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lA PolítiCA ExtErior dE los últiMos 10 Años

pensar un pais con justicia social

por marIaNO saraVIa

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sin dudas, esta que pasó fue la Década Ganada, por múltiples motivos, por muchas medidas gubernamentales que tuvieron y tienen como objetivo la reactivación del mercado interno, la producción nacional, la generación de trabajo y la redistribución del ingreso, entre otras cosas.

Pero quizá lo más importante es la recuperación de la política, de la discusión ideológica, de proyectos alternativos de país, luego de la década anterior (la segunda Década Infame) en la que nos habían hecho creer aquello de la muerte de las ideologías y del fin de la historia.

Las otras dos áreas donde hubo cambios drásticos fueron los Derechos Humanos y la política exterior. A esto último me quiero referir específicamente, por varios motivos. Porque fue uno de los giros de timón más drásticos a partir de 2003 y porque no puede haber ningún cambio en política nacional si no lo hay a nivel regional, y eso lo entendió fehacientemente Néstor Kirchner, desde el primer momento.

Parece mentira que un hombre venido desde el fin del mundo, un gobernador de la Patagonia Austral, que por razones obvias tiene una realidad mucho más enclaustrada, haya entendido tan cabalmente que somos sólo provincias de una Gran Nación Latinoame-

Néstor KirchNer a GeorGe W. Bush eN Mar del Plata: “No VeNGaN a PatotearNos”

la polÍtica eXterior de LOS ÚLTIMOS 10 aÑOS

ricana, y desde el primer día de mandato haya orientado su política exterior hacia la integración regional.

Como decía Jorge Abelardo Ramos “Somos un país porque no pudimos integrar una nación y fuimos argentinos porque fracasamos en ser americanos. Aquí se encierra nuestro drama y la clave de la revolución que vendrá (…) no somos subdesarrollados porque estamos divididos, sino que estamos divididos porque somos subdesarrollados.”

Y esto es lo que se ha retomado en Sudamérica a partir de principios de la década pasada. Por convencimiento pero también por necesidad. Porque nuestros gobernantes tomaron conciencia de que no podrían continuar con los cambios profundos planteados si no lo hacían apoyándose mutuamente.

En 1999, cuando Hugo Chávez llegó al gobierno de Venezuela inició una nueva era y marcó un camino. Pero estaba solo, en medio de un mar de neoliberalismo. En Argentina gobernaba la Alianza de De la Rúa que nos llevó al desastre del 2001. En Brasil estaba el ex desarrollista entregado al Consenso de Washington, Fernando Henrique Cardoso. En Bolivia el genocida Hugo Bánzer, elegido en las urnas. En Uruguay, el colorado Julio María Sanguinetti. Y en Ecuador Jamil Mahuad, que tuvo que irse en una de las tantas y periódicas puebladas.

Había que bancarse esa parada como lo hizo Chávez, aferrándo-

se al único faro ideológico que fue siempre la Cuba revolucionaria. De hecho, su propio proceso fue de menor a mayor, haciendo camino al andar. Luego sí, vinieron Lula que asumió el 1º de enero de 2003, Néstor Kirchner, Rafael Correa, Evo Morales y Fernando Lugo.

Entonces sí cambió el panorama regional, porque los gobiernos progresistas pasaron a ser mayoría en Sudamérica contra los países que siguieron el rumbo de la derecha: Colombia, Chile y Perú. Y Uruguay siempre en el medio, haciendo equilibrio.

Pero por primera vez en la historia, hubo seis presidentes que, cada uno con su propio proceso político, coincidieron en mirar a sus pueblos en vez de mirar a las clases dominantes y al exterior. Y coincidieron en la imperiosa necesidad de la unidad en la acción.

Tuvimos en Latinoamérica muchas experiencias de gobiernos nacionales y populares, pero siempre a destiempo. Primero llegó Getúlio Vargas; luego Juan Domingo Perón; después Jacobo Arbenz en Guatemala; después Joao Gulart; después Juan Bosh en la República Dominicana; después Juan Velasco Alvarado en Perú; después Omar Torrijos en Panamá; después Juan José Torres en Bolivia; después Salvador Allende en Chile. Pero siempre a destiempo. Jorge Eliécer Gaitán nunca llegó a ser presidente de Colombia porque lo asesinó la derecha y la CIA en 1948. Y la única experiencia popular que permaneció fue la cubana.

Por eso, ahora, después de dos siglos, otra vez se juntaron líderes que coincidieron en el espacio y en el tiempo con los mismos objetivos, como Bolívar coincidió con San Martín, Artigas, Sucre, Manuel Rodríguez, Manuela Sáez, Juana Azurduy, Bernardo de Monteagudo, Juan José Castelli y Manuel Belgrano, entre otros. Pero ni siquiera en aquel momento hubo la integración que hay hoy en Sudamérica, gracias a la visión de nuestros últimos gobernantes.

Después de su triunfo electoral del 7 de octubre del año pasado, Chávez le dijo a la periodista Mercedes López San Miguel, del diario Página 12: “La primera cumbre a la que asistimos Fidel y yo fue en Brasil y él me dijo, como buen lobo de mar: ‘Chávez, échale un ojo a Kirchner’, pronunciando fuerte la ch. Luego vino Tabaré. Si no llega a tiempo Lula, si no llega a tiempo Néstor, y Tabaré, en Mar del Plata se hubiera aprobado el Alca. Yo recuerdo la batalla de Mar del Plata y el jefe de esa batalla se llamó Néstor Kirchner. Rindo tributo a Néstor. Y Lula, y Tabaré, y no se portó mal el paraguayo Nicanor Duarte Frutos... Hay un momento en que Néstor le dice a Bush: ‘No vengan a patotearnos’... Hay un momento en que Lula tenía que irse, lo mismo Tabaré y Duarte y entonces se me acerca Néstor y me pregunta si me tengo que ir y le dije que no. ‘Vamos a ganarles a estos tipos por cansancio’, dijo Néstor. A Bush no le gustaba que me diera la palabra, no se aguantaba, se levantaba para ir al baño. Si no hubiésemos derrotado al Alca no nacía UNASUR. Sin todo lo que hicimos Lula, Evo, Rafael, y luego Cristina y el Pepe, esta integración, que está apenas naciendo, no existiría. No es un asunto de personas individuales. Cristina dijo en una oportunidad que por primera vez los presidentes se parecen a sus pueblos, porque somos pueblo y no somos productos de las élites. Como decía Perón, el siglo XXI nos encontrará unidos o dominados. Nos encontró uniéndonos”.

Y es cierto, en la muerte del Alca nació UNASUR, porque eran dos proyectos antagónicos, porque no se puede estar con dios y con el diablo. Porque como decía Simón Bolívar ya hace 200 años: “Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia a pla-

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gar la América de miseria en nombre de la libertad”. Nos sacamos ese yugo, o por lo menos rompimos con la “relaciones carnales” de Guido Di Tella, Carlos Escudé y Carlos Menem. Se constituyó UNASUR y fue fundamental en estos años. Porque no fue sólo un sello sino que sirvió concretamente, por ejemplo, para contrarrestar los intentos de golpe de Estado en 2008 en Bolivia y en 2010 en Ecuador. Tanto cambió nuestra política exterior que en la cumbre entre América Latina y la Unión Europea de mayo de 2010, la UNASUR le torció el brazo a la UE y logró que des-invitaran a Honduras, por el golpe de Estado contra Manuel Zelaya.

También se fortaleció el Mercosur y ahora se amplió con la incorporación de Venezuela como miembro pleno. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner fue fundamental en condenar el golpe parlamentario contra Fernando Lugo y en suspender a Paraguay tanto de Mercosur como de UNASUR.

También se fundó la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), una especie de OEA pero sin Estados Unidos y Canadá. Si bien está en pañales, es un intento más por organizarnos internacionalmente de otro modo.

En la política de reclamo por las Islas Malvinas, la estrategia argentina ha sido muy importante y variada, lejos de los vaivenes de otras épocas o de los papelones de Di Tella y los ositos Winnie Pooh para los kelpers. En esta década, y sobre todo durante este último período de Cristina, no hubo una sola asamblea general de las Naciones Unidas en que no estuviera presente el reclamo argentino. Además, en los últimos tiempos se ha implementado una avanzada diplomática muy contundente que ha traído dos resultados importantes: por un lado la suma de cada vez más apoyos internacionales y por el otro, la instalación mediática del tema Malvinas en el mundo, obligando incluso al Reino Unido a hablar insistentemente el tema y a los propios kelpers a hacer un referéndum que más allá de ilegal e ilegítimo, mostró una sobreactuación que desnuda la endeblez de sus argumentos.

