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SENAJU
jóvenes sean reconocidos en la agenda pública. A nivel local, por ejemplo, en Lima, se creó el Sistema Metropolitano como un proceso para elaborar Políticas de Juventud, institucionalizando a los diversos actores involucrados: autoridades, ONG y jóvenes organizados.
La irrupción de jóvenes en la escena pública de fin de siglo constituye un fenómeno complejo que hemos bautizado como emergencia de las juventudes. Supuso la aparición de pandillas y barras bravas enfrentándose en las calles o de jóvenes universitarios marchando y protestando contra la dictadura fujimorista en ellas. Se visibilizó así el fenómeno juvenil en el imaginario colectivo haciendo que se discuta con mayor vehemencia la necesidad de una política de Estado que brinde una respuesta integral a los problemas y oportunidades presentados por el movimiento juvenil.
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El avance institucional en materia de juventud no fue una simple concesión gubernamental; pues los propios jóvenes —probablemente sin buscarlo— se lo ganaron. De allí que sea válida la creación de espacios de diálogo y concertación entre los jóvenes y las instituciones. Lima tiene —por ejemplo— diversos consejos de participación juvenil, donde los jóvenes tienen la posibilidad de presentar propuestas y de ser escuchados.
b. Labor de la Secretaria Nacional de la Juventud (SENAJU)
El trabajo de la SENAJU durante buen tiempo se redujo a la organización de encuentros nacionales realizados en función de las organizaciones juveniles inscritas. Si bien es cierto, hasta la fecha no se ha logrado aprobar el Plan Estratégico
Nacional de la Juventud, se han promovido dos estrategias que promueven la participación de los jóvenes a nivel nacional: Encuentros nacionales de jóvenes y los Consejos Regionales de la Juventud (COREJU). Además, se propuso un
Sistema Nacional de Juventud que intenta articular los diversos espacios de participación juvenil, a nivel local, regional y nacional. Así mediante Resolución de la Secretaría General N.° 901-2015-MINEDU, se aprueba una Directiva denominada Orientaciones para la Creación, Conformación e Implementación de Espacios de Participación Juvenil. Esta norma
determina a la SENAJU como institución responsable de la promoción y asistencia a los gobiernos locales y regionales para la creación y funcionamiento de espacios de participación juvenil (SENAJU, 2016).
Los encuentros nacionales fueron concebidos como espacios para reunir y consolidar la opinión de las organizaciones juveniles para construir el Plan Nacional de la Juventud. Sin embargo, fueron convirtiéndose en espacios de encuentro de las diversas realidades y voces de los jóvenes a nivel regional.
Se han realizado algunos encuentros nacionales, llamados congresos nacionales en Lima, San Martin, Cuzco, Ayacucho, Ancash y Lambayeque. Éste último estuvo vinculado a los objetivos del Desarrollo Sostenible. Su agenda estuvo marcada por el contexto internacional, ya no solo por la necesidad de construir políticas públicas locales de juventud.
El Estado no tiene la costumbre de reunirse con la sociedad civil (salvo los establecidos por norma como son los consejos de coordinación local o regional); en ese sentido los encuentros juveniles son significativos.
Sin embargo, después de estos eventos la realidad de los jóvenes no mejora mucho, por lo que muchos de ellos se desencantan y hasta llegan a manifestar que solo sirvieron para la fotografía de los organismos del Estado. Es esencial que desde el Estado se dispongan espacios para escuchar al actor
joven; pero no solo para escucharlo, sino también, para construir políticas de juventud, lo que todavía sigue siendo una promesa pendiente.
Sin embargo, hay que destacar como positivo, que retomando la experiencia del Sistema Metropolitano de Lima, han elaborado un Sistema Nacional de Juventudes y dictado una norma para la creación de los Consejos Regionales de Participación JUVENIL. Así, se han implementado una serie de acciones para convertirse en un sistema que articule todos los espacios de participación juvenil, tanto a nivel distrital, provincial y nacional.
Asimismo, es pertinente mencionar que, al margen del rol del Estado, esta emergencia de la juventud en el Perú surgió en medio de complejos procesos sociales, culturales, económicos y políticos, los cuales van cambiando y no son estáticos. Por lo tanto, es necesario repasarlas considerando que son estos procesos los que hacen posible en el país la irrupción del discurso sobre lo juvenil, el mismo que hizo visible lo que hasta el momento no había sido nombrado.
Nuestra indagación nos lleva a la contextualización de esta emergencia y a reconocer que en el caso del rol del Estado, cada gobierno ha mantenido una política sobre el tema, que no siempre ha sido ni la misma ni la mejor. Parece que cada gobierno ensayara un tipo de rol respecto a los jóvenes, sin considerar las realidades de los mismos.