Envejecimiento poblacional y el mercado de trabajo | 159
reemplazadas por la automatización. Esto crea un grave riesgo en el mediano plazo, ya que la cantidad de trabajadores expuestos al riesgo de desempleo tecnológico está aumentando, y por lo general dichos trabajadores se ubican en el medio de la distribución tanto de ingresos como de nivel educativo. Por lo tanto, este proceso podría dar lugar a una polarización laboral y de ingresos que aumentaría la desigualdad en la región. En este sentido, las políticas públicas deben promover la adopción de nuevas tecnologías de producción, pero también facilitar las transiciones y reducir el riesgo de desempleo tecnológico y polarización laboral.
8.3 CONCLUSIONES Y OPCIONES DE POLÍTICA Los países de la región se encuentran un proceso de envejecimiento poblacional. Esta transición gradual, pero inevitable, incide de forma directa sobre la estructura y la dinámica del mercado de trabajo, y debe analizarse desde una perspectiva global. El envejecimiento poblacional, afecta tanto al tamaño de la fuerza de trabajo como a su productividad. Los hallazgos del presente capítulo sugieren que la transición hacia una población más envejecida podría reducir el tamaño de la población en edad de trabajar y, por lo tanto, el tamaño de la fuerza de trabajo. Es de esperar que la participación total de la población en edad de trabajar disminuya a medida que los países vayan finalizando el período del dividendo demográfico. Al respecto, si no se producen cambios en el comportamiento de las personas que se traduzcan en un incremento de las tasas de participación de cada grupo etario, la dinámica demográfica por si sola generará una caída en la razón de sustento de la economía. A la vez, el envejecimiento poblacional incrementa la edad promedio de la población activa. Este fenómeno es de particular relevancia debido a sus implicancias en la productividad laboral media. Si se supone que la productividad de los trabajadores está inversamente relacionada con la edad, una fuerza laboral envejecida podría tener efectos negativos sobre la productividad global de la economía. La importancia de la evolución futura de la tasa de actividad y de sus características, en un contexto de envejecimiento, obedece a que, en ausencia de cambios en otros factores que contribuyen con el crecimiento económico, una caída de dicha tasa podría ocasionar una disminución del PIB per cápita. La gradualidad con la que los países transitan hacia una población más envejecida permite anticiparse a través del diseño de estrategias o cambios institucionales destinados a mitigar el impacto negativo sobre la oferta laboral. Esto último responde al hecho de que los cambios institucionales en general son procesos que toman tiempo y requieren consensos políticos y sociales. En este sentido, se identifican dos dimensiones en las cuales hay espacio para la políticas públicas. Por un lado, es necesario generar las condiciones que promuevan una mayor participación en la actividad económica de aquellos grupos poblacionales tradicionalmente inactivos (mujeres y adultos mayores). Con respecto a la expansión de la PEA femenina, la generación de incentivos, la eliminación de prácticas discriminatorias y la mejora de los servicios de cuidado, sobre todo de las escuelas infantiles, permitiría expandir su participación. Si bien la participación laboral femenina se ha incrementado durante los últimos veinte años, todavía encuentra en niveles muy por debajo de la de los varones. Esto indica que la región cuenta con activo económico poderoso, cuyo