
2 minute read
6.7 Costo de los cuidados de largo plazo
salud primaria deben recibir capacitación y estar familiarizados con los problemas de salud geriátrica. también se requiere la cooperación entre las agencias gubernamentales especializadas en salud y las personas a cargo de los servicios sociales.
6.7 COSTO DE LOS CUIDADOS DE LARGO PLAZO
En los países de altos ingresos, el debate sobre políticas de cuidados de largo plazo se concentra en los costo crecientes de provisión del servicio y en la necesidad de minimizar su impacto fiscal. si bien es relevante, esta interpretación fiscal del “costo” es restrictiva, y esconde algunos puntos importantes.
En primer lugar, los cuidados de largo plazo siempre tienen un “costo” que puede ser: fiscal, de gastos de bolsillo, de oportunidad para cuidadores no remunerados, o, si la atención es inadecuada, de pérdidas de calidad de vida para las personas mayores. Por tanto, el problema central radica en cómo distribuir tales costos, entre dominios públicos y privados, entre generaciones y, también entre varones y mujeres. Esto requiere de un debate informado por parte de la sociedad.
En América Latina, el costo principal para el Estado es la hospitalización innecesaria. Algunos países de la oCdE han podido reducir el tiempo promedio que las personas de todas las edades pasan en los hospitales, utilizando la tecnología para disminuir el tiempo de recuperación y protocolos de alta más eficientes. En el caso de las personas mayores dependientes, la disponibilidad de servicios de cuidados de largo plazo adecuados en la comunidad podría tener un efecto significativo en las tasas de alta hospitalaria. En efecto, existe una clara correlación entre la capacidad funcional reducida en las edades adultas y los ingresos hospitalarios. La tasa de disminución de capacidad funcional en la vejez es mucho más baja en algunos países que en otros, lo cual indica que hay espacio para mejorar, a través de la promoción de la salud para personas de todas las edades. de igual modo, la disponibilidad de servicios comunitarios de cuidados de largo plazo puede reducir las demoras en las altas hospitalarias.
La segunda consideración sobre el financiamiento de los servicios de cuidados es si el gasto público desplaza al apoyo familiar. un estudio realizado en una serie de países, incluida la república de Corea, señala que el hecho de ser beneficiario de servicios de cuidados financiados con recursos públicos no reduce la probabilidad de obtener apoyo familiar o de vivir de forma independiente (Kim y Lim, 2015). En la práctica, el hecho de que el financiamiento del Estado desplace o promueva el cuidado familiar, dependerá del mecanismo de financiamiento que se implemente. Es posible que el financiamiento público de las intervenciones que propicien la independencia de las personas mayores y asistan a los cuidadores familiares tenga un efecto positivo, mientras que aquel que privilegie la internación y el cuidado residencial tendrá un efecto negativo.
En la mayoría de los países de la región, el financiamiento público de los servicios de cuidados es fragmentado y carente de coordinación. una parte del financiamiento se entrega a través del sector salud convencional, ya sea de forma predeterminada (por ejemplo, estadías hospitalarias innecesariamente largas) o como una extensión de los derechos de los servicios de salud en caso de discapacidad, fragilidad y dependencia. En teoría, los seguros sociales de salud suelen financiar un conjunto de servicios de cuidado. A menudo, agencias gubernamentales externas al sector salud otorgan financiamiento adicional. tal es el caso de los ministerios de bienestar y de desarrollo social. Algunos programas de pensiones contributivas incluyen un apoyo adicional para las personas