BU ZI RA
Lina Revelo
Estallidos silenciosos aluden las sendas de Buzira, se han soñado vidas dentro de sus calles,
se han revivido dolores en sus aguas, porque no puedes no conocerla sin que atraviese una roca redonda que nos hablan de meandros, de nacimientos y punto de partida. Sobre la patria se viste un fusil donde el cielo pinta artes, colores que se derriten y se siente el pellizco de dos ruedas, no puedes caminarla, debes andarla, no puedes respirarla, solo la conoces con suspiros. Lo que habita ahí solo se compara con canciones de tambores y morada sangre, un cemento que se comen las termitas con trompetas. Según sus historias aquí crece la maquina más antigua del futuro, que en una época significó y retroalimentó las ganas y rugidos de bocas que nunca hablaron, esas cuentan las historias de antiguas, presentes y futuras aventuras, con ella me topé y fue con ella con la que nunca hablé un idioma, pero miles de lenguajes, busqué su boca, pero solo la escuché y supe que me entendía. Asfalto corrugado y sediento que se llenó de pinceladas, hablaba, volvía a buscar su boca y no la encontraba. Y es que aquí la periferia se vive con otro tinte, las calles en un giro se vuelven angostas, en una mirada se va el banco y se queda un andén, que es la misma ciudad en un territorio de 6 pies, tan dinámico y resonante, solo parpadea y se vuelve trinchera, [100] La ciudad de la furia