ENTRE MARCHAS Y MANCHAS. JÓVENES PERUANOS EN EL NUEVO MILENIO
INTRODUCCIÓN
a. Escribir desde la juventud: más allá de las barras Debo a una experiencia personal, mis inicios en la reflexión sobre las juventudes. Terminaba la década del 90 y vivía, junto a mi familia, en un barrio popular de Lima: el distrito de la Victoria. Mi adolescencia discurrió por calles y jirones donde se respiraba un ambiente de fútbol. Alianza Lima era el club emblema del distrito y la mayoría de mis amigos del barrio eran tributarios suyos, hinchas del equipo blanquiazul. Cuando niño (hacia los cinco años), yo había elegido ser hincha de Universitario de Deportes (clásico rival del Alianza Lima). Ambos clubes, por aquel entonces, eran los grandes animadores de la escena futbolera nacional. Creo que mi elección fue un capricho por contradecir a un tío mío, que a la sazón vivía con nosotros, y era hincha acérrimo del Alianza Lima. Mi padre detestaba el fútbol y no entendía nada del campeonato nacional. El tío Alberto, en cambio, moría porque yo asuma también su opción aliancista. Anhelaba ir algún día conmigo al estadio del barrio de Matute, gran bastión aliancista, que se situaba a pocas cuadras de mi casa. Con cinco años a cuestas, me negué rotundamente a las invitaciones de mi buen tío. Esta oposición llegó a un extremo insospechado: me hice hincha de la U. Gracias a esta decisión, sufrí más de una exclusión durante mi adolescencia. Ya en ese entonces empecé a frecuentar junto a mis amigos el Estadio
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