ENTRE MARCHAS Y MANCHAS. JÓVENES PERUANOS EN EL NUEVO MILENIO
que constituyen mundos poco conocidos por muchos adultos. Allí se impregnan y comparten diversas vivencias que configuran un marco de referencia virtual donde lo público se hace privado y lo privado se hace público. Por otro lado, el adulto ejerce un poder real y efectivo en nuestra sociedad. El ser joven es la lucha por el poder, por los derechos que debe conquistar el joven para no ser excluido, ni marginado. El hecho de ser y sentirse ciudadanos les otorga ese poder. Bazán (2015), lo llama el protagonismo juvenil de los jóvenes, dicho concepto excluye el adultocentrismo y el juvenilismo. a.
Un concepto relacional Para muchos estudiosos la juventud es un concepto relacional, un constructo que adquiere sentido dentro de un marco socio-histórico determinado, y en contraste con otras condiciones, como las étnicas, de género o de posición social (Valenzuela, 1997). Fuera de estas consideraciones la juventud pareciera ser un concepto vacío. Desde esta perspectiva, las investigaciones ponen énfasis en las condiciones estructurales (económicas, políticas, históricas, sociales y culturales) que le dan sentido e influyen poderosamente en la construcción de las subjetividades juveniles (Castillo y otros, 2010). Ahora bien, tenemos que concebir la juventud también como una representación en la que confluyen las percepciones de diversos actores sociales e institucionales (de los actores estatales, por ejemplo), entre ellas, las de los propios jóvenes. La juventud es un constructo independiente de quien lo enuncia (sea éste joven o no). No debemos dejar de tener en cuenta que nuestra concepción de lo que significa ser joven está marcada por la manera de cómo hemos vivido nuestra
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