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INMERSOS - María Andrea Hernández Hurtado

IN MER SOS

María Andrea Hernández Hurtado

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¿Qué sucede?, me duele todo el cuerpo,

me siento derrotado, no tengo idea de por qué me encuentro aquí. ¿Qué es ese olor? ¿Acaso es sangre?, tengo ganas de vomitar, pero estoy tan débil que no puedo hacerlo. A pesar del aturdimiento, oigo sus voces mientras lanzan algo al lugar en donde estoy. Todo se encuentra oscuro. La pequeña luz que entra por la puertecilla que han abierto no es suficiente para darme cuenta del lugar en el que me ubico.

Siento un punzante dolor en el abdomen, es desesperante y creo que en cualquier momento lo perforará, decido levantar la cabeza por más complicado que me resulta, entonces lo veo, intento gritar histérico, pero el terror me ha paralizado, hay un montón de cuerpos inertes que me rodean: hombres, mujeres, jóvenes y adultos. En ese momento, lo recuerdo.

Marchaba por mi país, por mi futuro y por el de muchos, sabia lo peligroso que era, pero a pesar de eso, estaba dichoso porque detrás de ese positivismo juvenil, estaba la esperanza de un cambio. Me encontraba tan decidido que no me doblegué cuando llegaron, sostuve con más fuerza que nunca la bandera que llevaba en las manos y sin miedo alguno seguí caminando.

Recuerdos borrosos, disparos, gritos y un largo silencio. Mientras me arrastraban, pude ver la satisfacción en sus ojos, el gusto por hacer de mi una más de sus víctimas. Tenía ganas de vivir, gritaba y pataleaba con la esperanza de que alguien me oyera, nadie lo hizo. Lloré pensando en lo que pasaría, qué sentiría mi familia, ¿Acaso ellos no tenían una?

Me golpearon hasta dejarme inconsciente, al creer que había muerto me llevaron al camión tal como habían hecho con todos los otros. ¿Cuál era el paradero?, un rato después supe la respuesta. Volvieron a abrir la puerta y tomándonos sin delicadeza alguna nos dejaron en un montón a la orilla del rio. Soltaba lágrimas silenciosas, ellos ni se dieron por enterados, mientras uno a uno fuimos siendo arrojados a las oscuras aguas.

¿Qué si tuve miedo? Sí, mucho. Mientras me hundía lentamente pensaba en mi hermano, quien años atrás había desaparecido en una marcha, nunca se supo de él, ahora por fin nos encontraríamos.

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