ENTRE MARCHAS Y MANCHAS. JÓVENES PERUANOS EN EL NUEVO MILENIO
jóvenes trabajadores, y jóvenes con familia, cuyas responsabilidades los han hecho madurar y ser adultos jóvenes. Por lo tanto, queda descartado que ser adulto es sinónimo de madurez y, si tenemos como concepto que la adultez es una edad cronológica, esto ya no es así. De ahí que las transiciones ya no existan; lo que hay, son procesos de desarrollo personal diversos y complejos. Alguna vez una psicóloga decía que, aunque el proceso biológico sea lineal y llegue un momento de plenitud física, luego de declive, el proceso de madurez y crecimiento personal nunca termina. Si no aceptamos esto siempre estaremos encajonando a los jóvenes como inmaduros, con falta de experiencia, que no son responsables, pero hay que ir más allá de los clásicos enfoques para definir a los jóvenes. f.
Clases de edad Sin embargo, como también lo mencionábamos, la edad sigue siendo uno de los elementos que la legislación utiliza. El problema de considerar solo la edad, es que muchas veces se suele ocultar la complejidad socio-cultural que existe en torno de las juventudes. Las aproximaciones que se logran sobre la base de criterios etarios ayudan a construir acercamientos estadísticos y descriptivos que constituyen la base de los abordajes institucionales (Cabrera, 2006). Asimismo, las políticas internacionales (desplegadas por instituciones como la ONU, CEPAL, OMS, etc.) y estatales (desplegadas por diversos actores sectoriales) son delineadas considerando estas definiciones etarias pues la edad termina siendo el criterio más simple, intuitivo y pertinente, en términos demográficos, para la identificación de población juvenil. Las clases de edad refieren a fronteras etarias (rangos) que las sociedades establecen para designar determinadas etapas de 61