Existe una fabricación de harinas, única en su clase en el país, a una media legua de León cerca del pueblo de Trobajo de arriba, propia de D. Gregorio Salcedo, perfectamente montada… Los muchos saltos de agua, producidos por el desnivel grande del terreno, facilitan sin duda el establecimiento de molinos de diferentes clases y fábricas de papel y tejidos; pero es lo cierto, que algunas personas que han tratado de plantearlas, haciendo muy laudables esfuerzos,…han visto defraudadas sus esperanzas y perdido su capital, sea porque los naturales se prestan más á la ocupación de la ganadería que á la industria, sea por la falta de medios fáciles de transportar los productos, sea por otras causas…”. Los antecedentes de la extracción minera en la provincia de León han sido analizados por Luis Carlos Sen113. El historiador leonés señala como en vísperas de la edad contemporánea, el potencial minero leonés, en particular el referido a los yacimientos carboníferos, permanecía prácticamente ignorado y, sobre todo, intacto, en tanto los contados aprovechamientos de minería metálica apenas tenían otro rango que el de esporádicos e improvisados, constituyendo el oro, la plata, el plomo y el hierro el objeto principal de quienes hurgaban los afloramientos de las vetas o dedicaban sus afanes estacionalmente al lavado de los aluviones del Sil, el Órbigo o el Duerna. En lo referente al carbón señala que la extracción carbonífera no pasó de ser más que una dedicación ocasional de algunos lugareños de las cuencas de Sabero y Valderrueda, de la que Sebastián Miñano dio cuenta en 1826 apuntando la existencia de “carbón de piedra en las inmediaciones de Boñar”, y que Madoz retrató en 1847 certificando cómo los habitantes de Sotillos de Sabero, de Renedo de Valdetuéjar, de Prado de la Guzpeña y Morgovejo “se dedican en los meses de invierno a conducir carbón de piedra a las fraguas de Castilla”. Sólo hacia 1830 comenzó el laboreo a tomar otras magnitudes a raíz de que “elementos ingleses” acometieran el beneficio de la cuenca de Sabero en una experiencia primeriza que sirvió para que ese depósito oriental concitase la atención de inversores nacionales en la década de 1840. En 1841 se creó la Sociedad Palentina de Minas para explotar minas de hulla en Sabero y fabricar hierro a partir de minerales locales. El 14 de mayo de 1846 se colocó la primera piedra de la que sería la Ferrería de San Blas. Este hecho supone la puesta en marcha una de las primeras iniciativas siderúrgicas de España y la aparición en la provincia de León de una empresa con carácter netamente industrial.
2.2.- Las relaciones laborales de los trabajadores industriales. En el siglo XIX España fue parte integrante de las principales corrientes por las que avanzó Europa, y experimentó las tendencias de desarrollo histórico que afectaron a ésta. Las respuestas, como no podía ser menos, no fueron idénticas. España no fue una copia de algún otro país del continente, pero fue indudablemente un miembro de la familia de la Europa occidental. Las tendencias fundamentales del desarrollo histórico en España no se han de buscar en el reino de la alta política y de la alta diplomacia sino en el desarrollo económico, el cambio social y la relación entre Estado y sociedad. Estos cambios se pueden agrupar como sigue: industrialización y desarrollo económico generalizado, crecimiento demográfico y urbanización, creación de una propiedad privada de carácter absoluto, especialmente de la tierra, formación de una clase obrera y, con ella, ciertas formas de organización de los trabajadores, desplazamiento de la religión y de la Iglesia o de las Iglesias y creación de un sistema político constitucional y de un Estado centralizado que acabó ocupando un lugar preeminente en la vida de sus ciudadanos. 113] SEN RODRÍGUEZ, Carlos. “La minería. Los proyectos siderúrgicos” En La Historia de León, vol. IV (Época Contemporánea), pp. 76-86. 87