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Flujos de mercado laboral: desempleo frente a informalidad
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en conjunto, los resultados de este proyecto sugieren que el empleo más cualificado es más sensible a los shocks de crecimiento que el empleo menos cualificado. Este resultado coincide con la mayor ciclicidad de la pérdida de empleo entre trabajadores del sector formal y empleados de grandes empresas porque es más probable que dichos trabajadores tengan mayores cualificaciones.
La última sección de este capítulo considera los efectos de los márgenes de ajuste del empleo en la estructura del mercado laboral. Las distintas dinámicas del mercado laboral pueden provocar cambios en la composición de la fuerza laboral, y los efectos macroeconómicos posteriores a una crisis en la estructura del empleo pueden influir en los efectos a medio y largo plazo sobre el empleo y los salarios. ¿Ocurren dichos efectos en América Latina? Un nuevo estudio desarrollado en el contexto de este proyecto revela que las crisis tienen efectos significativos en la estructura del empleo y que dichos efectos pueden perdurar durante varios años (Regis y Silva 2021). En los tres países analizados (Brasil, Chile y México), la contracción del empleo formal causada por las crisis fue abrupta y duradera. En dos de estos países, la informalidad parece haber sido un amortiguador a largo plazo del empleo; en el otro, el empleo se estancó o disminuyó. Al mismo tiempo, Artuc, Bastos y Lee (2021), quienes estudian los efectos de las crisis en la movilidad laboral y el bienestar social, concluyen que, a causa de las reducciones en los flujos de empleo, la calidad de las coincidencias laborales disminuye durante las desaceleraciones y las crisis, lo que reduce la utilidad estimada. Esto sugiere que una crisis tiene el potencial de desplazar el mercado laboral hacia un nuevo equilibrio entre el empleo formal e informal, con implicaciones a largo plazo para el bienestar social y la productividad.
Las crisis económicas son importantes y frecuentes en la región de América Latina y el Caribe, y suponen un obstáculo importante para el desarrollo económico de la región y la reducción de la pobreza. Estos shocks económicos reducen la demanda total, lo que al mismo tiempo reduce la demanda de mano de obra y, con el tiempo, deriva en ajustes cuantitativos en el empleo. En esta sección, se presentan datos en torno a cuatro márgenes de ajuste cuantitativo: desempleo, salida desde la población económicamente activa, transiciones hacia la informalidad y trabajo a tiempo parcial.
El objetivo de esta sección, que se fundamenta en Sousa (2021), es caracterizar los impactos a corto plazo de las fluctuaciones cíclicas del crecimiento sobre el mercado laboral; para ello, se analiza cómo varían los flujos del mercado laboral con el ciclo económico. Sousa estima los flujos de trabajadores utilizando datos de más de seis millones de transiciones del mercado laboral, elaborados a partir de paneles de encuestas de población activa de Labor Database for Latin America and the Caribbean (LABLAC), un proyecto conjunto del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) y el Banco Mundial. El análisis del capítulo se centra en los trabajadores urbanos, lo que limita la influencia en los resultados de las diferencias entre países, con respecto a los niveles de subsistencia o las actividades del sector primario de baja productividad. Los países considerados, aquellos para los que se disponía de datos suficientes, son: Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, México y Perú. Los paneles trimestrales de cada país se construyeron vinculando datos de encuestas consecutivas a personas de entre 15 y 64 años entre el primer trimestre de 2005 y el cuarto trimestre de 2017. Dichos paneles de encuestas trimestrales se utilizaron para calcular los flujos trimestrales de empleo y las tasas de transición a partir de datos en su dimensión individual.
Esta sección describe los flujos y las transiciones de empleo. Si bien los flujos de empleo miden el número de trabajadores que cambian entre dos estados del mercado laboral en un periodo dado, las transiciones de empleo miden las tasas a las que los trabajadores cambian entre dichos estados.
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Los microdatos se utilizan para calcular la ciclicidad de las transiciones laborales (en otras palabras, las desviaciones de sus tasas o tendencias naturales). Los estados de empleo considerados son: empleo asalariado privado formal, empleo público formal, empleo asalariado informal, empleo por cuenta propia, desempleo, no activo y empleo a tiempo parcial. De acuerdo con Moscarini y Postel-Vinay (2012), la ciclicidad se mide construyendo series de crecimiento (para las que el crecimiento se mide como crecimiento trimestral del PIB de un año a otro) y series trimestrales de transición laboral. Para obtener el componente cíclico de estas cifras, se aplica un ajuste estacional y un filtro de Hodrik-Prescott para extraer la tendencia del crecimiento económico y las transiciones. Una transición es procíclica cuando la correlación entre el ciclo de crecimiento y la respectiva serie de transición es positiva; cuando la correlación es negativa, es contracíclica.
Desempleo
En la región de ALC, a pesar de las diferencias entre los mercados laborales nacionales, el desempleo es significativamente anticíclico en todos los países —un resultado no tan obvio, dado el nivel de informalidad de la región—. En el gráfico 2.1 se registran las fluctuaciones trimestrales del crecimiento del PIB y las tasas de desempleo desde 2005 en seis de las mayores economías de América Latina. En todas las economías se producen fuertes repuntes en el desempleo durante las grandes recesiones (incluida la crisis financiera mundial de 2008–2009). En años recientes, Brasil y Ecuador han registrado importantes caídas que han provocado grandes aumentos en el desempleo. Por ejemplo, entre los cuartos trimestres de 2014 y 2016, Brasil recortó 2,6 millones de puestos de trabajo y la tasa de desempleo nacional aumentó de 6,5 % a 12,0 %. Aunque estos picos de desempleo se producen rápidamente después de las crisis económicas, el empleo se recupera más gradualmente que las economías en su conjunto. La recuperación del empleo en México después de la crisis financiera mundial de 2008–2009 fue particularmente lenta: el crecimiento volvió a ser positivo durante el primer trimestre de 2010 y se mantuvo por encima de la tendencia hasta finales de 2012, pero el desempleo se situó por encima de la tendencia hasta el final de 2011.
Los picos registrados en el desempleo durante recesiones importantes saltan a la vista cuando se observa el gráfico 2.1. Para medir la ciclicidad del desempleo en todo el ciclo económico, la tabla 2.1 expone la correlación y los coeficientes de mínimos cuadrados ordinarios entre las dos series sin tendencia (Sousa 2021).3 Las correlaciones negativas reflejan la contraciclicidad; es decir, una contracción en el crecimiento asociada con un aumento del desempleo, y viceversa. Esta contraciclicidad es significativa estadísticamente en cinco de los seis países para los que se disponen de datos. Por ejemplo, en México, una reducción de 1 punto porcentual en el crecimiento del producto interno bruto (PIB) sin tendencia se asocia con un aumento del 7,9 % en la tasa de desempleo. En Perú, sin embargo, el desempleo no tiene un fuerte componente cíclico. Una regla general conocida como ley de Okun afirma que en EE. UU. cada cambio de 1 % en la producción real está asociado con una desviación de la tasa natural de desempleo de alrededor de 0,5 %, aunque esta estimación podría variar según la frecuencia con la que se midan los cambios (Aguiar-Conraria, Martins y Soares 2020).
Salida de la población activa
Un indicador secundario de la escasa demanda de mano de obra es el aumento de las salidas desde la población activa, lo que refleja un aumento en el número de trabajadores desanimados. El análisis del componente cíclico de las salidas netas desde la población activa muestra que estos flujos no son contracíclicos en los seis países analizados (tabla 2.2). Los flujos netos de salida de la población activa son cíclicos en México y Perú, pero en ambos casos son procíclicos: los flujos netos de salida de la población activa