La arquitectura renacentista en la zona del lago Las obras de la etapa inicial del virreinato fueron producto de transculturación de modelos de la metrópoli, que se materializaban tratando de hacerlos compatibles con la realidad local. La adaptación se percibe comparando obras de la misma época, como los conventos de Guadalupe y Saña situados en la costa norte, con soluciones del altiplano. Los primeros fueron edificados empleando ladrillos en muros, portadas y bóvedas, ante la escasez de madera y piedra, mientras que en la zona del lago se optó por construir utilizando adobes, material con el que tanto los incas como los españoles estaban familiarizados. Los templos se edificaron con nave única alargada, continuando la tradición mudéjar y para adecuarse a las dimensiones de la madera disponible. Las cabeceras de las capillas mayores se hacía de forma ochavada y empleaban armaduras de madera rolliza, en el sistema de par y nudillo, formando techos a dos vertientes. Por lo general los templos estaban localizados en espacios preferentes en las reducciones de indios. Tenían atrios amplios separados de la plaza por muros con arcos. Estos eran espacios sacralizados donde se hacían procesiones recorriendo capillas posas, y se efectuaban velatorios ante cruces permanentes, en capillas de la misericordia o miserere. Caracterizaba a las iglesias la presencia de una portada en el muro de pies y otra a mitad del muro lateral. En el interior la nave estaba separada de la capilla mayor por un gran arco de medio punto y el muro apoyado encima del arco sobresalía, para que la cubierta del presbiterio se eleve a mayor altura. Completaba el conjunto una sola torre, con base de piedra, campanarios de adobe y vanos elípticos. Las portadas de ese periodo hechas de ladrillos adoptaron la forma de arco de triunfo, pudiendo tener una o tres calles. Los planos para construir los templos siguieron modelos de los tratadistas de arquitectura, de técnicas constructivas y de liturgia en las iglesias. Si bien eran Fig. 3. Fachada principal de la iglesia de San Pedro de Paucarcolla empezada a construir en 1562. Su portada renacentista sigue el esquema de arco de triunfo, con tres calles en un solo cuerpo, rematado con frontón triangular. Fig. 4. Fachada lateral de la iglesia de la Asunción de Juli, con su portada renacentista de principios del siglo XVII. Se observan la torre barroca y la portada de acceso al atrio, edificadas en el siglo siguiente.
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Fig. 5. Portada lateral de la iglesia de la Asunción de Chucuito, de estilo renacentista. Está compuesta con hornacinas superpuestas y medallones, entre las columnas y las jambas de la puerta, cuyo arco está decorado con recuadros rehundidos.
Arquitectura virreynal