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9.5 Conclusiones

9.5 CONCLUSIONES

La demografía y el cambio tecnológico se encuentran en América Latina durante una coyuntura crítica en la historia de la región. La automatización, la robotización y la destrucción y recreación de tareas, y de empleos, se producirán, en muchos países, junto con el envejecimiento poblacional. Durante este proceso, la cohorte activa alcanzará el mayor tamaño de su historia, antes de comenzar a disminuir a medida que vaya creciendo el número de personas mayores. Las futuras cohortes de población activa deben adoptar e impulsar el cambio tecnológico y la innovación. Sin embargo, para alcanzar este objetivo, tan ambicioso como necesario, deberán abordarse los desafíos educativos, antiguos y nuevos, y el capital humano, aumentar rápidamente.

La educación y la atención básica de la primera infancia deben extenderse para alcanzar a un porcentaje de niños mucho mayor que el actual. En el nivel regional, la proporción de niños en la escuela primaria y en la adolescencia temprana con riesgo de carecer de habilidades básicas es bajo. Las mejoras en la cobertura de la educación primaria y secundaria temprana, así como las altas tasas de finalización de la escuela primaria han generado esa reducción en el riesgo. Debido a la falta de cobertura, los déficits de aprendizaje o las bajas tasas de finalización, en la mayoría de los países con información completa (los resultados de PISA son están disponible para diez países) se observan altos porcentajes de adolescentes y jóvenes en riesgo de carecer de habilidades básicas. Al considerar un solo indicador, la tasa de finalización, mejora el valor para algunos países, pero solo marginalmente,

América Latina debe enfrentar sus desafíos históricos de cobertura, finalización y calidad básica, además de transformar los sistemas educativos para que estén alineados con las sociedades del futuro y no con las del pasado. Estos dos objetivos van de la mano: será extremadamente difícil ampliar la cobertura y mejorar la tasa de finalización escolar y el aprendizaje mientras profesores formados en el siglo XX enseñan a los niños del siglo XXI con programas de estudio del siglo XIX.

La reforma de los sistemas educativos para garantizar que estén alineados con las demandas actuales y futuras es un paso importante que permitirá aprovechar las oportunidades que ofrecen el primer y segundo dividendo demográfico para estimular la productividad y sostener el crecimiento económico. Dicha reforma, junto con los ajustes que requiere la política sectorial (como salud, cuidados de largo plazo, las pensiones o las regulaciones del mercado laboral) deben ser el eje de los hacedores políticas en América Latina preocupados por el proceso de envejecimiento de la población y sus consecuencias, a fin de lograr un objetivo político básico: enriquecernos antes de que seamos demasiado viejos.

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