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d. La generación del atajo
Estas experiencias nos muestran que los jóvenes siguen participando. Y las orientaciones y motivaciones de los jóvenes a veces están ligadas a temas no convencionales y formas no necesariamente estructuradas. Los jóvenes de la década del 80 formaban su identidad juvenil en función a la política o la revolución promovida desde lo que se creía era la revolución, sin embargo, los jóvenes de los años 90 fueron marcadas por la corrupción de Fujimori, los rezagos de la violencia y fueron esas protestas y movidas que definieron a los jóvenes de esas generaciones. Los jóvenes del milenio, sin embargo, siguen teniendo motivaciones sociales, pero las movidas ahora son virtuales y subjetivas.
d. La generación del atajo
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Este es un término acuñado por Silvia Díaz de INVERA en una investigación de mercado para determinar características de la generación Z en un grupo de diez a diecinueve años. Afirma que es una generación del atajo, dado que solo piensan a corto plazo. Procuran saltar todas las barreras posibles para lograr su objetivo y les gusta lograr las cosas rápido.
Según este estudio, ellos son nativos digitales y viven en un mundo social muy conectado virtualmente, donde combinan lo social con el disfrute.
Si bien es cierto esta investigación comparte el sentido presentista de muchos jóvenes de hoy, también es importante mencionar que los llamados nativos digitales están tejiendo nuevas movidas virtuales, que sirven para que muchos de ellos se enteren de la realidad o para elaborar los famosos memes mediante los cuales van teniendo conciencia política de su realidad de otra forma. Un caso que llama la atención es el de los youtuber.
Que un candidato a la presidencia haya crecido virtualmente y haya tenido mucha acogida con los jóvenes no es gratuito, es reflejo de este tipo de socialización virtual. Lo mismo ocurrió con las movilizaciones frente a la mal llamada ley pulpín (que según un sector de la ciudadanía recortaba los derechos laborales de los jóvenes), surgió de una gran movida virtual, que acabó con grandes marchas en las calles que al final hizo retroceder al congreso hasta derogar dicha ley.
Sin embargo, podríamos afirmar que, a pesar de esa supuesta mirada de corto plazo, las nuevas generaciones de jóvenes tienen tres características que los identifican: dependen de las nuevas tecnologías, tienen un gran respeto a la naturaleza y están mentalmente abiertos a la diversidad de ideas, de formas de vida, de culturas y de creencias religiosas o espiritualidad.
A esta nueva generación, algunos autores la denominan millennials porque nacieron en el nuevo milenio. Son una generación nativa digital que abraza la economía colaborativa y duerme con el teléfono inteligente o la tableta cerca de la cama (Begazo, 2015). Este autor divide a los jóvenes por generaciones: llamamos generación Y o millennials a los empleados jóvenes que agrupamos entre los dieciocho y los treinta y cinco años. La generación X abarca a los que tienen entre 36 a 49, y los Baby Boomers comprenden a los que tienen entre cincuenta y sesenta. Estas referencias generacionales no nos permiten medir las diferencias culturales y sociales.
Begazo y Fernández Baca (2015), en su trabajo sobre los millennials peruanos señalan que las características de esta generación están definidas por la importancia que le dan en su vida al internet; el presentismo, la búsqueda de felicidad y la pasión en todo lo que hacen.
Dichas características generan un cambio del significado del éxito, pues para las generaciones anteriores el éxito estaba relacionado con las posiciones jerárquicas en lo laboral; así los millennials ponderan el trabajar de lo que les gusta por sobre el ejercicio del poder o incluso lo material.
Otra característica de los jóvenes peruanos es su movilidad laboral, pues procuran cambiar de trabajo, buscando otro en el cual se sientan más a gusto. Estos autores afirman que los jóvenes privilegian el disfrute, el viajar y la inversión en experiencias por sobre la posesión física de las cosas, cualesquiera que éstas sean.
Lo que sí es cierto es que esta nueva generación, muestra problemas para desarrollar habilidades sociales por la dependencia de la tecnología. Tienen menos tiempo para el contacto físico cara a cara y el afecto. No obstante, los educadores, promotores y los mismos jóvenes tenemos el desafío de considerar que el trabajo con jóvenes, ya no solo es presencial es también virtual, tratando de recuperar la dimensión humana de la comunicación.
Esto implica entender los nuevos códigos digitales que usan los jóvenes de hoy. Muchos de estos códigos están cargados de la emocionalidad de las imágenes, lo que a veces no les permite procesar la gran cantidad de información que reciben, pero sí captar algunos mensajes que les son significativos en su vida personal, social o política.
La encuesta aplicada por INVERA concluye que para un millennial peruano el desarrollo profesional pleno tiene menos que ver con tener una empresa propia o hacer lo que le apasiona y más que ver con convertirse en un experto en su campo. Y que dicha generación está dispuesta a trabajar