Iván José Salazar Zaíd
Datos generales sobre las víctimas
E
n relación al rescate de cadáveres, el día 10 de agosto el Presidente del Estado Zulia le informaba en un telegrama al Ministro de Relaciones Interiores que hasta ese día se había logrado rescatar la cantidad de setenta y dos (72) cadáveres. Para el día 11 de agosto ya se decía que se habían rescatado 79 cadáveres. Muchos de los cadáveres de las víctimas del naufragio eran reconocidos por algunos amigos y familiares, bien sea por la ropa que llevaban puesta el día del siniestro, así como también por su pelo, forma de la cara, dentadura y prendas como anillos, cadenas, y otros accesorios. Se daba el hecho de que los cuerpos eran rápidamente trasladados hacia el cementerio para darles cristiana sepultura por encontrarse ya en estado de descomposición. Esto llevó a que muchos no pudieron ser identificados por sus familiares. Algunos pudieron ser identificados al ser reconocidos por amigos que rápidamente se movilizaban a buscar un teléfono para participarle del hallazgo a los familiares correspondientes. Debido a esta situación los familiares de las víctimas no identificadas se veían en la necesidad de notariar justificaciones donde los testigos referían haber reconocido el cadáver de la víctima para los efectos legales del pago de una ayuda económica a los familiares que dependían económicamente del difunto. Se dio el caso de una víctima que fue identificado por su pelo pero sobre todo por su ropa interior que era un calzoncillo blanco con rallas rojas y su esposa tuvo que llevar ante las autoridades uno igual que mantenía en su casa para los efectos de justificar su nexo familiar. Dentro del número de víctimas se encontraban entre uno o dos colombianos, por lo tanto, el Cónsul General de Colombia solicitaba cierta indemnización por parte de la empresa petrolera. En vista de esto, las autoridades del Estado Zulia le hacían saber al Cónsul Colombiano, en oficio N° 133 de fecha 30-08-37, que la motonave “Ana Cecilia” no era propiedad de ninguna empresa petrolera, que era de propiedad particular y que el siniestro se debió al exceso de pasajeros (Exp. “Ana Cecilia. A.H.Z.). Para la identificación de los cadáveres, los familiares de las victimas optaban por buscar testigos que declarasen sobre los hechos, aportando
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