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Conclusión

Conclusión

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Si bien esta crisis —que se desencadenó por imperativos de salud pública que aspiraban a mitigar una pandemia mundial— es excepcional en algunos aspectos, también es otra más de una larga serie de shocks de demanda agregada que han afectado a los países de ALC. Por un lado, la crisis tiene varios factores distintivos. Primero, las medidas de confinamiento originadas por la pandemia fueron desfavorables para muchos trabajos y peores aún en aquellos casos en los que el teletrabajo (o el acceso a una conexión a internet de buena calidad) no era factible. En segundo lugar, la incertidumbre prolongada en torno a esta crisis, en particular acerca de la recuperación del empleo, ha retrasado la inversión. En tercer lugar, algunos países de ALC han hecho gala de respuestas políticas decisivas a la crisis, aunque la eficacia de las respuestas ha variado considerablemente.

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Por otro lado, esta crisis no es tan distinta de otras crisis previas. Gran parte de los efectos de la crisis en la región de ALC se derivan de la recesión mundial, la fuerte caída de la demanda durante numerosos meses y la posibilidad de crisis financieras en algunos países. La región tiene un extenso historial de desaceleraciones económicas frecuentes y, a menudo, severas. El bienestar de los trabajadores durante estas desaceleraciones está condicionado en gran medida por las fluctuaciones en la demanda agregada (aunque algunas crisis internas han sido autoinfligidas o debidas a la mala gestión económica).

Esta profunda crisis llega justo cuando muchos de los gobiernos de la región de ALC se enfrentaban a problemas estructurales ampliamente conocidos. La crisis ha acelerado algunos cambios estructurales de largo plazo que han contribuido a cambiar la naturaleza del trabajo y han magnificado el potencial de la crisis para reducir aún más las oportunidades de empleo en lo que tradicionalmente se consideraban «buenos trabajos» —el empleo estándar, estable y protegido asociado con el sector formal— (Beylis et al. 2020).

La dinámica del empleo, que ya se observa en muchos países de ALC, dará lugar a que la crisis provoque considerables efectos laborales permanentes. Es probable que las características sectoriales y espaciales magnifiquen aún más estos efectos en algunos trabajadores. Sin embargo, el marco de política tridimensional presentado en este estudio proporciona una hoja de ruta que podría conducir a una recuperación más resiliente. El enfoque de las políticas públicas y empresariales a la hora de abordar los desafíos actuales determinará el progreso de las economías de los países de ALC y el bienestar social de sus trabajadores y ciudadanos durante décadas. El desafío que se presenta es inmenso, pero estamos viviendo tiempos decisivos.

1. Aunque las políticas de estabilización monetaria y fiscal (que incluyen la gestión de la cuenta de capital de un país, la política cambiaria, las reglas fiscales y los fondos soberanos de bienestar social, y el ajuste de los tipos de interés) son herramientas valiosas para brindar una respuesta a las crisis, no son el objeto de análisis de este estudio. 2. Estos estabilizadores de la red de protección social operan mejor cuando se complementan con medidas monetarias y fiscales, incluidos: las políticas cambiarias y la gestión de la cuenta de capital; tipos de interés y otras palancas de la política monetaria; reglas fiscales y fondos soberanos de ahorros cautelares; y acceso a mercados financieros y de riesgo mancomunado mundiales y a mecanismos de participación común en la cobertura de los riesgos (como el FMI y el Banco Mundial, entre otros). Cada uno de estos ejemplos está respaldado por una vasta literatura académica y de políticas. No obstante, el análisis de dichas medidas en este informe se limita a aquellas que están más directamente relacionadas con los resultados del mercado laboral. 3. Estas estimaciones están basadas en Perspectivas Económicas Mundiales. Las tasas de inflación son compuestas. Los valores de

Argentina para 1981–1997 corresponden a los Indicadores del Desarrollo Mundial. 4. La rigidez de los salarios nominales a la baja es una característica de la mayoría de las economías, y la región de ALC no es una excepción (véanse Castellanos, García-Verdú y Kaplan [2004]; Dickens et al. [2007];

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Holden y Wulfsberg [2009] así como las referencias recogidas en dichos trabajos; y

Schmitt-Grohe y Uribe [2016]). Además, los datos sugieren que la inflación más baja de la región en las últimas décadas aumentó la rigidez a la baja de los salarios nominales.

