H a c i a u n a r e s p u e s t a p o l í t i c a i n t e g r a d a
forma proactiva con políticas locales, y por qué deberían hacerlo? En la respuesta política regional a las crisis hay dos dimensiones relevantes. Si las pérdidas de bienestar social están relacionadas con una falta de movilidad geográfica, eliminar los obstáculos existentes a la movilidad y mejorar la conectividad entre regiones puede ser una buena solución. La transición entre ubicaciones conlleva una amplia gama de costos, incluidos los costos de búsqueda para decidir adónde ir, el costo de mudanza a una nueva ubicación, una amplia gama de costos psicológicos (Brand 2015) y costos de transporte (Zarate 2020). Muchas de las causas principales de la baja movilidad laboral son las deficiencias
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de los mercados mobiliario y crediticio (Bergman et al. 2019). Las políticas locales pueden promover la movilidad regional, por ejemplo, al abordar la falta de viviendas asequibles, mejorar las políticas territoriales, ajustar la división de zonas, o desarrollar financiamiento hipotecario. Pero muchas áreas ya están saturadas, los costos no económicos de los desplazamientos son difíciles de compensar y muchas personas no quieren mudarse. Por tanto, hay una segunda dimensión que también es importante: políticas de desarrollo regional bien diseñadas que favorezcan la creación de empleo. Dichas políticas pueden aumentar el crecimiento a largo plazo y favorecer el desarrollo de una región. También pueden
CUADRO 4.5 ¿Cuál ha sido el impacto de las políticas regionales sobre el fortalecimiento de las oportunidades económicas? Los esfuerzos de creación de empleo local a menudo implican: (a) inversiones en infraestructura y en bienes y servicios públicos locales; (b) subsidios directos a empresas; o (c) la reubicación del empleo en el sector público o grandes agencias públicas en áreas deprimidas. Neumark y Simpson (2015) presentan un panorama general de la literatura sobre este tipo de políticas —actualizado por Ehrlich y Overman (2020)— en el contexto de la Unión Europea (UE). En general, los datos sugieren que las inversiones en infraestructura de transporte y en bienes y servicios públicos locales en una combinación de subsidios a las empresas y formación, como se hizo con los fondos de cohesión de la UE, en general han sido efectivas para fomentar el crecimiento en las localidades beneficiarias y, a su vez, reducir las disparidades de oportunidades económicas en los lugares (Becker, Egger y Ehrlich 2010; Giua 2017; Mohl y Hagen 2010; Pellegrini et al. 2013). Sin embargo, los efectos de dichos programas varían considerablemente en diferentes áreas: tienen un impacto alto en regiones con mayor capital humano y un gobierno local eficaz, pero un bajo impacto en otros lugares, lo que produce distintos trade-offs entre la desigualdad espacial y la eficiencia agregada (Becker, Egger y Ehrlich 2013). También tienen rendimientos decrecientes: la eficacia
disminuye a medida que aumentan las transferencias (Becker, Egger y Ehrlich 2012; Cerqua y Pellegrini 2018). Además, no hay pruebas de que los efectos sean duraderos (una vez que la región deja de ser elegible) (Barone, David y de Blasio 2016; Becker, Egger y Ehrlich 2018; Di Cataldo 2017). Estudios recientes han enfatizado la importancia de atender la red de transporte de una región (Redding y Turner 2015) y los cambios paulatinos en la infraestructura de carreteras (Gibbons et al. 2019), y ha encontrado efectos locales positivos en el empleo, el número de establecimientos y, en menor medida, la productividad de los operadores. Estos estudios muestran efectos locales significativos, pero no todos identifican los efectos agregados de dichas mejoras en toda la red. Más recientemente, Zarate (2020) observa que los trabajadores informales son más sensibles a los costos de transporte en comparación con los trabajadores formales, por lo que tienden a trabajar más cerca de su domicilio. Como resultado, la inversión en infraestructura de transporte en Ciudad de México redujo la informalidad al mejorar el acceso a trabajos formales, que a menudo se concentran en el centro de la ciudad y no son accesibles a los trabajadores que viven en la periferia. Los datos sobre la eficacia de las subvenciones directas o ayudas discrecionales del gobierno a las (el cuadro continúa en la página siguiente)