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Costumbres y comida de hoy Las zonas lacustres pobladas por los modernos descendientes de las culturas prehispánicas no han perdido su tradición: la papa es el alimento primordial, en combinación con todo otro elemento; el chuño se consume remojado y hervido (ph′uti), solo, o con ají molido y combinado con hierbas como la wakataya, menta andina o kirkiña. La quinua se consume en pesk′e (sopa espesa) o en kispiña, una especie de nutritiva y duradera galleta amarga andina. Se come el cuy «estirado» (frito o cocido a la piedra), el pescado en ch′allwewallake o sopa con cabeza, aletas y todo, ispis, pequeños peces salados y secados al sol, las habas tiernas apenas cocidas, que se deshacen en las manos y en la boca. Los platos de hoy son cercanos a los de entonces. La población perilacustre, con apenas unos pocos añadidos postcolombinos como pan, queso, o carne
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de res, consume todos los alimentos tradicionales. Aún en los múltiples restaurantes y posadas de la zona se ofrece: «chairo» sopa en base a papa y chuño, charque y hierbas; «plato paceño», maíz en mazorca, habas en su cáscara, papas cocidas, ají y queso; «Humintas», pasteles de maíz con queso y ají; «watía», combinación de tubérculos y carnes cocidas a la piedra, etc. El campesino de la zona lacustre empieza su día con un fuerte desayuno de sopa (generalmente lo que quedó del día anterior), con las consabidas papas y otros tubérculos. Hace un descanso a media mañana, con kispiña o algunas papas u ocas cocidas, envueltas en un trozo de tela, y cuando el trabajo es duro, unas hojas de coca para levantar el ánimo. A media tarde, otro descanso con un similar refrigerio, y luego al atardecer, una nueva sopa espesa con algo de charque, papas, fideos, chuño y arroz. La mezcla de carbohidratos, mínimamente tres y a veces cuatro
(cuando se añade pan a la comida), no debe extrañar, ya que el habitante de estas zonas altas –donde no existe la obesidad– necesita de muchas calorías para el trabajo diario. Poco ha sido lo que añadió el mundo moderno a esta dieta tan tradicional, y en algunos casos, la empobreció, por ejemplo, al sustituir la quinua o la cañawa por harinas refinadas o arroz, sin mayor valor nutritivo. Es decir, los alimentos de larga tradición se consumen aún hoy, en forma diaria y comunitaria. Esto último es muy importante. El trabajo se hace en comunidad, y los alimentos también se comparten comunitariamente. En la pesca, por ejemplo, el pescador no entrega el fruto de su trabajo a la familia. Cuando los pequeños veleros regresan de sus incursiones en el lago, vuelcan la pesca (buena o mala) en una sola red, para que sea dividida entre todas las familias de la comunidad9. De la misma manera, en el campo, durante el
La alimentacion en la zona del lago Titicaca ayer y hoy