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Reseñas de la prensa sobre algunas víctimas

Pedro Segundo Villasmil

El joven, Pedro Segundo Villasmil halló la muerte a la edad de 28 años de edad en el naufragio lacustre. Era hijo de Pedro Quintero y María Concepción Villasmil, oriundo de Maracaibo y era oficinista de la Mene Grande Oil Co., en Lagunillas. Pedro Segundo Villasmil fue un hombre sencillo y tenía un amplio sentido del deber. “Como ciudadano dio demostraciones de querer ser útil a su patria, laborando desde los más humildes menesteres hasta en los elevados cargos de oficinista. Fue sobrio por condición natural y se apartó de todos los vicios que tanto atraen a la juventud, gozando por ello de una salud admirable i luciendo una complexión fuerte. Como hijo supo siempre velar por el bienestar de su progenitora, como amante cuidó con esmero de su compañera de alegrías e infortunios, como padre cobijó con su cariño paternal i con sus cuidados a los cuatro hijos que le dio a la patria, i como amigo nunca se apartó de la línea correcta que es índice de la buena amistad i que conduce a los terrenos de la gratitud. Si este muchacho no brilló en las esferas sociales no fue por escasez de intelecto i de capacidad sino por lo misérrimo del medio donde le tocó actuar, que le privó de adquirir conocimientos de aulas universitarias o de otros colegios de menor cuantía. Pero su inteligencia siempre despierta lo mantuvo en un plano digno hasta que el destino que siempre le ennegreció su vida, le puso la celada de la muerte i lo borró de la lista de los mortales. Una vez más lamentamos el deceso de Pedro Segundo Villasmil i enviamos nuestra voz de pésame a sus deudos.” (Panorama, 15-08-1937: p.4).

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La gran tragedia del lago

Regino Antonio Leal

Este señor era hijo el Coronel Regino Antonio Martínez y de la señora Josefa Leal de Chávez, natural de Maracaibo divorciado y con cuatro hijos de 35 años de edad y empleado de la V.O.C., en Lagunillas. En ese entonces, La prensa destacó sus cualidades de la siguiente manera: “Por sus dotes sencillas i caballerosas se grangea las simpatías intensas de cuantos trabaron con él amistad gozando del prestigio de ser un servidor admirable de los desvandos [sic] i de prestarle ayuda a todos los que de él la pedían con el más olímpico desinterés. Trajinó en diversas labores para ganarse el diario sustento i el de los suyos i últimamente logró conseguir trabajo en uno de los campos petroleros de Lagunillas sin sospechar que la muerte lo estaba acechando. La muerte de Regino Antonio Leal ha sido muy sentida por sus numerosos amigos i sus familiares lo lloran inconsolablemente porque aprecian la perdida de un deudo que jamás se apartó de sus deberes i era como una sombra bienhechora sobre el hogar que hoy está de luto Renovamos nuestra palabra de condolencia a los familiares de esta víctima de la tragedia lacustre” (Panorama, 15-18.1937: p.4).

El joven Pedro H. Díaz

Este joven víctima lamentable del siniestro, trabajaba en una de las compañías petroleras establecidas en Cabimas y residía en Maracaibo, Acostumbraba los fines de semana viajar desde esa ciudad hasta Maracaibo y viceversa en los vaporcitos que salían del puerto de Maracaibo los domingos en la tarde pero por una macabra irrisión del destino tomó pasaje en la Motonave “Ana Cecilia”. Su velorio se constituyó en una sentida manifestación de duelo, asistiendo a su sepelio un gran número de sus amistades. Acto que se llevó a efecto (verificado por la prensa) un día después de su fallecimiento a las 5 y 30 de la tarde, recibiendo sus familiares muy sentidas palabras de pésame (Panorama, ídem).