En cuanto al atentado a la Amia, se ha avanzado como nunca con el acuerdo firmado con Irán que permitirá a la Justicia argentina indagar a los sospechosos en Teherán. También es un gran contraste con el encubrimiento y la complicidad de los tiempos menemistas, aunque la oposición partidaria y mediática quiera desacreditarlo. Quizá habría dos puntos que se podrían señalar como débiles en materia de política exterior. Uno es la participación de la Argentina en la Minustah, la misión de paz de la ONU en Haití. Nuestro país participa de esa misión de cascos azules junto a otros países de la región como Brasil, Uruguay, Bolivia y Ecuador. Y la verdad es que estamos participando de un verdadero fracaso. El próximo 1º de junio se cumplirán nueve años de la misión y no ha logrado estabilizar en lo más mínimo Haití. Muy por el contrario. Es más, lo que ha llevado es más desestabilización y sufrimiento al pueblo hermano. Muchos militares de la Minustah son acusados de graves violaciones a los derechos humanos, como los seis uruguayos que abusaron sexualmente de un joven de 18 años de nombre Jhony Jean Biulisseteth en 2011 y hoy caminan impunes por las calles de Montevideo. También está comprobado que soldados de la Minustah (originarios de Sri Lanka) introdujeron el cólera que ya mató a más de 8.000 personas. Haití fue el primer país latinoamericano en independizarse, el 1º de enero de 1804, y el único de la historia de la humanidad en llevar adelante una revolución antiesclava exitosa. Hoy, paradójicamente es un país ocupado. Si queremos realmente ayudar a Haití, no tenemos que mandar soldados sino maestros, médicos, ingenieros, materiales, voluntarios.

El otro punto a señalar es la indiferencia que tenemos (no sólo Argentina sino Sudamérica en general) respecto al otro enclave colonial además de las Malvinas: la Guayana Francesa. No podemos seguir mirando para otro lado cuando en pleno corazón de nuestra Patria Grande y en pleno siglo XXI tenemos una situación colonial propia del siglo XIX. Y si es una barbaridad que el Reino Unido esté militarizando el Atlántico Sur y mantenga más de 3.000 soldados en nuestras Malvinas, qué queda para los 30.000 soldados franceses que tienen presencia en la Guayana. Hay un pueblo guayanés que lucha heroicamente por su independencia, y que nos reclama un poco de atención y de apoyo. Y deberíamos hacerlo, por ellos que son tan sudamericanos como nosotros pero también por nosotros mismos, porque tanto las Malvinas como la Guayana son bases militares de la OTAN, que constituyen una amenaza bélica inconcebible e inaceptable.

En resumen, la balanza nos muestra un saldo absolutamente positivo en estos 10 años de política exterior. Argentina con los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner ha contribuido sustancialmente a la construcción y consolidación de un bloque fuerte sudamericano. Y este bloque sudamericano, por un lado tiene peso propio en el concierto de las naciones. Y por otro lado, juega un papel fundamental en la búsqueda de nuevas alianzas que ya están haciendo de este mundo uno mucho más multipolar que el que había hasta fines de los ’90.

Como dijo alguna vez el ex Presidente: “Hay vida después del Fondo”.

ENTREvISTA A LUCíA CORPACCI, GOBERNAdORA dE CATAMARCA “SE ES PERONISTA

POR LAS ACCIONES COTIdIANAS EN BENEFICIO dE LA GENTE”

por PablO TOrrEs Y maTIás allEs

llegamos a San Fernando del Valle de Catamarca en la madrugada de un día más ventoso que lo habitual. Como Catamarca es una provincia de clima árido, el viento traía bastante tierra. Ciudad chica y de edificios bajos, plaza central y un par de avenidas, San Fernando tiene un ritmo tranquilo. Uno casi llega a extrañar los bocinazos, el smog y los embotellamientos de Córdoba capital. Casi.

