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CALIPOST28A - Carlos A. Castañeda
CALI POST28A
Carlos A. Castañeda
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La ciudad de Cali tradicionalmente ha sido conocida cómo: capital mundial de la salsa,
capital deportiva de América y la sucursal del cielo. Pero el 28 de abril de 2021-28A – “nacieron” nuevas etiquetas: Cali, capital de la resistencia, capital del infierno y capital de la anarquía; frases que hacen alusión a las manifestaciones más enérgicas de todo el país en el marco del estallido social más reciente y a todos los hechos de violencia continua, que ocurrieron sistemática en esta ciudad, y con mayor fuerza que en el resto del territorio nacional.
Este escenario dio origen a una “nueva” Cali, desconocida y totalmente “rota” en su tejido social, a la “deriva” y sin “timón”, en un mar de violencia que se agitó a la sombra de reclamos al gobierno nacional por parte de múltiples sectores sociales, que decidieron visibilizar problemáticas que se han ignorado históricamente. Estos reclamos, a los cuales se les han dilatado de manera intencionada las soluciones, han detonado en intensas manifestaciones que exigen al gobierno central, una mirada que priorice a los sectores olvidados, más pobres y vulnerables de la sociedad, una mirada que ofrezca verdaderas oportunidades laborales, académicas y, por ende, que mitiguen el abandono social en todas sus dimensiones.
Pero, paralelo con este clamor social, han emergido grupos que tienen como accionar el terrorismo, la anarquía y el caos, argumentando que representan a los jóvenes que irónicamente reclaman educación, trabajo y protección social; un discurso que en-

frenta por un lado los deseos de oportunidades de una población, con el accionar delincuencial de otros que dicen hacer parte del paro, empañando las intenciones sociales de inconformidad con el manejo del país, hacia los organismos de poder, dejando como única estrategia institucional de lucha, el apelar a unos derechos humanos que son vulnerados a cada minuto y que se transgreden desde todas las partes.
Es así como el paro nacional se trasladó a luchas sociales locales de diferentes intensidades, donde a través de negociaciones desconectadas de una mesa nacional de paro, se buscaba detener la ola de destrucción de la infraestructura pública de cada ciudad; hechos que dieron origen a vacíos urbanos donde aún hoy reina la ley del más fuerte, donde se extirpó toda presencia institucional y donde las personas pasan con temor, donde no saben si pueden atravesar, donde es incierto el destino que les espera al otro lado; evidenciando nuevamente la mirada esquiva del gobierno central, que ejecuta como estrategia, el dejar que en cada capital resuelvan de manera independiente cada pliego de peticiones a través del agotamiento social.
Pero, aún así, esta llamada resistencia ha causado la resignificación de espacios urbanos donde se han construido nuevos lenguajes, nuevas ideas y nuevos monumentos que dejan ver el momento histórico que vive el país, transformando reclamos sociales, lágrimas de familias, hambre y necesidad, en puntos que atraen la mirada reflexiva de múltiples líderes nacionales y del mundo, para apoyar la búsqueda de un verdadero cambio en las próximas contiendas electorales.