Por lo tanto, en la medida en que la desaceleración de 2011–2016 estuvo marcada por una inflación baja y relativamente estable, es probable que los ajustes de los salarios reales hayan sido menores durante dicho periodo que durante las desaceleraciones y crisis de los años ochenta y los noventa, que se caracterizaron por grandes aumentos de la inflación. 5. Sin embargo, ha habido algunos episodios de aumentos importantes en la inflación y las consiguientes reducciones en los salarios reales en la región desde principios de los años 2000, incluida la crisis bancaria de 2004 en la República Dominicana, que provocó una corrección salarial significativa y de largo plazo. 6. El foco de atención de la discusión se sitúa sobre el desplazamiento de puestos de trabajo y otras pérdidas de medios de subsistencia causadas por los shocks en la demanda agregada. Sin embargo, los programas estatales de apoyo para contingencias pueden ayudar a los hogares a afrontar una amplia gama de shocks. 7. Estas cifras proceden de la base de datos

LABORSTA de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). 8. La combinación de cuentas de ahorro individual y participación común en la cobertura de los riesgos de este programa proporciona un apoyo financiero eficaz al mismo tiempo que incentiva las búsquedas de empleo y el reempleo (Reyes, van Ours y Vodopivec 2011). El plan tiene cuatro características que son particularmente atractivas. Primero, su modelo de seguro «híbrido» puede abordar las necesidades de los trabajadores que cambian de empleo con frecuencia, así como las de los desempleados de larga duración (aunque existen discrepancias en cuanto a si el período máximo de percepción del componente de riesgos compartidos es adecuado dada la duración de los períodos de desempleo observada entre los trabajadores de salarios más bajos del país). Segundo, el plan promueve mejores niveles de remuneración y moderación del consumo que la prestación por desempleo uniforme y estrictamente no contributiva de Chile. Tercero, las prestaciones

del plan están indexadas para proteger su valor de la inflación y estabilizar las tasas de sustitución en sus niveles iniciales. Y cuarto, el sistema tiene estabilidad financiera, respaldada por reservas que sirven como un canal de apoyo fiscal adicional para afrontar las crisis. Desde sus comienzos, el plan ha incluido una ampliación automática de las prestaciones, que se activa cuando la tasa de desempleo nacional supera un cierto nivel. En la actual contracción del COVID-19, el plan también se ha convertido en una plataforma para otras protecciones adicionales, como las suspensiones subsidiadas del contrato de trabajo. 9. La «cuña impositiva» de los trabajadores con empleo formal es la diferencia entre el salario neto y la cantidad total que la ley exige que empleadores y empleados paguen (incluyendo impuestos sobre la renta, cotizaciones al régimen obligatorio de seguro social y otras prestaciones obligatorias) para tener empleados (Summers 1989). 10. No existen directrices inequívocas para fijar las cuantías de las transferencias, y el nivel adecuado de prestaciones depende del objetivo del programa. Los valores de transferencias de los programas de TMC deberían reflejar el doble objetivo de dichos programas: por un lado, reducir la pobreza existente entre personas beneficiarias; por otro lado, incentivar la acumulación de capital humano (Grosh et al. 2008). Uno de los programas de

TMC más generosos de la región de ALC es el de Bolivia (que combinó dos programas de

TMC; en concreto, el Bono Juancito Pinto y el Bono Juana Azurdy), que brindó un 36 % de los ingresos previos. El segundo programa más generoso es el Bono Programa de Asignación Familiar de Honduras, luego rebautizado como Bono 10.000 y actualmente llamado Bono Vida Mejor. 11. Aunque el tiempo que los programas de TMC tardan en afiliar a nuevos beneficiarios varía de un país a otro, el Programa de Avance a través de la Salud y la Educación (PATH, por su sigla en inglés) de Jamaica establece su estándar de servicio para la afiliación de nuevos hogares beneficiarios en no más de cuatro meses a partir de la solicitud del hogar. A partir de 2017, el programa PATH es capaz de cumplir con este estándar de servicio aproximadamente en el 60 % de los casos. Sus largos procesos de admisión implican considerables costos financieros y políticos.

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