RESIGNIFICACIÓN - Jhon Stevan Gómez

RESIG NIFICA CION

Jhon Stevan Gómez

El paro nacional en Colombia, llevado a cabo este 2021,

ha sido sin duda un hito importante en la historia de las movilizaciones sociales en el país, ya que, comparado con las protestas anteriores, como lo fueron las del 2019, este paro ha tenido mayor escala y ha conseguido mayores resultados. El paro, inicialmente, tuvo lugar como una resistencia del pueblo colombiano a la llamada reforma tributaria propuesta por el gobierno colombiano en un contexto de pandemia, donde las condiciones sociales y económicas estaban agudizadas por los periodos de cuarentena y las medidas sanitarias que terminaron prolongando el cierre de muchos negocios, afectando principalmente el comercio de muchas ciudades.

Este paro ha sido el reflejo de lo que se viene presentando hace muchas décadas en nuestro país: la desigualdad social, la violencia y los muchos intentos fallidos por construir la paz en el territorio. El descontento social y la historia del desarrollo de la protesta ha sido plasmada a través de los murales en las ciudades y en los barrios donde la lucha popular ha sido de gran importancia, como se evidenció en la ciudad de Cali. Por tal motivo, la comunidad caleña ve la resignificación de espacios como una oportu-

nidad de cambio, ya que esta resignificación de espacios se ha convertido también en una resignificación de la lucha popular, pues se han transformado en escenarios de resistencia y participación para una sociedad que históricamente ha sido estigmatizada y segregada. Estos espacios son propicios para quienes no se sienten representados por ninguna institución o partido político tradicional, y ven allí la oportunidad de lograr una transformación social, en una sociedad marcada por la desigualdad.

En Cali muchos lugares fueron rebautizados por los indignados, por ejemplo, la Loma de la Cruz pasó a llamarse Loma de la Dignidad; de igual manera el antiguo Puerto Rellena pasó a llamarse Puerto Resistencia, pues allí se construyó un monumento como símbolo de resistencia, debido a que este se convirtió en el epicentro de la lucha popular.

De acuerdo con lo anterior, otra de las formas de resignificación y reapropiación de espacios que se ha venido desarrollando comúnmente en varias ciudades, es el derribamiento de antiguos símbolos y figuras impuestas, en muchos de estos lugares fueron reemplazadas por otros o simplemente se plasmó la reconquista a través de la pintura. Un ejemplo es la figura de Sebastián de Belancázar, ubicada en la ciudad de Cali, la cual fue derribada por indígenas de la comunidad Misak, como acto de reconquista por la memoria del cacique Petecuy, quien luchó contra la corona española. En conclusión, podemos decir que la creación de murales y los nuevos nombres en los lugares más representativos de Cali, responden a acciones que demuestran la preocupación de quienes participan de las manifestaciones por repensar la historia y sus símbolos.