Reportaje imaginario a Arturo Jauretche
“Los pueblos deprimidos no vencen” Salvando aspectos temporales, este lúcido intelectual brinda las mejores respuestas a las preguntas de la militancia. Esa militancia preocupada, como él, por la consolidación de un Proyecto Nacional, en pensar la Patria desde un mismo lugar: los intereses de las clases populares y la unidad latinoamericana. Un buen ejercicio para responder a tantas preguntas, fue recurrir a las obras de Arturo Jauretche y a los Textos Selectos (Edit. Corregidor, Bs. As. 2011). Y un mejor ejercicio de memoria: el homenaje a este hombre fundamental fallecido el 25 de mayo de 1974. por
Horacio Lonatti
-¿Qué importancia tiene para la militancia el estudio de la realidad nacional? -Es esencialmente un modo, una manera, un método para encarar nuestros problemas...ver la Argentina desde la Argentina, en función de la realidad y de sus necesidades inmediatas, y no desde afuera y en función de doctrinas abstractas, de ideologías transferidas desde el exterior en función de realidades y necesidades ajenas.(Forja y la Década Infame- 1962). Creo que fue la Revolución Mejicana la que más me impresionó al mostrarme un fenómeno popular. Empecé a darme cuenta que, en grandes líneas históricas, los pueblos se orientan siempre en el sentido de su interés y empecé a ahondar. Para cada rama, para cada aspecto de la realidad argentina, hemos tenido que hacer la comprobación y sacar una consecuencia. Y es sobre la experiencia que nos hemos permitido inducir una regla que contiene la clave de nuestro futuro. Hay un solo problema: el coloniaje. Hay una sola solución: la emancipación nacional. (Escritos Inéditos- 2002). -¿Qué lugar deben ocupar la educación y la cultura en un proceso de emancipación nacional? -A la estructura material de un país dependiente, corresponde una superestructura cultural, destinada a impedir el conocimiento de esa dependencia para que el pensamiento de los nativos ignore la naturaleza de su drama y no puedan arbitrar soluciones, conforme a sus propias circunstancias de tiempo y lugar. (Los Profetas del Odio y la Yapa- 1967). La Argentina perimida se apoya más que en el hecho de la fuerza, en la deformación de la realidad que consigue difundir esta superestructura cultural. (Discurso del 27/8/65 Una vida al Servicio de la Revolución Nacional, en Textos Selectos- Corregidor, Año 2011). El arte de nuestros enemigos es también deprimir, desmoralizar, entristecer. Nada grande se puede hacer, con la tristeza. Nos quieren tristes para que nos sintamos vencidos y los pueblos deprimidos no vencen ni en la cancha de futbol, ni en el ejemplo moral, ni en el triunfo económico. (Diario El 45- 28/12/60, en Textos Selectos, Corregidor, 2011). -¿Qué papel le asigna a la juventud? -El enfrentamiento de las generaciones es una cosa necesaria. Porque si los jóvenes carecen de la madurez que les reclamamos,
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nosotros carecemos de la adecuación a la realidad que ellos nos reclaman (…) Y no se asusten los viejos peronistas. Si no quieren quedarse en “viudos tristes”, tienen que acelerar el paso para seguir a los de adelante. No se lamenten tampoco, de que los recién venidos ocupen los primeros puestos en la fila, porque siempre es así: se gana con los nuevos no con los antiguos. Los precursores deben sentir el orgullo de perdurar como cimiento. Si no, quedan como testigos airados de algo que quieren, pero no puede ser. Se convierten en sepulcros blanqueados. (Revista Cuestionario, 20/6/73 en Textos Selectos). “Lo importante es renovar preocupaciones, encontrar nuevos amigos, más jóvenes...Los viejos tienen que tener, que buscar, el contacto con los jóvenes, interesarse constantemente en lo que ellos se interesan, renovarse, actualizarse constantemente. De no ser así sólo se sobrevive.... Los médicos dicen que los hombres tienen la edad de sus arterias. Yo diría que tienen la edad de sus ilusiones.” (Confirmado, 1971, en Escritos Selectos). -¿Y sobre la postura opositora de antiguos sectores progresistas? -Hay muchos que cuando el País no se adapta a sus gustos y comodidades de señoritas, se dejan de cantar el himno, de enarbolar la bandera para decir:”Este país de m...” y aquí una expresión excrementicia Cuantos conoce Ud. que dicen eso¿ Hay acaso algún día en que no oiga esa expresión en la boca de un imbécil que, sin embargo, se llena la boca de patrioterismo para defender sus pequeñas ventajas materiales, su incapacidad para pensar el País, en gran escala, por encima de lo cotidiano, como una empresa de grandeza, como un ascenso total. De esas labores que se hacen poniendo el hombro todos,...a pesar del sabotaje...y el sórdido egoísmo de los que quieren volver atrás, de su ceguera también, porque en su ignorancia no saben que volverán atrás con el País. (Prosa de Hacha y Tiza, 1960). El conflicto de hoy es el mismo de ayer. El pueblo quiere, en conjunto, realizar la Nación, integrándola hacia adentro y expandiéndola hacia fuera. Tiene un programa que es el mismo que ayer: soberanía, independencia económica y justicia social. Ese programa del pueblo se propone realizar la Nación efectivamente, como substancia, como realidad, y cualquier forma le es buena si la fina-