Después de descansar durante un par de horas y un frugal desayuno, partimos hacia Sarmiento al 600 frente a la Plaza 25 de Mayo, donde se encuentra la Casa de Gobierno. Llegamos apenas pasadas las 11 de la mañana. Luego de una breve espera, una secretaria nos hace pasar al despacho de la doctora Corpacci, quien nos recibe de forma muy amable. Hecha la presentación de rigor, y mientras el grabador empezaba a registrar nuestra conversación, el primer tema que surgió fue la situación del PJ en Córdoba. Descripta a grandes rasgos la actualidad del peronismo mediterráneo, surgieron sus primeras definiciones: “Yo vengo de un espacio netamente kirchnerista, porque entré a la política siguiéndolo a Néstor y a Cristina, y fui la encargada del Centro de Referencia de Desarrollo Social de la Nación, o sea que soy discípula de Alicia. Cuando a mí me plantean la diferencia entre kirchnerismo y peronismo, yo les digo ‘el kirchnerismo es quien tomó las banderas de Perón y quien las hace efectivas en cada uno de los territorios’. Tiene lo mismo que tuvo el peronismo, que es ser amplio y plural. Lo que pasa es que queda ese peronismo histórico con la retórica solamente, que si no sos peronista y no te hacen el ADN peronista de afiliado al partido, parece que no tuvieras valor”. Y remata: “El espacio político donde yo empecé a militar, el Frente para la Victoria, era una construcción plural, donde había sectores de muchos partidos políticos. No me voy a olvidar nunca un discurso de la Presidenta, a fin de año, que hizo en Olivos a todos los miembros del PJ. Allí decía que el peronismo no debe ser sectario, que tiene que abrir los brazos y convocar a todas las personas que realmente quieren trabajar en la construcción de un país más justo”.

-En ese sentido, es comparable al proceso del ‘45: Perón convocando a diferentes actores políticos provenientes del socialismo, del radicalismo yrigoyenista...

-Seguro. Pero además, yo estoy convencida que no se es peronista por cantar la marcha ni por gritar “Perón, Perón”. Se es peronista por las acciones cotidianas que hacen los representantes en beneficio de la gente. Después, podés estar afiliado donde vos quieras. El tema es qué es lo que queremos, sobre quiénes queremos trabajar. Abrazar en serio la doctrina de Perón. Lo contrario no sirve.

-Porque el kirchnerismo retoma esas banderas al volver a plantear al peronismo como un movimiento que busca la igualdad social.

-Claro, el kirchnerismo es el más peronista de todos los gobiernos. No hubo otro gobierno tan peronista como el de Néstor y Cristina. Por sus acciones, porque a los gobiernos hay que medirlos por sus acciones y no por sus dichos. Y lo bueno que tiene el kirchnerismo es que dice lo que hace, y hace lo que dice. Y es peronista.

-a diferencia de menem, que citaba a Jauretche pero aplicaba las políticas del Consenso de Washington.

-Néstor fue presidente del PJ y yo soy presidente del PJ de mi provincia. Nosotros tenemos la obligación, presidiendo el Partido, de convocar a todos los otros sectores, como hizo Perón. No hay

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la gobernadora de la provincia de Catamarca, lucía benigna Corpacci saadi de mercado nos recibió en la Casa de Gobierno para hablar de todo: el peronismo, el kirchnerismo, la militancia, la mujer en la política, el rol del Estado, los cacerolazos, la oposición, la minería, los logros de su gestión, Néstor y Cristina. a continuación, todo lo conversado en una ventosa mañana catamarqueña.

que plantear esa diferencia entre peronismo y kirchnerismo. En realidad, el kirchnerismo es peronismo, y el peronismo, hoy, es kirchnerista. Porque quienes representan y son el emblema, por sus acciones, del peronismo son Néstor y Cristina.

-¿Cómo fueron sus primeros años de militancia?

-Yo me defino más como una militante social que como una militante política, porque mi construcción política se hizo en base al trabajo territorial, más que a acuerdos políticos. He sido Directora de PAMI, lo que me permitió y obligó a recorrer la provincia y a trabajar con los centros de jubilados, en una época donde realmente se recuperó el PAMI, en la primera gestión de Néstor. Eso hizo que tuviera mucho contacto con la gente. Después entré a Desarrollo Social, y la verdad que lo que hizo Alicia en cuanto a construcción social en los territorios más olvidados, más perdidos, no tiene parangón en la historia de nuestro país. Por eso siempre me defino así, porque siendo hija de políticos no he tenido una militancia política previa, porque he sido de esa generación que durante mucho tiempo renegó de la política, y me enamoré de la política el día que apareció Néstor.

-Usted y Fabiana ríos fueron las primeras mujeres en ser electas gobernadoras. de alguna manera forman parte, junto a Cristina, de la primera generación de mujeres que acceden a un alto cargo ejecutivo. Es toda una responsabilidad.

