LAS CÚPULAS MÁGICAS

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espesa que brota sin parar, utilizo un pañuelo blanco, presiono el estampado de papel donde está ilustrado el árbol genealógico tratando de atenuar la hemorragia, no lo logro, por el contrario, se incrementa, pasan los minutos, las horas y el cuarto se inunda, mis pies descalzos son cubiertos y mi cuerpo sucumbe ante tan impetuoso torrente, con dificultad logro alcanzar el pomo de la puerta, la abro y salgo, cierro y por debajo de la puerta, un hilillo azul se asoma, tímidamente. No salgo de mi asombro, pienso que tal vez estoy soñando, quizás todo fue una pesadilla, no dejo de pensar, me apresuro a la biblioteca central e investigo exhaustivamente por mis antepasados, en la página trescientos veintiuno del libro Aristocracias Coloniales, encuentro un relato sobre mi tatarabuelo el cual ostentaba un título de nobleza, en el grado de conde, otorgado, por la monarquía en retribución, a los excelentes servicios prestados, al mandato del rey Jorge I. Respiro tranquilo, salgo pausadamente, pero no puedo caminar rápidamente, debido a mi debilidad, por esta razón y a mi antecedente sanguíneo me dirijo al pabellón de urgencias del hospital central, allí llamo la atención por mi extremada palidez, me revisan minuciosamente, la enfermera me mira y me dice que mis pulsaciones son muy débiles, el personal médico de turno se reúne delibera y en común acuerdo, deciden ordenar unos análisis, empezando por un examen de química sanguínea, el internista se me acerca, lleva en sus manos una pequeña jeringa y un matraz de vidrio, desprevenido lo observo, cierro mis ojos y siento como la aguja acerada y fría penetra mi escuálido brazo, luego oigo que la enfermera corre alarmada por el largo pasillo, abro mis ojos y encima de la mesa auxiliar de enfermería, veo el matraz de vidrio lleno de un líquido azul. Miro incrédulo lo que está ocurriendo, me incorporo lentamente, observo a mi alrededor, me cercioro que no es un sueño, después de unos largos minutos decido irme del lugar; Por primera vez me siento diferente, todo un noble como el príncipe azul de los cuentos de hadas. Salgo gritando, soy de sangre azul, ¡soy de sangre azul!... quien dude en creer que mire la Hematología de mi sangre.

LOZANIA

M

i cara, mis manos, mi cuerpo son tan lozanas que mis coetáneos me miran consternados, ¿Por qué tan joven?, me preguntan, yo les respondo, nací en un año bisiesto, el día de mi santo es cada cuatro años.

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LAS CÚPULAS MÁGICAS by Jorge Ricardo Suarez Mantilla - Issuu