organismos institucionales (FMCN, SEMARNAT, CONANP, SEMAR, SHCP, PROFEPA y SAGARPA), y se desviaron los objetivos iniciales, pasando el control de la acción a las instituciones, principalmente el gobierno a través de la CONANP. Dichos cambios se dieron de una manera discreta y paulatina, al grado que actualmente, solo una parte de la población se ha percatado de la pérdida de control sobre el recurso. Puerto Morelos no necesitaba un ANP, necesitaba, de nuevo, un manejo adecuado, operativamente sustentable del paisaje aledaño al cuerpo de agua, de su CUENCA, actualizar el PDU, sus reglamentos de ecología, desarrollo urbano, construcción, una planeación territorial integral que evitara el desplazamiento de personas y familias que perdieron sus oportunidades laborales por la imposición de un ANP en otro sitio, pero sobre todo combatir y sancionar la corrupción de manera efectiva.
Reserva de la Biósfera de Banco Chinchorro En Banco Chinchorro el decreto de ANP les ha traído una serie de conflictos que David M. Hoffman, describió a la perfección en su artículo Conch, Cooperatives, and Conflict: Conservation and Resistance in the Banco Chinchorro Biosphere Reserve (Hoffman, 2014) (Caracol, Cooperativas y Conflicto: Conservación y Resistencia en la Reserva de la Biósfera de Banco Chinchorro). Este autor documentó de manera muy completa los conflictos que la ANP creó (y sigue creando) para los usuarios históricos. Hoffman describe los conflictos de la cooperativa pesquera de Banco Chinchorro con las autoridades de conservación. Primero, las cooperativas estaban siendo aplanadas por la realidad biológica y regulatoria de la pesquería caracol. Ellos habían cumplido reduciendo las cuotas de captura, pero las autoridades no cumplieron con aumentar la vigilancia. En segundo lugar, el régimen de conservación en el Banco no cumplía dos mandatos del modelo de reserva de la biosfera: 1) el apoyo a los medios de vida locales; y 2) la inclusión de los usuarios de recursos en la gestión de la reserva. Los pescadores sentían que se estaba ejerciendo una presión indebida sobre su utilización del caracol, mientras que los pachucheros o pescadores ilegales seguían pasando en gran medida "desapercibidos", "no regulados" y casi nunca eran sancionados. La participación de los pescadores en la toma de decisiones de la reserva también fue mínima en 94