-Yo creo que el cargo ejecutivo significa una responsabilidad enorme. Para bien o para mal, una va a quedar en la historia. Pero en el caso de las mujeres, que somos las primeras en asumir este cargo, tenemos una doble responsabilidad. Porque cuando un gobernador hombre es malo, va a ser Juan Pérez que fue mal gobernador. Cuando sea Lucía Corpacci, va a ser la primera mujer que fue buena o mala gobernadora, y eso tiene mucho significado para las otras mujeres que se suman a la actividad política. Por eso uno le pone muchísimo empeño. Siempre se lo digo a las mujeres: para bien o para mal, mi camino en la política va a significar mucho para ustedes.

-Cristina alguna vez dijo que a las mujeres todo les costaba el doble.

-Sí, es más difícil. Yo soy gobernadora, pero voy al supermercado a hacer las compras, tengo una hija chiquita que tiene nueve años y le tengo que mirar los cuadernos, tengo que ir a algunas reuniones de la escuela, y lo hago con mucha felicidad. Pero, además, las mujeres tenemos esa cosa de auto castigarnos, porque muchas veces desearía estar en alguna circunstancia con mi hija y no puedo. Algo que a los hombres siempre les fue más fácil, porque lo delegaron en las mujeres, que eran las que se quedaban en la casa.

-Hace pocos días se firmó un acuerdo por $329 millones de pesos con el ministro Julio de Vido ¿Cuáles son las obras de infraestructura que se van a encarar?

-Ese acuerdo fue en el marco del Programa “Más Cerca: Más Municipio, Mejor País, Más Patria”. Son obras solicitadas por los distintos municipios. Nosotros también solicitamos, como provincia, la ampliación del hospital de niños, que es una obra de 20 millones de pesos. Ahí también se firmó el acuerdo por la fibra óptica por 223 millones de pesos. Pero hay que decir que a Catamarca le pasa como a muchísimas provincias de nuestro país, que todavía dependemos de la Nación, porque nuestro mayor ingreso proviene de la minería, pero que sigue siendo menor respecto del ingreso por coparticipación. Nosotros recibimos obra pública permanentemente de la Nación. Desde que empezamos la gestión, entre las

escuelas que ya inauguramos, las que empezamos a construir, las que licitamos y las que vamos a licitar, a fin de año llegamos a las 50 escuelas. Y 50 escuelas es una inversión enorme. Pero es una inversión enorme que aporta la Nación. Además estamos en un ambicioso programa de viviendas: el año pasado nos adjudicaron fondos para construir 1200 viviendas del Programa Techo Digno, pero ya teníamos 1064 de viviendas sociales, y 500 de viviendas para pueblos originarios, que ya estamos construyendo y adjudicando. Esos son fondos nacionales porque nosotros no lo podríamos hacer, como las rutas o el dique de El Bolsón. En verdad, la inversión que hace el Gobierno Nacional en nuestra provincia, como en todas las provincias de nuestro país, es enorme. Y sobre todo, porque son obras que generan mano de obra, generan trabajo. Y nuestro país necesita trabajo.

-recién mencionó el tema de la minería. Catamarca captó la atención de la opinión pública hace unos meses por el tema de la minería y los conflictos con las empresas agua rica y la alumbrera. ¿Cómo está ese tema hoy?

