
1 minute read
4.1 Introducción
4
Desafíos y oportunidades macroeconómicas de la transición demográfica
4.1 INTRODUCCIÓN
El envejecimiento poblacional tiene efectos fiscales que requieren la intervención de las políticas públicas. Sin embargo, esos no son los únicos efectos económicos que puede ocasionar la transición demográfica. A medida que las sociedades envejecen, cambia su estructura etaria: la primera etapa, caracterizada por el incremento de la proporción de personas en edad de trabajar, finaliza cuando el aumento de la cantidad de adultos mayores pasa a ser la tendencia predominante. Esa primera etapa relativamente corta, conocida como el bono demográfico, brinda una oportunidad para acelerar el crecimiento económico antes de que se consolide el proceso de envejecimiento. A partir del marco conceptual descrito en la introducción, el presente capítulo analiza este fenómeno, así como las oportunidades disponibles para lograr un incremento de la dotación del capital y de la productividad, es decir, el “segundo dividendo demográfico”.
Los efectos macroeconómicos de la transición demográfica en América Latina sobre el desarrollo y las políticas públicas ocurren en dos etapas distintas: primero, el bono demográfico (y el consiguiente primer dividendo) y, a continuación, los cambios en la estructura de la población que conducen al envejecimiento. Si bien los perfiles demográficos de los países de América Latina son diversos, la región posee algunas características comunes que vale la pena considerar. Las economías que contribuyen con la mayor parte de la población y del PIB comparten los siguientes dos atributos: i) son países de ingresos medios o medios-altos, y ii) han permanecido en el período de bonificación demográfica durante un tiempo prolongado, por lo tanto, en muchos casos, están saliendo de dicho período y por ingresar a la etapa de impuestos demográficos. El principal desafío que enfrentan los países de la región, dado el contexto demográfico, es cómo acelerar el crecimiento para lograr la transición de países de ingresos medios a países de ingresos altos (Bloom et al., 2015; Bussolo et al., 2015; Canning et al., 2015; Cotlear, 2011; Banco Mundial, 2016a y b; y, Sheiner, 2014).
El desafío actual es aprovechar los beneficios que ofrece lo que resta del primer dividendo, sin pasar por alto el hecho de que, a medida que la población envejece, la fuerza laboral disminuye en términos relativos, a la vez que aumenta la proporción adultos mayores. El incremento del índice de dependencia puede