El desafío del sistema de salud frente al envejecimiento poblacional en América Latina | 101
que afectan a los órganos sensoriales, que comprenden la ceguera y otras limitaciones de la visión o la pérdida de audición, con una participación promedio del 16% en la carga total de discapacidad. En tercer lugar se encuentran la diabetes y las enfermedades renales, seguidas por las enfermedades cardiovasculares y los desórdenes mentales, que incluyen los trastornos depresivos. Al comparar los perfiles de discapacidad con los vigentes en los países de la OCDE se encuentra que las principales causas son prácticamente las mismas. Sobresalen los trastornos musculo esqueléticos y las enfermedades de los órganos sensoriales que representan el 30% de los años de vida perdidos por discapacidad. Las diferencias se encuentran en los desórdenes mentales que son una de las principales causas de discapacidad en América Latina, pero no en la OCDE. En su lugar aparecen las lesiones no intencionales, que incluyen las caídas. El lugar que ocupan las enfermedades cardiovasculares y la diabetes como causa de deterioro también difiere entre América Latina y la OCDE (tercer y cuarto lugar, respectivamente). La comparación con los países de la OCDE también podría estar indicando que los perfiles de discapacidad de los mayores de 60 años en la región ya han convergido, y probablemente no experimentarán mayores cambios. Por su parte, la utilización de indicadores que trascienden el foco de la mortalidad permite advertir que las edades más adultas exhiben patrones epidemiológicos específicos, en los que confluyen una serie de condiciones que dan lugar a la acumulación de limitaciones y déficit funcionales, que deben abordarse desde una noción de multimorbilidad y no desde una única enfermedad o condición. Al respecto, es fundamental prevenir la acumulación de déficits funcionales y de discapacidades. En resumen, los datos presentados en este apartado muestran que la región se encuentra atravesando la transición epidemiológica. Algunos países ya han completado dicha transición, sus perfiles de enfermedad y mortalidad son muy parecidos a los de los países más desarrollados, y las proyecciones de causas de muerte para 2045 también sugieren perfiles similares a los vigentes en la OCDE. También se observa con claridad la evolución hacia la cuarta fase de la transición epidemiológica, representada por una mortalidad a edades cada vez más elevadas, la disminución en la tasa de mortalidad causada por enfermedades cardiovasculares, y el incremento de otras patologías como las enfermedades neurológicas, la diabetes o el cáncer. De igual modo, a partir del análisis de indicadores que dan cuenta de la discapacidad, los patrones epidemiológicos ponen de manifiesto la acumulación de fragilidades y deterioros cognitivos que plantean desafíos relativos al tratamiento de la multimorbilidad, y no de patologías específicas5. Este escenario implica necesidades sanitarias más complejas y costosas que requieren repensar el sistema de salud para poder afrontar estos desafíos. A tal efecto, en la siguiente sección se discuten algunas estrategias para abordar los problemas específicos de una población más envejecida.
5.4 EL COMPONENTE DE LA GENEROSIDAD DE LOS BENEFICIOS: LOS DESAFÍOS PARA EL SISTEMA DE SALUD Los sistemas de salud, históricamente, en todo el mundo han sido pensados para atender episodios agudos y materno-infantiles. Inclusive, se ha fomentado la