La verdad sobre el naufragio de la “Ana Cecilia” La gran tragedia del lago
La odisea y la osadía del sobreviviente Adán Ochoa
A
dán Ochoa es uno de los pocos sobrevivientes del naufragio de la piragua “Ana Cecilia” que aún pueden narrar los sucesos sobre la tragedia. Este señor, según me comentó, al momento del hecho contaba con apenas 24 años de edad. Nació en 1912 y al momento de la entrevista contaba con 90 años de edad. Al enterarme por medio de una amiga de la familia Ochoa, de nombre Carolina, que este señor aún vivía, inmediatamente hice todo lo posible para comunicarme con él. Ella se encargó de ponerme en contacto con su familia, con el propósito de poder concertar una entrevista que me permitiera obtener nuevos aportes sobre los sucesos que envolvieron a la tragedia. Concertada la entrevista, pude conocer a Don Adán Ochoa, que resultó ser un señor de poca estatura, de rostro serio y ojos claros. A primera vista inflige como mucho respeto, su tez es muy blanca y su contextura es fuerte a pesar de su edad. Sin embargo, a lo que iniciamos una conversación preliminar, para mi sorpresa, me encontré con que es una persona conversadora, muy jovial, con un espíritu muy alegre y dicharachero, dispuesto a colaborar en todo momento. Adán Ochoa, aún conserva una mente muy lucida, que muchos ancianos quisieran mantener a su edad. Quizás influya en la conservación de sus buenas condiciones físicas el que está rodeado de mucho amor familiar por parte de sus hijos, de los cuales se siente muy orgulloso e igualmente los quiere a todos, según me lo manifestó. También me refirió que tiene 12 hijos. Uno de ellos con la mujer que fue su novia cuando el naufragio de la “Ana Cecilia” que se llamaba Berta Margarita. El resto de los hijos los procreó con la mujer con la que se casó, en la Rita de nombre Elia, que según su descripción era una mujer muy bella. Tanto era así que la gente la llamaba “Blanca Flor” por su inigualable hermosura. Sobre sus hijos me dijo: “no quiero darle sus nombres porque esta cabeza no me da pa´ más y se me puede olvidar uno de ellos, y no quiero que ninguno se ponga bravo por eso”. Al momento de realizar la entrevista al señor Adán Ochoa, solamente se encontraban presente en su casa de habitación sus hijos: Eduviges, Luis, Rafael, y Carlos Javier.
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