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ESTALLIDO - Yeni Viviana Bolaños

ESTA LLIDO

Yeni Viviana Bolaños

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Desde el día 28 de abril, en el marco del paro nacional,

en muchos lugares del territorio colombiano se presentaron manifestaciones, en algunos casos pacíficas y en otras violentas. En Cali miles de ciudadanos en su mayoría jóvenes, salieron a las calles a pesar de las restricciones que se han venido tomando en materia de salubridad frente al Covid 19, y alzaron su voz principalmente en rechazo de algunas medidas propuestas por parte del actual gobierno nacional y frente a muchas otras problemáticas que aquejan a la ciudadanía caleña.

Respecto a esto surgen las preguntas, pero ¿por qué Cali es el epicentro del estallido social que ocurre en el país? ¿Por qué la ciudad adoptó con mayor fuerza las movilizaciones frente al gobierno nacional?

Tal vez porque la ciudad es el destino de muchas personas venidas de diversas regiones, en su mayoría de comunidades negras del pacífico, otras del sur del país; también del extranjero con la llegada masiva de connacionales venezolanos, producto del éxodo que vive ese país desde hace algunos años. En el caso de las familias desplazadas, ven en Cali un lugar en donde encontrar mejores oportunidades, un lugar en donde pueden refugiarse tras huir de esa cruenta guerra por diversos actores que vive el país desde hace más de 50 años, principalmente en zonas rurales.

Sin embargo, la realidad es diferente, y es que Cali a pesar de ser la ciudad más importante del sur occidente colombiano y por ende contar con más oportunidades de empleo, que sus lugares de origen, y ofertar servicios de primer nivel, está muy lejos de ser el lugar que esperan y necesitan.

La ciudad presenta muchas problemáticas, tales como: desempleo, violencia, pobreza, déficit de vivienda, de educación (principalmente superior), entre otras necesidades fundamentales, las cuales hacen parte de la larga lista que tiene la ciudad en el diario acontecer. Es que estos flagelos se sienten más en la población joven que reclama y exige más y mejores oportunidades.Se sienten en una ciudad que respira desesperanza, incertidumbre y que tiene grandes retos para recuperar la estructura social.

En este sentido, lo que sucedió durante las movilizaciones en la ciudad no fueron hechos espontáneos, ni tampoco aislados a una serie de sucesos que se vienen presentando desde hace tiempo atrás y que se profundizaron, aún más, debido a la pandemia: la ineficiencia de los gobiernos, tanto nacional como de la administración departamental y local, alentaron a que las protestas se tornaran violentas, al no dar respuestas asertivas, frente a lo que exigía la ciudadanía.

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