de las piedras, fue excavado por Alfred Kidder en 1939.

Fig. 7. La cerámica Pukara se caracteriza por ser polícroma, decorada con diseños geométricos y realistas (felinos, camélidos y personajes que llevan cetros en cada mano) logrados en base a profundas incisiones. Es común el uso de caras de felino en apliqué y los cuencos con pedestal. Museo Lítico de Pukara.

7 y escultura lítica; y d) una peculiar organización económica complementaria que les permitió tanto el control de un territorio nuclear altoandino como el acceso a ecologías diversas situadas a largas distancias a través del intercambio de productos con otros grupos étnicos23. La cultura Pukara desarrolló un estilo muy propio para su cerámica, esculturas, tejidos y metales. La cerámica es sumamente distintiva ya que es polícroma y con diseños defi nidos por incisiones24. Los cuencos de base plana son las vasijas más características, así como las tazas y ollas. Una forma muy característica tiene la forma de trompeta (Fig. 7).

La escultura lítica se caracteriza por las estatuas y estelas (Fig. 1). Las primeras representan seres humanos, sobresaliendo el ícono de El Degollador (Fig. 5), mientras que las segundas muestran diseños de animales, seres humanos y complicados motivos geométricos. Fueron utilizadas principalmente para ornamentar los frontis de las construcciones monumentales, así como los templos que se caracterizaron por tener patios hundidos delimitados en tres de sus lados por construcciones en base a grandes piedras trabajadas y dispuestas en forma de U (Figs. 8a, b, c, d, e).

El patrón de poblamiento de Pukara está caracterizado por una jerarquía de sitios compuesta por un centro principal (Pucará), varios centros de menor tamaño pero fi namente elaborados, y aldeas dispersas por la cuenca norte del Titicaca. Su distribución refl eja que la cuenca norte del lago estaba controlada por esta sociedad.

Pucará, ubicado en el pueblo moderno del mismo nombre, a 106 kilómetros al norte de la ciudad de Puno, se extiende en un área aproximada de 6 kilómetros cuadrados, y está compuesto por un conjunto de estructuras domésticas muy

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complejas, organizadas en forma de recintos cerrados dispersos por la antigua terraza aluvial, y seis construcciones artifi ciales de forma escalonada, con evidente carácter ceremonial, donde sobresale la pirámide de Qalasaya25. La densidad de viviendas rústicas refl eja una ocupación permanente y compacta, y la distribución de materia prima a lo largo de los basurales indica un trabajo artesanal especializado. La presencia de estructuras complejas en forma de recintos cerrados señala especialización y jerarquía dentro del sitio, así como una división social sumamente marcada.

La existencia de arquitectura monumental de indudable carácter ceremonial denota la presencia de una élite especializada en la ejecución de rituales, y la orientación tan marcada de las pirámides hacia el Este revela que realizaban observaciones astronómicas. Por otro lado, la complejidad y el tamaño de las pirámides (300 x 200 x 32 metros la más grande) refl ejan indudablemente una gran concentración de mano de obra y acceso a sufi ciente excedente alimenticio como para mantenerla, además de los conocimientos técnicos para su construcción, y la organización social y política para su dirección26. El gran centro ceremonial de Pucará colapsó alrededor de 400 d.C. Pequeñas aldeas continuaron existiendo en la cuenca norte, mientras que la sociedad Qeya (Tiwanaku III), que se desarrollaba en la cuenca sur, continuó su proceso hasta convertirse en el centro de uno de los estados más poderosos de los Andes sur andinos: Tiwanaku.

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