TE JI DO
Brahyan González Banguero
La lucha, la rabia y la agorafobia, sentimientos constantes que permean la realidad de esta ciudad,
algunas personas le llaman Cali calentura, donde la cuña “calentura” no hace alusión exclusivamente al radiar del sol que nos golpea, también se refiere a la inseguridad y sinfín de peligros a los que nos vemos expuestos, solo por el hecho de habitarla. Hace poco un parcero partió de este plano, hoy recuerdo una conversación que tuvimos hace un par de meses, donde dijo entre risas: “Es que aquí el sol nos tiene tostados a todos”. Luego de un panorama desalentador y cada vez más asfixiante por parte del Gobierno, se propone una reforma tributaria con políticas cero generosas con las clases media y baja, poblaciones que representan más del 60% del país, como respuesta a esto se empezó a gestar un paro nacional. Con el pasar de los días varias entidades, instituciones públicas y privadas se fueron sumando, solidificando la fuerza y el alcance del paro. El 28 de abril se convoca el primer día de paro, la mañana inicia con Belalcázar derribado por la Comunidad Indígena Misak, dando un mensaje fuerte y claro, inicia el paro y el pueblo se hizo sentir. [86] La ciudad de la furia