Nuevos Horizontes, núm. 5

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a la ciudad lo más rápido posible. Tanta gente es

Les lanzo el pan a los niños y dos monedas de

abrumadora. Solo entrando a la ciudad, se veía la

plata a cada uno.

diferencia entre el pobre mercado y los altos

-Consiganme

edificios de piedra. Había puentes que conectaban

hacerles nada, de preferencia cerca del mercado

casas y había ropa colgada de entre los edificios.

de Dumbrang- Dije levantando el hacha hacia mi

No tenía idea de a dónde ir, tenía que buscar a

hombro.

dónde

dormir

y

consideraré

no

Los tres niños corrieron casi como si fueran

si me meto por esta calle a la derecha, encuentre el

perros, con gritos ahogados y tropezando con cada

famoso mercado de Dumbrang.

paso.

Sin saber a dónde estaba yendo, de repente me parece estar chueco, como si las dos casas que lo conforman

estuvieran

ladeadas,

y

huele

-¡Los veo en la plaza del dragón rojo antes de que oscurezca!- les acabé gritando desde lejos. Era extremadamente improbable que los niños

a

estuvieran en la plaza del dragón rojo con las llaves

excremento de caballo. Casi no se ve nada, hay

de un cuarto en el que pudiera yo dormir. Pero así

arcos de piedra que tapan la luz y ropa.

de improbable fue, que justo antes de que el sol se

-¡Danos todo lo que tengas!- escuché a una voz

metiera entre las montañas, los tres niños llegaron.

ronca decir detrás de mí.

No se acercaron mucho, solamente me hicieron señas para que fuera con ellos, así que fui. me

daga. No me llegan ni a la rodilla, no han de tener

llevaron por muchos callejones y por diferentes

más de 7 años y se ven flacuchos y sucios, parece

caminos raros, hasta que llegamos a la parte

que no han comido en varios días. Me volteo de al

trasera de una casa.

frente y veo a otro niño “bloqueando” la salida, con

-Dije, cerca del mercado de Dumbrang- les reclamé

sus diminutos brazos extendidos y una mirada

a los niños.

asustada. Me bajo de la carreta y tomo tres cosas

-Aún no llegamos- me dijo uno de ellos.

de esta. Mi hacha, dos hogazas de pan y mi bolsa de

Rompieron la puerta de la casa y me dijeron que

dinero. Los tres se asustan al ver el arma que es

entrara. No estoy seguro de que esto sea muy legal

casi del doble de tamaño que uno de ellos, pero no

que digamos, pero la casa parece abandonada, no

les voy a hacer nada. Los pobres niños solo quieren

hay nadie adentro, salvo nosotros y algunas ratas.

comer y dormir en un lugar limpio.

Huele a madera podrida. Exploramos la casa y

-¿Dónde están sus padres?- Les pregunto con un

parece que el primer piso es un restaurante o una

tono entre amenazador y tierno a la vez.

taberna, tiene muebles rotos y un mostrador,

-Muertos, y… y tú pronto los acompañaras si no nos

incluso tiene un horno de piedra en la parte de atrás

das tu dinero- Dijo la niña que sostenía la daga sin

de la cocina.

mucha confianza en su voz.

-¿Dónde estamos?- les pregunté a los niños.

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Me vuelvo y solo veo a dos niños con una sola

H O R I Z O N T E S

encuentro en un callejón entre dos edificios que

N U E V O S

alguien que me dejara dormir en su casa. Puede que

-Es el antiguo local de la Viuda Rica, la pastelería en el lado rico de la ciudad. Desde que murió su dueña, dicen que el local está embrujado. Los dueños lo vendieron al banco de duendes, pero nadie se quiere meter, excepto nosotros.-

Sin saber a dónde estaba yendo, de repente me encuentro en un callejón

-Hay camas arriba- dijo la niña. -Muchas Gracias… si no les molesta que pregunte, ¿Cuáles son sus nombres?-Ella es Díli, él es Bujstra y yo soy Ingolf- dijo el niño con el pelo más oscuro, señalando a cada uno de los niños. Nos dormimos todos en un par de literas que había en el piso de arriba de la vieja pastelería. Me

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