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4.6 Conclusiones

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cómo aprender

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con demografías asimétricas pueden beneficiarse significativamente con una mejora en la capacidad de sus sistemas financieros para integrarse en los mercados internacionales. de igual modo, se verían muy favorecidos con mejoras en la “arquitectura financiera internacional”, un bien público global que aún no ha recibido la atención necesaria. El g20, que reúne países jóvenes y envejecidos, así como países que se encuentran en la ventana de oportunidad, podría ser el ámbito apropiado para discutir cómo proveer los bienes públicos globales requeridos para aprovechar los beneficios que ofrece la “demografía asimétrica”.

El progreso técnico es otra forma de evitar la caída de las tasas de retorno debido a la acumulación de capital. La productividad total de factores (PtF, daude y Fernández-Arias, 2010) en la región tiende a ser baja debido a la falta de inversiones en ciencia y tecnología. Las intervenciones de política destinadas a promover la PtF tendrían un efecto positivo sobre la capacidad de los ingresos no laborales para financiar el consumo durante el envejecimiento. un rasgo prevaleciente en toda la región –aunque con diferente intensidad– es el de la informalidad y el subempleo. Si los países de América Latina y el Caribe generan empleos que les permitan a los trabajadores “tradicionales” contar con ocupaciones “modernas”, podría aumentar la productividad global de la economía.

4.6 CONCLUSIONES

A lo largo de este capítulo se han analizado los vínculos entre la transición demográfica, el envejecimiento poblacional y la macroeconomía. Se ha visto que dichos vínculos son múltiples y se modifican con la evolución de la demografía, las características específicas de cada economía y su grado de inserción en la economía internacional. Este tipo de análisis no suele formar parte del proceso de diseño de las políticas públicas. Aun cuando la importancia de la demografía para el crecimiento y la sustentabilidad de la deuda está bien documentada, no suele tener un rol preponderante en las discusiones macroeconómicas. Esto obedece, en parte, a que sus efectos se perciben de forma gradual, dado que las consecuencias de los cambios en la estructura de la población están parcialmente “escondidas” de los hacedores de política y la opinión pública. Sin embargo, la preparación para el envejecimiento debería ser parte integral de las estrategias de desarrollo sostenible para los países que actualmente atraviesan la ventana de oportunidad demográfica. una ventaja para los países de la región es que pueden aprender de la experiencia de las economías que se encuentran en etapas avanzadas de la transición. Sin embargo, hay cuatro dificultades que complejizan ese aprendizaje. La primera es que los países latinoamericanos saldrán del bono demográfico, y comenzarán su proceso de envejecimiento, con un PIB per cápita que probablemente sea inferior al tenían los países desarrollados cuando empezaron dicho proceso. El PIB per cápita en pesos constantes de 2010 de Japón era de uSd 30.000 y el de Corea, uSd 22.0000. Ambos valores representarían un límite superior optimista para América Latina y el Caribe. La segunda es que tanto las decisiones de política como el comportamiento de los agentes económicos y las personas se irán conociendo a medida que avance el proceso de envejecimiento. Las reacciones varían de país a país debido a factores institucionales y culturales. no obstante, hay elementos que son comunes a toda la región, como el alto grado de informalidad laboral y la dependencia de recursos naturales. La tercera es que el contexto demográfico internacional en que sucederá el envejecimiento latinoamericano será diferente al de los países que

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