-El tema de la minería durante muchos años, en nuestra provincia, estuvo rodeado de un velo de oscurantismo. Nadie quería hablar de la minería, nadie quería decir qué es lo que pasaba con la minería. La minería existía, la minería nos daba ingresos, pero nadie se hacía cargo de pararse y decir “somos mineros”. Catamarca tiene una tradición minera milenaria. Catamarca siempre fue minera. No hay ninguna otra industria en Catamarca que genere los ingresos que genera la minería. Y esos recursos se dividen entre regalías que deben ser obligatoriamente utilizadas en obras que signifiquen progreso, llámese obras de energía, de agua, de desarrollo industrial, de promoción turística o de producción, que se lograron gracias a la minería. Pero, por otro lado, están las utilidades que se destinan, en su mayoría, al pago de salarios. Si nosotros no tuviéramos ese ingreso de la minería -y no hablemos de la gente que trabaja en las empresas mineras- seis u ocho mil personas tendrían que ser despedidas porque utilizamos las utilidades para pagar esos salarios. Entonces no se puede desconocer, renegar ni darle la espalda a una industria como la industria minera, que para nosotros significa tanto. Ahora, ¿cómo se trabaja en minería? Con reglas de juego claras. Por ejemplo, nunca se había hecho nada por el cuidado del medio ambiente. Nosotros asumimos la policía minera, pusimos centros de control ambiental e instalamos oficinas de información que fueron derribando el mito. Nosotros ponemos un colectivo a disposición y la comunidad minera que quiere subirse al colectivo se sube y la llevamos a la mina para que conozca. Entonces, cuando uno entra a esas empresas se da cuenta que los cuidados del impacto ambiental son mayores que cualquier otra empresa, como la de plásticos por ejemplo, que tira sus desechos a la cloaca o directamente al río, y son mucho más contaminantes por lo que utilizan. Y en cambio en la minera, que son commodities, tienen exigencias internacionales por el medio ambiente para atraer los recursos necesarios para el emprendimiento.

-Históricamente ha habido un olvido y un “no pasa nada” con la minería, hasta que cambia el gobierno y la minería empieza a tener impacto a nivel mediático.

-Yo creo que, además, empezamos a decir “sí”. A ver, los sojeros son sojeros, y nosotros somos mineros. Esta es la realidad de nuestro país. Con distintas geografías, con distintas potencialidades, con distintos recursos. Uno no puede sentarse sobre los recursos eternamente, mientras hay gente que no tiene para comer. Los recursos Dios nos los dio para utilizarlos. ¿Cómo? De la mejor manera. Y hay algo que es importante: las regalías mineras se distribuyen entre la provincia y los distintos municipios. Durante mucho tiempo algunos municipios cumplieron y las utilizaron en obras que se ven y otros no. ¿Qué hicimos nosotros? Reglamentamos el uso de las regalías. Y hoy tenemos un gran debate con algunos municipios que son opositores, porque ahora están enojados. Pero no podemos comernos los recursos hoy, y no dejar nada para las generaciones que vienen.

-Una de las características del kirchnerismo es el retorno al Estado presente. ¿dónde se ve la presencia del Estado en Catamarca?

-Se ve en muchas cosas. Nosotros asumimos y creamos 34 escuelas rurales. Y en eso diferimos esencialmente con el gobierno anterior, y sin ánimo de criticar a nadie. Para mí, una escuela es un conjunto de chicos que tienen la oportunidad de educarse. Nosotros teníamos todos los años 6000 chicos que no terminaban el secundario porque viven en la ruralidad extrema. No tenían una escuela ahí. No tienen transporte. Tenían que caminar 14 ó 20 kilómetros para ir y para volver. Los padres viven en la ruralidad, entonces sienten que es más importante que el chico se quede cuidando el ganado que mandarlo a la escuela. Entonces, donde teníamos escuelitas primarias rurales pusimos el secundario. Nombramos al director, a los docentes, y los chicos hoy pueden ir. Eso significó incorporar al sistema a 1600 chicos. Y donde no pudimos poner una escuela rural le pagamos una beca a los chicos para que, de lunes a viernes, puedan ir a la escuela más cercana. Y en general se alojan en la casa de un tío, de un primo, y contribuyen a la economía de ese hogar, para que puedan comer, para que puedan dormir, y terminen el secundario. Y cuando no pudimos hacer ninguna de las dos cosas, compramos transporte. Y pusimos el transporte a disposición de los chicos. Ése es el Estado presente. Ése es el Estado que tiene que estar acompañando. Porque la Asignación Univer-

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sal, que es una cosa maravillosa de nuestra Presidenta, en esas realidades, las tenemos que reforzar los gobiernos provinciales. No podemos seguir echándole la culpa al gobierno nacional. Nosotros nos tenemos que hacer cargo.

-de las características propias de cada provincia...

