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MARTÍN FRESNEDA
Secretario de Derechos Humanos de la Nación
anamos la Patria, volvimos a cantar el himno, volvimos a tener causa. Néstor Kirchner nos invitó a transitar un sueño y en él encontramos el camino entre el gesto y la palabra. Encontramos la simpleza desde la complejidad de la realidad a lo cotidiano de la política. Encontramos lo que perdimos en casi cincuenta años de historia, luego del golpe de Estado de 1955. Nos encontramos 40 millones de argentinos con los logros que siempre soñamos tener. Nos encontramos con una nueva forma de hacer política, como lo hizo el primer peronismo medio siglo atrás, al recuperar los lazos afectivos con el pueblo. Somos muchos los que, siendo víctimas directas del terrorismo de Estado, nos emocionamos al ver que el Presidente de la Nación pedía perdón por la vergüenza de haber callado durante veinte años de democracia, se reencontraba con la historia y la manos de sus compañeros que ya no están y de los que siguen, lucharon y dieron su vida por un proyecto de país que hoy es posible. Y ese reencuentro es el reencuentro con la Patria y una Argentina distinta. Hace diez años llegó Néstor Kirchner a nuestras vidas para movilizarnos e invitarnos a creer, que no es poca cosa para quienes llevamos en el alma y en la piel resabios de la última dictadura, para quienes presenciamos la impunidad de quienes callaban ante el horror y la corrupción, para quienes sufrieron la desocupación, la marginación
LA DÉCADA DE LOS DERECHOS: UN CAMINO QUE NOS LLEVA DE LOS SUEÑOS HACIA EL FUTURO y la resistencia durante los años 90. Nos encontrábamos en una sociedad en la cual la teoría de los dos demonios era parte del sentido común de los argentinos, vivíamos con mucha soledad en términos de iniciativa política, y al intentar desandar ese camino de impunidad, éramos reprimidos por la policía. Intentamos y luchamos por cuidar aquel Estado que estaba siendo desmantelado paulatinamente. Nos enfrentamos a la Ley de Educación Superior, resistimos la privatización del sistema de reparto, marchamos contra la desocupación y contra la flexibilización laboral. Gritamos y nos opusimos a la privatización de Aerolíneas Argentinas y los ferrocarriles. Marchamos a la par con los sectores más marginados, sin un Estado presente, con escraches y piquetes. La democracia directa recién tuvo su lugar de experiencia y ensayo en los barrios y en las asambleas populares en el año 2001, pero nuevamente la protesta social fue criminalizada y perseguida. Para encontrar los puntos fundamentales de la década ganada tenemos que ser muy conscientes de todo lo que perdimos. En esta década ganada pudimos recuperar lo perdido e incluso fuimos más allá. Néstor nos propuso un sueño, y nos enseñó que para transitarlo y hacerlo realidad había que construir organización popular. Y esta realidad, la actual, nos encuentra dentro del Proyecto que compartieron nuestros 30.000 y se concreta gracias a Néstor y Cristina. La enseñanza es que cuando el sueño se hace política pública nada es imposible, y que todos los obstáculos se pueden ir desplazando más y más, y seguir avanzando. Primero nos mostraron que aquel sueño de transformaciones podía realizarse desde el Estado con las propias herramientas del sis-
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