2 minute read

EL EXPLORADOR DE ESCRITORIO

Next Article
NOBLEZA

NOBLEZA

espesa que brota sin parar, utilizo un pañuelo blanco, presiono el estampado de papel donde está ilustrado el árbol genealógico tratando de atenuar la hemorragia, no lo logro, por el contrario, se incrementa, pasan los minutos, las horas y el cuarto se inunda, mis pies descalzos son cubiertos y mi cuerpo sucumbe ante tan impetuoso torrente, con dificultad logro alcanzar el pomo de la puerta, la abro y salgo, cierro y por debajo de la puerta, un hilillo azul se asoma, tímidamente. No salgo de mi asombro, pienso que tal vez estoy soñando, quizás todo fue una pesadilla, no dejo de pensar, me apresuro a la biblioteca central e investigo exhaustivamente por mis antepasados, en la página trescientos veintiuno del libro Aristocracias Coloniales, encuentro un relato sobre mi tatarabuelo el cual ostentaba un título de nobleza, en el grado de conde, otorgado, por la monarquía en retribución, a los excelentes servicios prestados, al mandato del rey Jorge I. Respiro tranquilo, salgo pausadamente, pero no puedo caminar rápidamente, debido a mi debilidad, por esta razón y a mi antecedente sanguíneo me dirijo al pabellón de urgencias del hospital central, allí llamo la atención por mi extremada palidez, me revisan minuciosamente, la enfermera me mira y me dice que mis pulsaciones son muy débiles, el personal médico de turno se reúne delibera y en común acuerdo, deciden ordenar unos análisis, empezando por un examen de química sanguínea, el internista se me acerca, lleva en sus manos una pequeña jeringa y un matraz de vidrio, desprevenido lo observo, cierro mis ojos y siento como la aguja acerada y fría penetra mi escuálido brazo, luego oigo que la enfermera corre alarmada por el largo pasillo, abro mis ojos y encima de la mesa auxiliar de enfermería, veo el matraz de vidrio lleno de un líquido azul. Miro incrédulo lo que está ocurriendo, me incorporo lentamente, observo a mi alrededor, me cercioro que no es un sueño, después de unos largos minutos decido irme del lugar; Por primera vez me siento diferente, todo un noble como el príncipe azul de los cuentos de hadas. Salgo gritando, soy de sangre azul, ¡soy de sangre azul!... quien dude en creer que mire la Hematología de mi sangre.

LOZANIA

Advertisement

i cara, mis manos, mi cuerpo son tan lozanas que mis coetáneos me miran consternados, ¿Por qué tan joven?, me preguntan, yo les respondo, nací en un año bisiesto, el día de mi santo es cada cuatro años.M

EL MUNDO DEL AZAR

D

esde que tengo conciencia, siempre vi a mis profesores, calificar a los alumnos en orden ascendente, siendo el número uno la nota más baja y el cinco el máximo exponente de lo sublime, así pasaron muchos años, luego en posteriores administraciones se cambió el número cinco por el diez. Por eso cuando nombraron como rector al decano de disciplina el profesor Estuardo todo empezó a cambiar, mi vida tuvo sentido no me cambiaba por nadie, siempre era el primero de la clase a la vez que me ofrecía como monitor. El profesor Estuardo era muy creativo, pero a la vez tímido y taciturno, todo un experto en la astrología, en leer el tarot, el horóscopo lo consumaba, por ser su pasatiempo favorito, en las noches le dedicaba bastante tiempo a la observancia de las

This article is from: