OL VI DO Geraldine Zapata Valencia
El 28 de abril de 2021 se agendó una jornada de manifestaciones a nivel nacional por la nueva reforma tributaria que Alberto Carrasquilla, entonces Ministro de Hacienda, [94] La ciudad de la furia
habría calculado fríamente para extraer más renta por medio de impuestos, que solo están dirigidos a la población más vulnerable. Pero éste solo fue el detonante de los constantes atropellos a los que el gobierno de Iván Duque, y en general los gobiernos neoliberales “elegidos” en Colombia, condenan a la población popular; pues la no implementación del acuerdo de paz, los recortes presupuestales para la educación, el abandono estatal, la ausencia de programas de trabajo para jóvenes que no tienen oportunidades y el abuso policial constante, son solo algunas de las razones que generaban en la población esa sensación de enardecimiento. Inicialmente la jornada se desarrolló de manera pacífica, aunque con gran masividad en sus puntos de encuentro. Sin embargo, el abuso policial mencionado anteriormente, terminó de detonar la bomba de tiempo que sería la crisis social y económica a la que ha estado sumida Colombia. Los primeros manifestantes y pobladores asesinados por la Policía Nacional y el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), generaría el terror y la ira suficiente para convertir las calles en campos de batalla. Y no era para menos, ya que protestar para conseguir las oportunidades que el Estado nunca ofreció, los estaba condenando a la muerte. Y así sucedió con muchos niños, jóvenes y adultos que solo querían una oportunidad, una oportuni-