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REBELDÍA - Luis Fernando Betancourth Freire
Luis Fernando Betancourth Freire
REBELDIA
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Fue un 28 de Todo comenzó como un hito en la abril del año 2021, día en el protesta social y terminó siendo el paro nacional, con el grado de magnitud más grande en daños matecual se desató riales y muertes en comparación a el inicio del otras movilizaciones. Este hecho es caos en el país. el reflejo de décadas de violencia, de intentos fallidos de construcción de paz, de desigualdad e injusticia social. Las movilizaciones se realizaron por la noticia del proyecto de reforma tributaria propuesto por Iván Duque, mientras que en Colombia se vivía el punto más alto de la pandemia por Covid-19, las personas hicieron caso omiso a las normas de bioseguridad y prefirieron salir a las calles a protestar contra el gobierno corrupto, sin importar su salud, desatando un sin número de muertes, abuso policial y desigualdad.
Todo fue por el ajuste fiscal propuesto por Duque, lo que provocó las protestas de los colombianos, que muchos pensaron que dificultaría aún más la supervivencia en una economía ya asfixiada por la pandemia. Sin embargo, el desahogo se convirtió rápidamente en una expresión generalizada de indignación por la pobreza y la desigualdad, que aumentaron junto con la propagación del virus, y la violencia con la que la policía respondió al movimiento. Tanto estudiantes, maestros, trabajadores de la salud, agricultores, comunidades indígenas y muchos más se reunieron en las calles, con el fin de hacer sentir su inconformidad con las decisiones del Estado, que desde tantos años de historia
ha continuado reproduciendo los ciclos de violencia, siendo imposible no estar afectados por la barbarie imperante. Ante demasiada injusticia es inevitable que no se genere desesperanza en los colombianos, así como también es razonable que demasiada represión logre su objetivo de asustar a la sociedad, colocando a Colombia en un país donde se imponen los valores conservadores y se mata la diferencia.

En la capital del Valle del Cauca, las manifestaciones se han tornaron mucho más intensas en comparación a las demás ciudades del país. Muchas pancartas rondaron al interior de la ciudad apoyando la protesta social, rechazando cualquier acto violento policial y al gobierno opresor, que no dejaba marchar pacíficamente, vulnerando los derechos humanos de los ciudadanos; todo esto conllevó a la rebeldía por parte del pueblo caleño, registrando un alto número de disturbios y actos graves de vandalismo superiores a las otras ciudades del país, en donde encapuchados atacaron sucursales bancarias, oficinas gubernamentales, saquearon establecimientos comerciales e incendiaron la mayoría de las estaciones de transporte público masivo Mío, dejando miles de pérdidas materiales.
En constancia de los hechos y viendo la situación crítica de la ciudad, la sucursal del cielo se ha denominado como La ciudad rebelde, llevando a una mesa de diálogo con los líderes de la unión de la resistencia, el alcalde de Cali y la gobernadora, en la cual se firmaron unas garantías para la protección de los jóvenes en medio de la manifestación pacífica, alcanzando acuerdos importantes como es el respeto y reconocimiento del pueblo.