Actualidad gremial
¿Qué tan conveniente sería la privatización total de Corabastos? Corabastos en la actualidad es una sociedad de economía mixta, es decir, cuenta con patrimonio privado y patrimonio estatal (de todos los colombianos). El 58% es privada y el 42% de la Nación.
Por. Héctor Veloza Director Ejecutivo de Conalco –Corporación Nacional de Comerciantes de Corabastos Miembro de Junta Directiva de Acopi Bogotá-Cundinamarca
H
ace un mes, en medio del debate de la aprobación del Presupuesto General de la Nación para el año 2019, se incluyó en el cuerpo del proyecto de ley el artículo 136, cuyo objetivo era la venta de paquetes accionarios que la Nación tiene en las centrales de abastos. La medida se consideró justificada para el Gobierno, toda vez que con los recursos captados se podría pagar del déficit fiscal y se podría realizar inversión estatal. A contrario sensu, expertos en el tema han asegurado que la venta de Corabastos no ayudaría mucho en el pago de la deuda y no “le haría ni cosquillas” a ese faltante. De otra parte, se aprobó que el Presupuesto General de la Nación iría destinado en más de la mitad para el pago de la deuda estatal, en contraste con un porcentaje muy mínimo (menor incluso que el de los gobiernos anteriores) para la agricultura.
54
La idea de privatizar completamente la central no es nueva, puesto que ya se había ventilado en 2007, época en la cual el Gobierno de entonces justificó que “no representa un riesgo para la seguridad alimentaria de los colombianos, dado que la seguridad alimentaria del país no depende de la participación del Gobierno en estas centrales, ya que éstas administran y arriendan bodegas y espacios a los comerciantes, pero no producen alimentos ni vende alimentos. La seguridad alimentaria depende de la reactivación económica del campo, y eso se logra con inversión en las zonas rurales”. Esa premisa se cae de su propio peso si tenemos en cuenta que Corabastos, la central de abastos más importante del país ubicada en Bogotá, es actualmente eje determinante en nuestra cadena de producción y comercialización de alimentos (25% de la comercialización nacional), a la que diariamente entra un promedio de 12.400 toneladas de alimentos. Debido a ello, se ha convertido en formadora de precios a nivel nacional, y es hoy en día bastión del campo colombiano, puesto que ha permitido que muchos productores agrícolas nacionales accedan al mercado interno en medio de las dificultades propias de su gremio, como la falta de tecnología, pocos incentivos por parte del Estado, insumos costosos, la gasolina más cara de la historia, peajes impagables, además de la competencia desleal de los productos extranjeros que antes se cultivaban y ahora ingresan