Lo que la pandemia enseña Laleska Marey Guillen Godoy1 guillen.laleska97@gmail.com
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robablemente, el reto más grande para un antropólogo, es plasmar en escritos, las vivencias e informaciones que resulten atractivos al lector. Se puede tener una gran cantidad de información importante e interesante, experiencias que pueden haber ocasionado diferentes emociones en el investigador, pero sin una escritura coherente, el lector no podrá vivirlas o conocerlas de la manera que se espera. Poseemos grandes referencias, mi preferida es “El Antropólogo inocente” de Nigel Barley, me parece una magnifica crítica a lo clásico de la antropología, como un antropólogo rompe los esquemas y lo que “se debe hacer”, y encuentra lo que busca en el más inesperado informante. Pero mi inclinación a este texto, tiene que ver con los métodos que usó y a las dificultades tan objetivas a las que se enfrentó el autor.
Egresada de la Facultad de Antropología Social de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga. Durante su vida universitaria pudo ser partícipe en diferentes actividades académicas como ponencias y apreciaciones de revistas y libros. Cuenta con publicaciones en medios digitales principalmente en temas de juventud y musicología, tema del cual lleva una investigación de tres años en la ciudad de Ayacucho. 1
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