EDITORIAL
Cualquier esfuerzo de reformar los tributos debe tener como eje la progresividad y la equidad Alfredo Castellanos, presidente de la Junta Directiva de Acopi Bogotá - Cundinamarca
N
o podía ser peor la reforma tributaria presentada por el Gobierno al Congreso de la República, la cual terminó propinándole una derrota grande al Gobierno y los pocos que abierta o solapadamente la apoyaron. No fue concertada ni dialogada con prácticamente nadie, pues la reacción de la mayoría de los partidos y gremios lo demostró. El Partido Liberal, Cambio Radical, el Partido de la U, la bancada de oposición e incluso muchos miembros del Centro Democrático, la m'P Ʒ ŔƖĈIJşƆ ŔìƆ Ɔĕ şżƖƆĶĕſşŕ ë ōë inmensa mayoría del articulado. Tampoco el Gobierno supo captar el grado de indignación y desesperación de la ciudadanía, como lo demostraron las numerosas manifestaciones durante el 28 de abril, en algunos casos desnaturalizadas por lamentables y condenables hechos violentos. Duque no captó el momento de la economía pues pretendía en medio de la grave crisis ecoŕŠŔĶĈëǹ ĕƶƐſëĕſ żëſë ĕō ǔƆĈş ŔìƆ Ďĕ Ǡǝ billones de pesos lo cual equivale a pretender conseguir esta suma, tres veces mayor de lo que habitualmente se logra con una reforma tributaria, y para colmo de males quería extraerlos en su mayo-
ría a los pobres y a las clases medias, que por ser más numerosas, terminan aportando más a través de los impuesƐşƆ ĶŕĎĶſĕĈƐşƆ ĈşŔş ĕō PÈ ǹ żĕſş ëĎĕŔìƆ los impuestos a los combustibles, los Ŕëō ōōëŔëĎşƆ ĶŔżƖĕƆƐşƆ ưĕſĎĕƆ ȒPÈ ĎĶƆfrazados- y los gravámenes a los computadores y al software. Ya el Gobierno había dado muestras de un talante autoritario al cooptar a prácticamente todas las ramas de los poderes públicos y dio pruebas de insensibilidad, arrogancia, falta de empatía, de sentido de la oportunidad y ausencia de un polo a tierra que le permita captar el estado de ánimo y problemática de la ciudadanía.
estímulos y subsidios ofrecidos y entregados a las pequeñas y medianas empresas y los sectores vulnerables Ɔşŕ ëŔżōĶëŔĕŕƐĕ ĶŕƆƖǔĈĶĕŕƐĕƆ żëſë ōë magnitud de la crisis. Al mismo tiempo, no tocaba los beŕĕǔĈĶşƆ žƖĕ Ɔĕ şƐşſīëſşŕ ë ëōīƖŕşƆ ƆĕĈƐşſĕƆ ĕŕ ōë ſĕĪşſŔë Ďĕ ǟǝǞǦǹ ćĕŕĕǔĈĶşƆ žƖĕ ōşƆ ƆĕĈƐşſĕƆ ŔìƆ ĎĶƆĸŔĶōĕƆ estiman entre 9 y 13 billones de pesos y cuya sola eliminación o aplazamiento resolvería una parte muy importante del recaudo esperado. Es lamentable que el Gobierno solo hubiera escuchado el llamado de todos los estamentos de país para que retirara la reforma después de varios muertos causados por los excesos de la fuerza Pública y acciones vandálicas de unos pocos.
El proyecto gubernamental atribuía todos los males del país a la pandemia, cuando ya desde antes la economía venía con síntomas preocupantes tales como el aumento del desempleo, de la informa- Cualquier esfuerzo de reformar los triōĶĎëĎǹ Ďĕō ĎĖǔĈĶƐ ĈşŔĕſĈĶëō Ʒ Ɩŕ ĕŕşſŔĕ butos debe tener como eje la progresideterioro de la industria y la agricultura. ưĶĎëĎ Ʒ ōë ĕžƖĶĎëĎǹ žƖĕ Ɔşŕ ĎĕǔŕĶĈĶşŕĕƆ La propuesta de gravar los ingresos de constitucionales. También debe estimulas capas medias, que tienen salarios lar y proteger la producción nacional, de medios y bajos, golpearía el mercado lo cual depende en el corto y mediano interno, disminuiría la capacidad de con- plazo una verdadera reactivación. sumo de la población y con ello golpearía a los productores. Por otra parte, los
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