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empleo en crisis
CUADRO 4.2 Respuesta de protección social a la pandemia del COVID-19 (coronavirus) en Brasil Las medidas de protección social fueron el elemento central del paquete de respuesta fiscal a la crisis del COVID-19 en Brasil. Dichas medidas se enfocaron explícitamente en varios grupos vulnerables, incluidas las personas pobres preexistentes, las familias que trabajan en la economía informal y que se convirtieron en pobres temporalmente debido a la crisis, las madres solteras con ingresos bajos y los trabajadores formales con riesgo de pérdida de ingresos por despido (g ráfico B4.2.1). Las medidas tenían dos objetivos: posibilitar el distanciamiento social (físico) de las personas afectadas en términos económicos y mitigar los impactos negativos de la crisis sobre el bienestar y el capital humano. La primera línea de la respuesta política brasileña consistió en ampliar los programas sociales principales ya existentes, incluyendo las transferencias monetarias condicionadas (Bolsa Familia) y el seguro de desempleo, horizontalmente (al agregar nuevos beneficiarios) y verticalmente (al aumentar las prestaciones de los beneficiarios existentes). Estos objetivos se lograron de dos maneras: (a) reducción de las restricciones presupuestarias para que las familias ya elegibles y las nuevas familias elegibles pudieran recibir cobertura de Bolsa Familia, e incorporación automática de nuevas solicitudes enviadas a través del programa de seguro de desempleo, y (b) adelanto
de pagos de subsidios ordinarios, que incluye retiros extraordinarios de las cuentas de ahorro financiadas por los empleadores de FGTS (Fundo de Garantia do Tempo de Serviço). Como segunda medida de actuación, Brasil aprobó dos programas temporales para abordar vulnerabilidades específicas a los mercados laborales formales e informales generadas por el COVID-19 que no se hubieran solventado mediante la ampliación de los programas existentes. Uno de ellos fue un programa de transferencias monetarias de emergencia para personas pobres (consideradas como las personas beneficiarias del programa Bolsa Familia), así como para personas que no tienen un empleo asalariado formal, pero que normalmente no son elegibles para la asistencia social, como los trabajadores independientes informales no pobres y trabajadores por cuenta propia y autónomos formales. Para los trabajadores del sector formal, Brasil introdujo un subsidio salarial temporal para quienes sufrieron un cese de la actividad o recortes horarios temporales, con el requisito de que sus empresas conservaran la relación laboral durante un cierto tiempo después de la finalización del programa. Estas medidas dirigidas a los trabajadores se complementaron con subsidios a las empresas y otras medidas; en conjunto, han supuesto el 4,1% del producto interior bruto de Brasil. (el cuadro continúa en la página siguiente)
como también se documenta utilizando la variación causada por los umbrales de elegibilidad de ingresos. Cabe señalar que Gerard, Naritomi y Silva (2021) también demuestran que la ampliación del programa tuvo efectos agregados positivos que trascienden los efectos en los beneficiarios individuales, a través de efectos indirectos en personas no beneficiarias. Valiéndose de sus conjuntos de datos sobre el empleo formal y personas pobres y vulnerables, investigan si el empleo formal adicional que observan procede de beneficiarios o no beneficiarios. El panel a del g ráfico 4.11 presenta sus resultados: el efecto de la ampliación del programa es positivo y significativo entre familias no
beneficiarias. Este aumento del empleo formal podría producirse por medio de la creación de nuevos puestos de trabajo o de la formalización de empleos que previamente eran informales (aunque en este último caso, la ampliación del programa no estaría asociada con un aumento del empleo total). De hecho, la ampliación del programa tuvo efectos positivos y significativos en el PIB (gráfico 4.11, panel b), lo que sugiere que la ampliación condujo a la creación de empleo, y no solo a la conversión de empleos informales en empleos formales. La ampliación del programa se tradujo en un aumento de un 1,5 % de los productos brutos locales. Estos resultados destacan la importancia de tener en cuenta los efectos individuales