-Exacto. Recién firmé un convenio entre un call center y una empresa transportista. Nosotros necesitamos trabajo porque no podemos seguir poniendo gente en la administración pública. ¿Entonces dónde está el Estado presente? En un Estado que financie la instalación de ese emprendimiento, que es privado, pero que significa que muchos jóvenes catamarqueños van a poder trabajar ahí. Acá se terminó el régimen de la promoción industrial el año pasado. Por eso firmamos un convenio donde esta provincia a nuestros industriales les va a aportar el costo del flete, porque los catamarqueños necesitamos que las empresas se queden. Ése es el Estado presente. También lanzamos un plan de mosto. A la uva la vendían por centavos, y otros se las compraban por muchísimo más. El año pasado pagaron 0.40 centavos, nosotros les pagamos entre 1.20 y 1.10 este año. La gente no creía que lo íbamos a hacer. Los productores, el día que les fuimos a pagar ¡no fueron! porque decían ¡bah, no nos van a versear, si no nos van a pagar!”. Y esas son cosas que hablan del Estado presente.

-Otra de las características de estos últimos diez años es el regreso de los jóvenes a la militancia política. ¿Cómo se están insertando los jóvenes a la vida política en Catamarca?

-Se están insertando muy bien. Antes de que fuera gobernadora, cuando andaba en el camino político, les decía que si yo tuviera que dejar la política, había una cosa que a mí me iba a gratificar eternamente y era haber podido convocar a jóvenes que realmente tenían vocación de servicio. Porque si alguien que se dedica a la política no tiene vocación de servicio, puede que llegue, pero no llega a servir a los demás, y esa es la esencia del que se dedica a la política.

-Hay que meter los pies en el barro...

-Pero salir limpio (sonríe).

-El momento más crítico de estos últimos diez años para el kirchnerismo fue en el 2008, durante el conflicto con las patronales agrarias. Eso aquí significó la fractura del Frente Cívico y social. ¿Cómo recuerda esos días?

-En verdad, yo nunca entendí por qué nosotros los catamarqueños manifestábamos por la soja, si no tenemos (se ríe). Y las que tenemos eran empresas diferidas, que además no eran de catamarqueños. Nunca entendí. Pero eso me hace acordar a la manifestación del 18A, donde eran 150 personas y entre ellas estaba el ex intendente de capital, y muchísimos docentes universitarios. Porque si hay un sector de la educación de este país que ha recibido es ése, se han multiplicado sus salarios y sus beneficios, y crecieron las universidades, la tecnología, y el equipamiento. Esto es de locos. Pero bueno, yo creo que hay un sector de la sociedad que no nos votó, que no nos va a votar, y que siempre va a reclamar. Por eso hay que seguir trabajando, no queda otra.

-Y esa problemática se suma a la manipulación mediática

Sí. Pero a mí no me alarma que se manifiesten, porque siento que los que salen a manifestar son los miles de votos que no tuvimos, y que probablemente no los tengamos nunca. Pero que, como pierden las elecciones, no tienen otro modo de hacerse ver.

-¿Cuáles son los principales logros de su gestión?

-Nosotros llevamos un año y meses. Este es el año de la concreción de las obras. El primer año de gobierno significa sentarse y ver los papeles en serio: cómo estás, cuánta plata tenés y para dónde la vas a destinar. Nosotros hicimos una enorme inversión en educación. Pero también hicimos muchísima inversión en salud, equipando hospitales; una inversión enorme en seguridad porque nuestras fuerzas de seguridad no tenían ni movilidad, ni uniforme, ni armamento, ni escudos, ni cascos, no tenían nada. También significó incorporar más efectivos en seguridad, más personal en salud, profesionales médicos en el interior, enfermeras. Lanzamos un programa de capacitación para enfermeras del interior, para profesionalizar la salud en el interior; los programas de vivienda, mejoramientos habitacionales. Creo que las obras que nosotros venimos haciendo no son faraónicas, porque no pretendemos hacer obras faraónicas, pero sí queremos mejorar la calidad de vida. Nosotros empezamos a construir un albergue universitario, porque nuestros chicos del interior no tenían dónde estar. También compramos un hotel que estaba abandonado hace años, y queremos hacer un centro de integración juvenil. Ese hotel fue emblemático en nuestra provincia, era el hotel donde se hacían los cumpleaños de 15 años, los casamientos de la gente más pudiente, las fiestas. Alrededor hay una barriada de gente muy humilde que debe haber mirado con la ñata contra el vidrio, como dice el tango. Y la idea es que ese centro se recupere, y que los chicos de ese barrio puedan ir, utilizar la pileta de natación, el complejo deportivo, y, por qué no, pensar en una semana de vacaciones en ese lugar para los chicos. Donde estén atendidos, donde coman, donde se diviertan.

-al estilo del viejo peronismo

-Claro.

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