SUÉTER LAGARTO Mi suéter se fugó del tendedero era un suéter cualquiera pero eso no lo hace menos especial. No sé si huyó del frío de la noche o se arrojó de la azotea en un intento desesperado por retornar al origen. La vecina sacó al gato antes del alba juró haber visto a mi suéter arrastrándose escaleras abajo como un lagarto fragante en busca de un desvestido a quien dentellear o de un refugio que lo protegiera de la mirada inquisitiva de los volcanes. Seguí su pista una clara senda de pelusas y fibras pero al llegar al final de los peldaños y del pasillo me encontré de frente con mi esperanza convertida en un horrible crustáceo que deshilaba finamente el último vestigio de mi buena fortuna. Karla Evelia Gasca Macías
64